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Latinoamérica

9 de enero del 2003

Ante la crisis de gobernabilidad: acción popular revolucionaria

El presente documento persigue dar una visión general de la respuesta que el gobierno y las fuerzas populares han dado ante el paro criminal que promueven los conspiradores, con el objeto de permitir una visión de conjunto, corregir errores y proponer tareas fundamentales para terminar de aplastar a los golpistas.
El discurso y la actitud visible del presidente Chávez ante la crisis ha sido la correcta (más allá de algunas declaraciones inconvenientes). Estas políticas generales definidas ante el paro por el presidente son:
1. El paro es una acción criminal promovida por antipatriotas e intereses extranjeros con el fin de destruir la constitucionalidad y la democracia en Venezuela. El objetivo real del paro es derrocar al gobierno.
2. Al paro hay que responder con la movilización popular.
3. El paro debe ser combatido por todos los medios legales, haciendo uso de la legítima represión del Estado para salvaguardar los intereses populares y nacionales.
4. El paro debe servir para renacionalizar a PDVSA.
En los hechos, se observa que la acción del gobierno concuerda poco con lo definido por el presidente. Algunos de los aspectos más resaltantes son:
1. Es prácticamente imposible ejercer la justicia contra los criminales que promueven el paro. Ni la fiscalía ni los tribunales, en su gran y absoluta mayoría, parecen dispuestos a aplicar justicia contra los conspiradores. Por el contrario, actúan de común acuerdo con la conspiración apoyando y justificando sus acciones saboteadoras de la economía nacional. Es más, fiscales y jueces hacen constantes intentos por actuar contra los funcionarios que apoyan al gobierno y contra los activistas revolucionarios en general. No está demás recordar que los únicos presos por el 11 de abril son precisamente los revolucionarios que defendieron Miraflores del ataque de la PM. No exista seguridad jurídica para la acción de gobierno.
2. La respuesta de masas del gobierno ha sido extremadamente pobre. El gobierno se ha dejado quitar la calle luego de la gran marcha del 7 de diciembre. Conocemos que en Caracas y principales ciudades los dirigentes fundamentales del MVR, Podemos y PPT han convocado a la desmovilización, con argumentos vacuos como "no caer en provocaciones", "evitar situaciones violentas", "no asustar a los empleados de PDVSA para que vuelvan a trabajar", etc. Esta situación se complementa con la escasez absoluta de recursos para impulsar cualquier tipo de acto masivo. Los personeros del gobierno, tanto líderes políticos como funcionarios del Estado, no apoyan materialmente las movilizaciones y actos populares que se promueven. Lo que se viene realizando se desarrolla por canales ajenos totalmente a los partidos mencionados y a las instituciones controladas por el chavismo. No obstante, se han podido organizar diversas actividades de masas y de propaganda en todo el país, auspiciadas por las organizaciones sociales comprometidas con el proceso.
3. La respuesta comunicacional también es deficiente. No existe comparación posible entre el ataque feroz que la TV, radio y prensa golpistas realizan las 24 horas del día, con las tímidas respuestas que difunde el gobierno. Uno de los aspectos que resalta aquí es la candidez de los voceros gubernamentales. Mientras los golpistas se muestran aguerridos y audaces en sus mensajes, el gobierno, exceptuando por supuesto al presidente Chávez, tiene voceros que dejan mucho que desear. Sus declaraciones no concuerdan en lo absoluto con la emergencia que estamos viviendo. Tenemos ciudades paralizadas casi completamente por falta de gasolina y ausencia de gas doméstico, con la población al borde del desespero, y José Vicente dice que la situación está muy normal. Se enfatiza mucho en que las cosas están controladas, cuando la realidad indica lo contrario. Este tipo de mensajes contradictorios con la realidad, unido a la ausencia del chavismo de la calle, ha introducido elementos importantes de vacilación entre la población que apoya el proceso. También es necesario decir que los mandos militares, como García Carneiro, Baduel, Gutiérrez y Acosta Carles, son los que han terminado asumiendo públicamente la ejecución de los decretos y medidas que tanto el ejecutivo como el TSJ han tomado para acabar con la huelga en PDVSA. No por casualidad estos generales reciben todo el despiadado ataque de la oposición, en claro contraste con los elogios y "puentes" que a cada rato los golpistas tienden hacia los parlamentarios y negociadores chavistas.
Irónicamente son los mandos militares y no los mandos civiles (salvo excepciones) los que se baten públicamente en defensa del proceso.
4. En el seno de los nuevos directivos de PDVSA se debaten dos posiciones:
la de perdonar a algunos miembros de la nómina mayor con el argumento de que son necesarios para que la industria funcione, con la otra tesis que defiende la limpieza en PDVSA y el consiguiente despido de todos los involucrados en las acciones de sabotaje. El peligro de que aún se discuta esto, y que en algunos casos predomine la primera tesis, radica en que el sabotaje continuará desde adentro, sobre todo mientras la correlación de fuerzas no se incline definitivamente hacia el lado gubernamental y el paro sea derrotado por completo. El saboteo en la capitanía de puerto de Maracaibo, por parte de capitanes "reincorporados", es un buen ejemplo de lo que va a seguir ocurriendo en los próximos días, situación que puede agravar los problemas para restablecer el normal funcionamiento de la industria. La reincorporación de los saboteadores es el mejor ejemplo de la incapacidad política de quienes dirigen actualmente a PDVSA, comenzando por su propio presidente y el ministro de energía y minas. Siguen sin comprender a qué tipo de enemigo nos enfrentamos, como tampoco entendieron en 8 meses que los ejecutivos de PDVSA, con quienes trabajaban diariamente, eran los cerebros fundamentales del plan golpista contra la democracia venezolana. El paro de PDVSA es una demostración que las políticas desarrolladas en esa empresa a partir del 14 de abril no surtieron ningún efecto en la conjura del golpismo y la conspiración de su nómina ejecutiva. El paro de PDVSA es el fracaso contundente de la gestión de quienes pretendieron conciliar con los golpistas-fascistas.
5. Salvo declaraciones aisladas como las del gobernador de Sucre, el gobierno no ha denunciado las implicaciones internacionales en el paro criminal. Tampoco han sido denunciados con fuerza los grupos económicos nacionales que están detrás del paro, como el grupo Cisneros, el grupo Polar, ganaderos, etc.
6. En general sigue teniendo peso decisivo en la acción de gobierno la incongruencia que existe entre la situación revolucionaria que vivimos y la ausencia de revolucionarios en el entorno más inmediato a Chávez, y de allí para abajo en prácticamente toda la administración pública. Podemos decir que las exigencias del momento histórico que atravesamos han obligado a que personajes defensores de políticas claramente reformistas burguesas y de conciliación de clase, como José Vicente Rangel, Alí Rodríguez y otros, terminen aplicando o convalidando medidas revolucionarias que ellos nunca compartieron, como la intervención de la PM, la reorganización radical de PDVSA, etc. Es obvio que esta situación genera que las medidas no sean ejecutadas como el momento lo exige, y se sigan cometiendo graves errores que lo que hacen es darle más oxígeno a los conspiradores. Es difícil llevar a cabo una revolución con dirigentes de ocasión, que están allí más por oportunistas que por haber promovido políticamente este escenario de confrontación y transformación social.
La perspectiva del paro es que la escasez de gasolina y de gas doméstico durarán hasta que no sea reactivada totalmente la industria petrolera. Eso puede durar más de un mes. Por tanto es probable que los golpistas mantengan el paro durante todo el mes de enero, hasta la misma fecha del supuesto referéndum que intentan hacer. Este escenario puede modificarse si ellos intentan antes alguna acción desesperada como la marcha hacia Miraflores, intentos de magnicidio, etc. Si ocurre algo de esto último, y el gobierno logra superar la situación, es probable que el paro sea derrotado y desmontado en pocas horas o días. Pero la misma marcha a Miraflores puede no generar actos violentos ni consecuencias mayores, y por tanto, se mantendría luego la misma situación actual.
Como podemos ver, hay distintos escenarios probables a muy corto plazo.
Nos preocupan dos cosas básicas: la pérdida de la calle por los revolucionarios y los intentos de conciliación con los golpistas que brotan por doquier en las filas del gobierno. Para avanzar en el momento actual proponemos al conjunto del movimiento popular y revolucionario venezolano el desarrollo de las siguientes políticas:
1) Solicitar y contribuir a una profunda reorganización de PDVSA. Hacer realidad la consigna popular: ¡Limpieza en PDVSA! Los saboteadores no deben regresar a sus puestos de trabajo. No sólo hay que despedir a los saboteadores de la nómina ejecutiva, nómina mayor y capitanes de los barcos tanqueros; se les debe seguir juicio para que paguen de su peculio los daños materiales infringidos tanto a la empresa como a toda la nación.
La reorganización de PDVSA debe considerar la opinión de las organizaciones populares. Como empresa del Estado, debe constituir mecanismos para favorecer la participación de las comunidades organizadas en las nuevas definiciones que deben guiar a la industria.
2) Exigir una transformación total del poder judicial y del poder ciudadano (fiscalía). Esta transformación resolvería el grave problema de impunidad que vivimos desde siempre y que se ha agudizado al calor de la conspiración golpista. Proponemos la realización de una mesa de trabajo, inmediata, con la participación del Fiscal General, la Procuradora, el Defensor del Pueblo, y los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, con el fin de discutir los mecanismos que conduzcan a la designación de jueces y fiscales especiales que puedan asumir el ejercicio de la justicia contra las acciones criminales que se promueven en todo el país desde el día 2 de diciembre. A mediano plazo será necesario tomar otras medidas como la realización de un referéndum consultivo que permita disolver el actual poder judicial y organizar un sistema judicial popular y revolucionario.
3) No aceptamos elecciones no previstas en la constitución. Tampoco enmiendas a la misma para promover elecciones anticipadas o modificaciones en el período presidencial. Ni elecciones, ni enmienda. Que Chávez gobierne.
4) Apoyar las iniciativas que promueven un referéndum contra los medios de comunicación golpistas.
5) La declaración del Estado de Excepción es una posible salida a los problemas de ingobernabilidad que venimos atravesando. Su aplicación permitiría saltar la barrera actual que tenemos en jueces y fiscales aliados al golpismo, y reprimir contundentemente a los promotores del paro criminal y antinacional. Los apoyos internacionales que ha tenido el gobierno de Chávez ante el paro, pueden permitir un marco adecuado para decretar el estado de excepción, plenamente justificado por los daños que se le están haciendo a la economía y a los derechos más elementales de la población.
En todo caso, si llegara a generalizarse una situación de violencia incontrolada en las calles, esta puede ser una medida imprescindible a tomar por el gobierno.
6) Ratificamos que la movilización del pueblo debe continuar. Debemos recuperar las calles que momentáneamente nos han arrebatado los golpistas. Sólo la presión del pueblo organizado y movilizado permitirá la defensa efectiva del proceso revolucionario. Esto debe concretarse en la conformación, si aún no existen, de coordinaciones locales y regionales de las organizaciones sociales, y la ejecución de planes de movilización que establezcan distintos puntos de agitación por ciudad, estableciendo una sincronía en las tareas que se impulsan a nivel nacional.
7) Es imprescindible presionar por el desplazamiento de los conciliadores, reformistas y traidores de cargos claves en la estructura del estado. Existe una preocupación generalizada por las políticas sociales del gobierno y su escasa efectividad debido a la inoperancia de las instituciones y de quienes las dirigen. Si la revolución no comienza a ser dirigida por verdaderos revolucionarios, vinculados y comprometidos con los movimientos sociales que le dan vida a este proceso, difícilmente se podrá superar la situación actual de crisis que atraviesa el gobierno.
8) Organizar la protesta de los trabajadores que no han podido cobrar sus salarios porque sus patronos están plegados al paro. Actuar en conjunto con el Ministerio del Trabajo. Proponer la toma por parte de los trabajadores de las fábricas y empresas que continúen en paro.
9) Denunciar la participación de empresas multinacionales en la promoción del paro, como ocurre con las franquicias (McDonald, Wendy's, Subway, etc).
Enfatizar que la burguesía nacional y extranjera es el cerebro detrás del paro, y que es quien financia la enorme propaganda y las acciones de la Coordinadora Fascista.
Aspiramos debatir estas ideas y cualesquiera otras con el resto de organizaciones e individualidades del movimiento popular. La unidad de acción de las fuerzas populares es fundamental para superar las limitaciones que aquí hemos analizado.
¡ CONTRA LOS SABOTEADORES, LIMPIEZA EN PDVSA ¡
¡ CONTRA LA IMPUNIDAD, REFORMA DEL PODER JUDICIAL ¡
¡ REFERÉNDUM PARA REVOCAR LAS CONCESIONES A LOS MEDIOS GOLPISTAS ¡
¡ LA CONSTITUCIÓN NO SE NEGOCIA, QUE CHÁVEZ GOBIERNE ¡
¡ A DEFENDER LA REVOLUCIÓN TOMANDO LAS CALLES ¡



CÍRCULO BOLIVARIANO EZEQUIEL ZAMORA -MOVIMIENTO 13 DE ABRIL
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