La brasileña AmBev, que detenta el monopolio de la cerveza en Uruguay pretende cerrar su cervecería en la ciudad de Paysandú (en el litoral oeste del país) y cientos de trabajadores ven amenazadas sus fuentes de trabajo. Simultáneamente, la compañía acaba de anunciar que abrirá una nueva cervecería en Guatemala en sociedad con el grupo local Cabcorp (conocido también como Corporación La Mariposa) embotellador de Pepsi-Cola en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Belice, con el que recientemente se asoció.
La nueva fábrica, denominada Cervecería Río, demandará una inversión de 30 millones de dólares y posiblemente se instalará Teculután, en la región de Zacapa, y al iniciar sus operaciones producirá un millón de hectolitros anuales. La nueva cervecería generará unos 300 puestos de trabajo, casi la misma cantidad que se perderán en caso que se produzca el cierre de la cervecería de Paysandú.
José Raúl González Merlo, vicepresidente de Finanzas de Carcob, un economista defensor de las llamadas leyes del mercado y del modelo económico neoliberal, manifestó no temer a la competencia de la tradicional Cervecería Centroamericana (líder en ventas en Guatemala con su popular marca Gallo) aduciendo que "con la competencia los mercados no desaparecen, sino que al contrario, florecen, porque ha habido diversos segmentos de consumidores que han estado descuidados".
Cervecería Río comenzará a disputar el mercado local que mueve 400 de dólares millones anuales y proyecta distribuir sus marcas a toda Centroamérica. Por su parte, Peter Brabeck-Letmathe, presidente de Nestlé en Suiza, estuvo de visita en Chile y en una entrevista con el presidente Ricardo Lagos anunció que la compañía invertirá 150 millones de dólares en el país durante los próximos cuatro o cinco años. La intención manifiesta es aprovechar los acuerdos comerciales de libre comercio que Chile ha concretado recientemente, para convertirlo en el centro exportador de la trasnacional para el resto de los países de la región, EE.UU. y Europa. Los productos a exportar son lácteos y cereales, lo que justifica la mencionada inversión en equipos y tecnología. El presidente de Nestlé no encontró necesario explicar el reciente cierre de una fábrica de Nescafé en Chile (cuya producción se trasladó a Brasil) ni tampoco aclaró si las nuevas operaciones significarán el cierre de fábricas en otros países.
En otro orden, Nestlé está impulsando en Chile un proyecto pionero para "optimizar la gestión" denominado Globe, por lo cual decenas de funcionarios de varias nacionalidades se encuentran capacitándose en Chile. Luego de aquel proyecto llamado Programa Nestlé de Calidad Total, ahora se viene el Globe, sobre el que los mantendremos informados. La compañía también pretende convertir a Chile en un "Centro de Servicios" para otros países de América del Sur (especialmente Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay), lo que seguramente significará mas reducción de personal.
Mientras esta empresa, que generó negocios por 1.000 millones de dólares durante el año pasado y se jacta de contar con un mercado de 94 millones de personas, concentra sus operaciones para aumentar sus ganancias con inversiones millonarias, sus trabajadores en El Salvador y República Dominicana (por citar sólo dos ejemplos) deben recurrir a la mediación de los respectivos Ministerios del trabajo para poder negociar un aumento de salarios. O que su filial alemana (Nestlé Deutschland AG) reclamara seis millones de dólares al gobierno de Etiopía (país sumido en una hambruna sin precedentes) por una nacionalización realizada en 1975. Cuando las protestas se hicieron escuchar en todo el mundo, Nestlé se comprometió a destinar ese dinero para "una inversión viable y a largo plazo", lo que traducido (Etiopía produce café) significa utilizarlo en una fábrica destinada a producir para la exportación, que ocupará a una docena de personas, la mayoría con contrato a término.
Lo anterior no impedirá que dentro de un mes representantes de Nestlé participen en el Foro de Davos para sugerir políticas destinadas a combatir el desempleo.