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Latinoamérica

16 de enero del 2003

México: El campo no aguanta más… ¿usted sí?

Sebastián López
Contralca

Un día, platicando con un tío suyo que todavía es campesino, mi amiga Areli le preguntó hasta dónde llegaban las tierras de la familia. Con el dedo, el señor apuntó un capulín grande, el comienzo de una loma y los límites con otra parcela que, según él, clarito se veían. Pero ella no vio tan "clarito", porque al igual que muchos de nosotros ella no vive ni se crió en el campo, "y hay cosas –dice- que uno no está acostumbrado a reconocer […] Eso mismo nos pasa ahora cuando nos asomamos al mundo campesino".
El primer día de este año, al mismo tiempo que entraba en vigor el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), campesinos de unos veinte estados, entre ellos Morelos, iniciaron una jornada permanente de movilizaciones que por lo pronto se prolongará hasta el mes de abril. La situación no es para menos, mientras empresas como Bimbo, Savia, Maseca, Bachoco, Lala, Pilgrims o Viz alcanzan ganancias anuales por encima de los 75 mil millones de pesos (mmp), el gobierno federal presupuesta un gasto total para el campo que apenas rebasa los 59 mmp, de los cuales poco más de 42 mmp serán destinados a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), cuyo titular, el señor Javier Usabiaga Arroyo, también conocido como "el rey del ajo", ha sido uno de los empresarios mexicanos más favorecidos a lo largo de estos nueve años de liberalización comercial.
En Morelos, la crisis en el campo ha encendido focos rojos en todos y cada uno de los 33 municipios que lo integran por motivos que tienen su causa no sólo en acuerdos de fachada comercial como el TLCAN, sino en el modelo de mundialización en el que se sustentan: el neoliberalismo. Su rostro lleva cuales máscaras, por un lado, la construcción de la Autopista Siglo XXI en el oriente y sur del estado, de una tienda Soriana en Ocotepec, una empresa gasera en Yautepec o un shopping center con la rúbrica Costco-Comercial Mexicana en Cuernavaca, y, por el otro lado, la miseria y la represión.
En un artículo en donde nos invita a "revisar las causas reales que provocaron el empobrecimiento del campo", Fernando Coronel Landa escribe que "si bien […] las condiciones precarias que vive hoy el campo no son producto directo del TLC –como muchos de sus detractores lo quieren hacer ver-, éstas sí se agudizaron con la firma de dicho Tratado, no porque el acuerdo comercial estuviera mal en sí, sino porque no se cumplieron las medidas estipuladas en el mismo; las cuales, al menos en teoría, buscaban no sólo proteger al campo de la apertura comercial, sino fortalecerlo". Pero reconoce que "lo único que ha provocado el TLC en el campo […] es su desmantelamiento". (La Jornada Morelos, 29 de diciembre de 2002).
Es muy probable que al revisar la redacción del TLCAN encontremos los buenos deseos de prosperidad y desarrollo que transpiraban los representantes gubernamentales de México, Estados Unidos y Canadá al firmarlo hace 10 años. Sin embargo, como bien observa don Fernando, la realidad no siempre corresponde con la teoría, y, lamentablemente, al mirar no nada más hacia el campo, sino también, hacia la educación, el trabajo, la salud, la alimentación, la vivienda, la soberanía, la libertad, la paz, la justicia o la democracia los ejemplos sobran.
Lo mismo sucede con los acuerdos hacia la conformación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), cuyo promotor más destacado, (después de George Bush hijo, claro) es nuestro insigne y nunca bien ponderado presidente, el señor Vicente Fox Quesada. Para detener su firma, quienes nos unimos "a los hombres y mujeres que en el mundo trabajan por otro mundo posible" (Areli Carreón, Manifiesto Personal), en Morelos, en México y en el continente todo estamos impulsando una gran jornada hemisférica que tiene en la organización de consultas, encuestas y plebiscitos nacionales su expresión organizativa más clara (sic que al modo monsivaista deja un espacio para la autocrítica).
En nuestro país, seis preguntas conforman lo que llamamos la Consulta Popular Nacional sobre el ALCA, la primera de ellas tiene que ver, precisamente, con el TLCAN; ese acuerdo cuestionado desde el mismo día de su firma por la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio y muchas otras organizaciones más, desde su entrada en vigor por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y, desde hace unos meses, por las organizaciones campesinas del movimiento El Campo No Aguanta Más que están exigiendo al gobierno federal la moratoria del apartado agropecuario del mismo, programas emergentes para este 2003 y de largo plazo hacia el 2020, una verdadera reforma financiera rural, la asignación de 1.5 por ciento con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) para el desarrollo productivo y de otro tanto para el desarrollo social y ambiental del sector rural para este año, inocuidad y calidad agroalimentaria para las y los consumidores mexicanos y el reconocimiento a los derechos y cultura de los pueblos indígenas a partir del cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés.
Por lo pronto, váyase preparando para el bombardeo de carne con toxinas congelada durante meses, de frutas y verduras cultivadas con fertilizantes y pesticidas cancerígenos, de pollos y huevos producidos bajo condiciones inhumanas o de granos, como el maíz, que nuestros vecinos del norte emplean para dar de comer a sus animales y que usted y yo usaremos para "alimentar" a nuestros hijos. Será fácil reconocerlos, estarán más baratos que los productos mexicanos.
contralca@morelos.com