VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Consejos para los migrantes que atraviesan la frontera
Cómo sobrevivir al desierto de Arizona

Masiosare 262
Texto y Fotos: Naomi Adelson.

Tras una caminata por el desierto, en compañía de personas que conocen bien el terreno, la autora describe detalladamente los riesgos que enfrentan cotidianamente miles de mexicanos empujados a las rutas más peligrosas por la política migratoria estadunidense. Este trabajo lo completan recomendaciones sobre cómo enfrentar los riesgos y cómo evitar perderse

Desierto de Arizona..
"¿Dónde está Phoenix?", preguntaron dos migrantes a Vicky Feiver una mañana, cuando salía de la única tienda del pequeño pueblo de Sásabe, Arizona. Sería una pregunta normal, si uno se encontrara en Mesa o a las afueras de Tucson. Pero ellos estaban a sólo cuatro kilómetros al norte de la frontera con México. .
"Tienen (los migrantes) un concepto erróneo de qué tan lejos está la ciudad. Tucson está a 113 kilómetros de aquí", dice Feiver. Y Phoenix está a 241. .
La gente que cruza el desierto en su afán de llegar a Estados Unidos sin documentos, a menudo no tiene la más mínima idea de qué es este desierto, ni mucho menos de cuánto tiempo tendrán que caminar. .
A un migrante, quien pidió el anonimato, le dijeron que iba a caminar "dos o tres horas". Caminó tres días, al borde de la muerte por la falta de agua y el excesivo calor. .
Tampoco saben con quiénes se van a topar en su camino por el desierto oeste de Arizona, que abarca más de 38 mil 850 kilómetros cuadrados. De sur a norte, el desierto va de la frontera Arizona–Sonora hasta la carretera interestatal 10 que, a su vez, corre de este a oeste, de Tucson a Phoenix. Su borde en el este sería Tucson y en el oeste Lukeville (Sonoita). .
El desierto es tierra de los indígenas tohono o’odham, que viven en la segunda reservación indígena más grande, sólo la supera la de los navajo. Pero también es tierra de los chicanos, a quienes la frontera les cruzó a mediados del siglo antepasado. Y de los rancheros de origen europeo. Claro, también es territorio de la Patrulla Fronteriza y de los propios migrantes. .

Un cinturón que aprieta..

Feiver pertenece al grupo mayoritario en el pequeño pueblo de Sásabe. Es de los migrantes blancos: oriunda de Ohio, de ascendencia europea, vino a estudiar a la Universidad de Arizona, en Phoenix, después de escuchar que es un estado con un clima que raya en lo ideal –24 grados centígrados casi todo el año, con excepción del verano–. .
Este clima ha propiciado un enorme crecimiento poblacional. Hoy, varios estados del sur y suroeste de Estados Unidos –Arizona, California, Florida, Nevada y Texas– se conocen como el Cinturón de Sol. El cinturón original –California y Florida– creció debido a la inmigración extranjera. El nuevo cinturón –Arizona, Nevada y Texas– debe su auge a la migración interna. Cientos de miles de personas se mudan del este y del medio oeste para gozar del clima. .
Los Angeles, San Diego, Phoenix, Houston, Dallas y San Antonio están ahora entre las 10 ciudades más grandes del país. La tasa de natalidad es 10% mayor en esta zona que en el resto de la nación. .
La población de Arizona aumentó 40% entre 1990 y 2000, mientras que Estados Unidos creció un promedio de 13.1%. .
Cuando el esposo de Feiver consiguió trabajo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Buenos Aires (Buenos Aires National Wildlife Refuge) –que se extiende de la frontera de México hasta casi Three Points, y de la carretera estatal secundaria 286 hacia el este unos 48 kilómetros– ella lo siguió a Sásabe. .
Three Points es otro pequeño pueblo de la zona, que también tiene pobladores nuevos. Su periódico local habla de la existencia de 4 mil 300 buzones de correo en el distrito. En 2001, el Consejo Comunitario cerró su caja con menos de 500 dólares y su "principal preocupación" era la falta de personal en el nuevo destacamento de policía, quizá porque están en uno de los cruceros más significativos de la migración. .
En Three Points se juntan las carreteras 86 y 286 para ir hacia Tucson y la carretera interestatal 10. Nadie habla del hecho de que en la gasolinera casi siempre hay agentes de la Patrulla Fronteriza o el alguacil. Tampoco hablan de quienes fallecieron en las cercanías durante las últimas semanas. .
Mientras los migrantes cruzan estas tierras, algunos habitantes de la zona se van al Rancho de la Osa, en el Sásabe mexicano, y pagan hasta 2 mil 500 dólares por disfrutar de una semana montando a caballo, jugando croquet y caminando por los senderos del desierto. .
"Los huéspedes no ven a los migrantes cuando andan a caballo. Sí, ven las señales: los botes de agua tirados", dice Feiver. .
Varios puntos del desierto oeste tienen ranchos, hoteles y gasolineras, es decir, agua. Pero los migrantes no pueden acercarse a esos lugares. .
Es el gran espejismo del desierto oeste: parece quieto y solo con su cielo gigante, pero está en constante movimiento. Algunos escuchan la radio en carros con aire acondicionado y una coca-cola en la mano; otros caminan con determinación y fe sin iguales hacia lo que esperan sea una nueva vida en Estados Unidos. .
Sin agua, con temperaturas extremas, y sin conocimiento de cómo protegerse, ni de dónde están, más de 145 migrantes fallecieron aquí el año fiscal pasado (octubre de 2001 a septiembre de 2002), según The Arizona Daily Star, que conjuntó las estadísticas de la Patrulla Fronteriza y otras dependencias estadunidenses con las del consulado mexicano. .
En "temporadas altas," la Casa de los Migrantes de Altar, Sonora, reporta que salen entre 500 y mil 500 personas al día hacia Sásabe, Sonora, y luego a la línea. ..

Los caminantes .

A finales de septiembre, José y Javier (seudónimos) y dos mujeres se lanzaron de su hogar en Tulancingo, Hidalgo, a Sásabe, Sonora. Javier, de 24 años, cruzaba por cuarta vez el Valle del Altar, que lo lleva al norte de Sásabe, a Three Points, al este de las montañas de Baboquivari. Ahí esperaban hacer una llamada para agarrar un raite a Mesa, en las afueras de Phoenix. .
José y Javier son migrantes típicos en este desierto, pues vienen de un estado nuevo en el circuito migratorio y de una zona urbana. .
Como pocos, Javier sabe que de Sásabe a Three Points hay más de 72 kilómetros y también conoce dónde están localizados los tanques de agua. .
La primera vez, Javier trató de cruzar cerca de Mexicali, pero se encontró en el centro de acción de la Operación Guardián, la parte californiana de la Estrategia de Vigilancia de la Frontera Suroeste del gobierno estadunidense. .
La estrategia –Salvaguarda, se llama en Arizona– busca empujar a los migrantes a zonas más remotas para poder "aprehenderlos más fácilmente". Y para Javier y miles más, la estrategia logró su meta: ahora se lanzan por sitios donde hay menos vigilancia. .
Cuando se topan con nosotros, en uno de los tanques de agua colocados por el grupo Fronteras Compasivas, Javier y José –tal vez su hermano, quien dice tener 18 años, aunque aparenta menos– voltean sus gorras hacia atrás, en un intento de parecer gringos. Hasta dicen que sólo hablan inglés, por si acaso somos de la Patrulla Fronteriza. .
A 23 kilómetros de la frontera, José, Javier y sus dos acompañantes ya se acabaron el agua. Estaban cargando 30 litros cada uno. No traen comida y andan en playeras, pese a los 39 grados de temperatura. .
A pesar de su experiencia, Javier expresa una gran sorpresa al saber que más de 145 migrantes han muerto en la zona. El se siente seguro, después de todo, sabe la ruta. .
Y sabe también que el próximo tanque de agua está a 13 kilómetros de distancia, y que más adelante hay otro de "agua limpia". Pero el tanque al que se refiere es para el ganado, y esa agua a menudo está contaminada con giardia, un parásito que puede producir un severo síndrome diarreico. .
Los pesares de estos migrantes habían comenzado, como es muy común, en México. Fueron asaltados en Sásabe: "Se llevaron todo el dinero que teníamos", lamenta Javier. Ni él ni sus acompañantes vieron nunca a miembros del Grupo Beta, el organismo encargado por el gobierno mexicano de proteger a los migrantes. Los del Beta, opina Javier, sólo sirven para decirle "a la gente que no se vaya". .
El Grupo Beta tiene entre sus obligaciones proporcionar esta información para "proteger a los migrantes". Tuvieron una gran operación hasta principios de septiembre, con un retén a la entrada de Sásabe. .
Pero cuando Javier pasó, el Grupo Beta ya no estaba porque terminó el verano. Sólo dejó un cartel con la leyenda: "Hay caminos sin regreso". ..

La ruta comienza en México.


La nueva ruta preferida por los migrantes que intentan esquivar la política migratoria estadunidense –traducida en cercas, luces de estadio, agentes visibles en la línea, sensores de movimiento, vehículos terrestres y aéreos, cámaras infrarrojas– es por el desierto oeste de Arizona. .
Según los cálculos de la Patrulla Fronteriza, casi la mitad de las muertes en la frontera México–Estados Unidos –45%– han ocurrido en la línea Arizona–Sonora. La tasa de muertes ha llegado a 4.1 por cada 100 mil detenciones en el sur del sector Tucson de Arizona, la cifra más alta en la historia. Además, mientras que el número de aprehensiones bajó 29% en 2002, las muertes aumentaron 68%. .
El sector Tucson también es el único lugar en la frontera donde las muertes han aumentado en la línea: varias personas han fallecido a sólo unos metros de donde comienza Estados Unidos. .
La razón es que su caminata inicia en México. Uno de los principales pueblos desde el cual se lanzan al desierto oeste es Sásabe, Sonora, con menos de 3 mil habitantes, y olvidado por completo por el gobierno. Todos los caminos están revestidos pero no pavimentados. Ni siquiera tiene cancha de basquet, cortesía de Solidaridad, apenas llega a tener una pequeña casa ejidal. .
Eso sí, hay oficinas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la Procuraduría General de la República y de todas las policías, aunque no hay ninguna secundaria, ni hospital, ni gasolinera. .
Los pueblos más cercanos son igual de pequeños. Altar es la cabecera municipal y el más comunicado con el resto de la nación, pero se encuentra a tres horas de camino. Cuando llueve, los caminos se vuelven intransitables y uno debe circundar por las carreteras secundarias, alargando su viaje por varias horas. .
Altar está cerca de Caborca, y algunas combis hacen la ruta Sásabe-Altar. Pero cuando no hay combi, los raites cuestan hasta 300 pesos, y varios se ven en la necesidad de caminar. .
Son 80 largos kilómetros por el desierto de Altar al pueblo acogedor de Sásabe. Ahí, la cerca de alambre de púas que marca la frontera es testimonio de esta otra caminata preliminar: el arroyo que la cruza tiene camisas y pantalones abandonados, botes de agua, latas de comida y hasta carteras. ..

Bombas contra los indocumentados..

Los que llegan a la línea en carro, que siguen siendo la mayoría, también enfrentan larguísimas caminatas. Todos se lanzan al norte generalmente para reunirse con su raite en la carretera interestatal 10. El punto de encuentro varía enormemente: algunos caminan "unas horas" pero la mayoría camina tres días enteros. .
De Sonoita recorren 50 kilómetros a través del Monumento Nacional del Sahuaro (Organ Pipe Cactus National Monument). .
Aunque Fronteras Compasivas ha puesto tanques de agua en el monumento, si uno no tiene arreglado su punto de encuentro justo después del límite del parque, tendrá que caminar por una zona de prácticas de bombardeo del Ejército estadunidense –el Campo de la Fuerza Aérea "Barry M. Goldwater". .
Se han encontrado restos de migrantes en la zona, pero no pudieron ser identificados. .
"La gente pasa por la zona de bombardeo porque sabe que la Patrulla Fronteriza no entra", dice el pastor Robin Hoover, director y fundador de Fronteras Compasivas. Obviamente, los migrantes no saben de las bombas, ni que la distancia de la frontera a la carretera interestatal 10 es de 134 kilómetros. .
De algunos puntos entre Sásabe y Sonoita, los migrantes cruzan hacia la reservación de los tohono o’odham. De Sásabe, atraviesan la reservación o caminan por el Refugio Nacional de Vida Silvestre Buenos Aires (Buenos Aires National Wildlife Refuge). Muchas veces tienen que caminar unos días, y luego ir intercalando raites con caminatas de varias horas. .
El desierto oeste tiene "el sendero más mortífero de Estados Unidos", según Hoover. .
Se refiere al más peligroso de muchos senderos: el que va de la frontera de Sásabe, Sonora, al oeste de la cordillera de Baboquivari, pasando al oeste del pico Kitt. Son las tierras de los indígenas tohono o’odham, sitio de 85 de los 145 muertos encontrados en el sector Tucson en el año fiscal 2002. .
Las 85 personas encontradas muertas en la reservación o’odham intentaron caminar por el lado oeste de una cordillera de casi 2 mil 400 metros de altura que corre de norte a sur. .
Hoover dice que nadie debe caminar "al oeste del pico", debido a que allí todo el día uno está en pleno sol sin nada de cobertura. .
"Aquel lado es muy vasto, y la tierra sube y baja. Pierdes a Baboquivari de vista", dice una oriunda de origen indígena que pide el anonimato. ..

Altar: preferido y peligroso..

El Valle de Altar es el lugar más seguro para cruzar, aunque "ahí también ha muerto gente", dice Hoover, cuyo grupo colocó varios tanques de agua en el valle, todos marcados con banderas azules. .
En cada sitio hay tres tanques de 208 litros cada uno, y Fronteras Compasivas llega una vez a la semana a llenarlos. Sin embargo, pasa mucha gente, así que a veces los encuentran vacíos, y tienen tanto cloro que saben a agua de alberca. .
"Históricamente, el Valle de Altar es una tierra de ranchos. Así, por lo menos hay más probabilidad de topar con gente, en caso de tener problemas", remata Hoover. ..

Ni la migra los recogió..

El matrimonio formado por Josefina y Eugenio, de Veracruz, también es representativo de los nuevos flujos de la migración. El guía –o pollero– los abandonó en el Valle del Altar. Los pies de Josefina estaban tan hinchados que la pareja decidió salir a la carretera 86 para buscar a la Patrulla Fronteriza. .
"Pasaron varias horas en el camino y nadie los recogía, ni la patrulla, ni el alguacil", dice un residente, de origen indígena, quien pide el anonimato porque él los transportó. Este "delito" puede acarrear una pena de varios años de prisión. .
"Ellos trabajaban en un hotel en Phoenix pero se habían regresado a su pueblo de visita. Tuvimos que llevarlos a la casa, bañarlos, darles agua y comida", agrega. .
A la mañana siguiente, los llevó a la estación de autobuses. Horas después, Josefina y Eugenio llamaron para decir que habían llegado. Fue un milagro: cuando salieron del desierto estaban a unas horas de la muerte. ..

Geografía para migrantes .

Los indígenas, con miles de años viviendo en la zona, tienen puntos de referencia para no perderse en el desierto. Lo principal es saber que las montañas Baboquivari corren de norte a sur. En la parte norte de la cordillera está el pico Kitt con un observatorio gigante que se ve con facilidad. .
En medio de la cordillera se encuentra el pico de Baboquivari –pico sagrado para los o’odham–. Baboquivari, a 2 mil 356 metros de altura, se levanta como una torre cuadrada sobre la cordillera. Como es desierto, en un día normal, uno alcanza a ver el pico desde una distancia de hasta 100 kilómetros. .
Debido a la orientación de la cordillera y de la carretera 286, que corre de norte a sur, uno puede poner a Baboquivari a su izquierda y la carretera a su derecha. Mientras no cruce la carretera o suba la montaña (un corredor de 10.6 kilómetros de ancho), puede tener la certeza de que está caminando hacia el norte. .
De hecho, se toparía con la carretera 86 que corre este–oeste, y luego con la interestatal 10, justo a las faldas de otro punto de referencia: el pico de Picacho. Este pico –con forma de gorra de bruja– debe estar directamente en frente de uno para saber con seguridad que va hacia la interestatal la 10. .
Utilizando los antiguos puntos de referencia, uno se echaría a andar por el Valle del Altar, del lado este de la cordillera Baboquivari. Ahí, el sol se esconde atrás de las montañas por varias horas en la mañana y la tarde. En un desierto súper caloroso en el verano y principios de otoño, este detalle de la sombra extra es crucial. .

"En el desierto uno no se quita ropa, se la pone", señala Hoover. Es que en todo el Valle se ve ropa: camisas, pantalones, chamarras con el relleno tirado, calcetas. También se ven las otras pertenencias de los migrantes: chupones, pañales, bicicletas (sí, algunos lo intentan en bici) y credenciales. .
Claro, con la ropa equivocada, uno se sobrecalienta y termina abandonando las prendas. Pero una mirada hacia el Medio Oriente y su gran desierto –el Sahara– nos muestra que para sobrevivir hay que cubrirse del sol con fibras naturales: pantalones largos, camisas de manga larga, sombreros de ala ancha, y zapatos cómodos, preferiblemente unos que protejan los tobillos de un terreno tan duro como el cemento y con mucha grava suelta, de las espinas de los cactus, de las tarántulas, de los alacranes y de las víboras de cascabel. .

Dónde hallar agua ..

La banderita es azul e indica la presencia de un tanque de agua potable. Pese al esfuerzo de Fronteras Compasivas, los tanques están separados por grandes distancias: el primero está a 1.6 kilómetros del lado oeste de la carretera 286, donde está la marca de la milla 4.5 en el camino Sierra Vista; el segundo está en el marcador de millas 12, justo al lado oeste de la carretera, donde cruza el camino al pueblo de Arivaca; el tercero está al lado oeste, a 1.6 kilómetros del marcador 21.5, en la entrada a Brown Canyon. El siguiente está a otros 23 kilómetros de distancia, una caminata que fácilmente podría tardar más de siete horas si uno intenta andar de día. .
"Hay que conocer las distancias", alerta Hoover. Y qué tanto uno va a caminar o dónde lo van recoger. De Sásabe a Three Points son 72 kilómetros, una caminata de por lo menos tres días. Si uno sigue caminando o intercalando su caminata con aventones, falta otros 70 kilómetros, también tres días, hasta topar con la carretera interestatal 10. .
Todo eso siempre cargando agua, porque no se sabe si será posible hallarla. .

Morir de frío o de calor ..

Para no deshidratarse, en el desierto uno debe tomar hasta 11 litros de agua al día. Es decir, para estar segurísimo que no le hará falta agua, debe cargar más de nueve litros. Y cada día deben obtenerse 11 litros más para reponer los consumidos. Aún con esas precauciones, el riesgo de insolación es altísimo. .
En el invierno sucede lo opuesto: por las noches, las temperaturas llegan a estar por debajo de cero. Uno enfrenta la hipotermia, otra manera horrorosa de morir. .
Si la temperatura no fuera suficiente riesgo, el desierto es cruzado por arroyos profundos que se entrelazan. Los migrantes prefieren caminar con la seguridad de no ser visibles, y los arroyos hoy se encuentran repletos de sus rastros: mochilas, chupones, ropa, credenciales, botes... .
Pero los arroyos también engañan. Si llueve a 100 kilómetros de distancia, en una de las cordilleras de más de 2 mil metros de altura, en escasos minutos llega una masiva inundación relámpago. Así, los arroyos son el peor sitio para resguardarse cuando se divisa lluvia en el horizonte. .
Quienes hacen estas caminatas como deporte saben que sus cuerpos consumen mucha energía con el ejercicio y que se debe remplazar con carbohidratos y electrolitos. .
En cuanto a carbohidratos, los migrantes tienen acceso a varias comidas tradicionales que son buena fuente, como el amaranto, el pozol y el pinole. Y se puede comprar suero oral en Sásabe, aunque la caja de cuatro paquetes cuesta 35 pesos. Sin embargo, es muy común que los migrantes no tengan esta información. .

Pesares y alegrías de la migra ..

Un día del verano pasado, César García, agente de la Patrulla Fronteriza sector Tucson y originario de Texas, ayudó a subir a una mujer migrante de 23 años a un helicóptero rumbo al hospital. Iba deshidratada. "Sentí mucha esperanza", dice. Ella murió antes de llegar al hospital en Tucson y él vive siempre con su imagen en la mente. .
Estos recuerdos, al parecer, presionan a los agentes. En el año fiscal 2002, la Patrulla Fronteriza contrató mil 499 agentes, pero perdió mil 459. Además, calculan que la tasa de rotación de agentes llegará a 23% anualmente en un futuro próximo. .
Por eso, la dependencia "intensifica sus esfuerzos de reclutamiento y colocación de agentes de la Patrulla Fronteriza con vigor". .
Este cuerpo ha recibido más fondos que nunca. El número de agentes aumentó, junto con la cantidad de helicópteros y vehículos. Hoy se calcula que hay un total de 10 mil agentes en la zona. .
Es que en el sector Tucson los agentes "ya se están cansando", explicó el agente Brad Rubinoff a The Arizona Daily Star al final del verano trágico de 2002. "Físicamente, emocionalmente y mentalmente, todos empezaron a sentir la presión", agregó al describir su trabajo en la Unidad de Búsqueda y Rescate, conocida como Borstar. .
Otros, sin embargo, siguen animados. Un agente de ascendencia europea –entrevistado a 23 kilómetros al norte de la garita de Sásabe– dice que el suyo "es un trabajo excelente". .
"Puedo trabajar afuera y conocer a gente interesante... que desafortunamente luego tengo que aprehender", añade. .
La contradicción: de un lado está su mandato de hacer cumplir las leyes; del otro, el saber que el delito que se castiga es buscar trabajo para ganarse la vida. .
Los migrantes, dice el agente, "son pobres, no tienen comida y no tienen trabajo". .
Para ser agente de la migra uno tiene que ser ciudadano estadunidense, tener una licencia de manejar vigente, no ser mayor de 37 años y tener un año de experiencia laboral o una licenciatura. Los salarios rondan los 30 mil dólares al año, un salario de clase media baja pero significativo en el mercado laboral de Arizona. .
Los sueldos y la necesidad de hablar español son tal vez los factores que más atraen a los mexicano–americanos a la Patrulla Fronteriza. Ya en 1999, según datos del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), una tercera parte de los agentes eran "hispanos". Una parte de ellos son familiares de gente que llegó indocumentada. Sin embargo, les llaman "extranjeros" a los que detienen. ..

uuu..

La Operación Salvaguarda puso a gran parte de los agentes del sector Tucson –con competencia en todo el estado de Arizona, a excepción del condado de Yuma– cerca de la línea, frente a los lugares con infraestructura del lado mexicano. Así, Nogales, Arizona, ya tiene una cerca, luces y muchos agentes de la Patrulla Fronteriza que andan hasta en bicicletas. .
También en Sásabe, Arizona, instalaron una nueva garita, grande y moderna, que brilla con el sol abrasador del desierto. Uno jamás sospecharía que es el puente entre un pueblo mexicano de menos de 3 mil habitantes y un pueblo estadunidense de menos de 5 mil.