Rueda Radial del ELN
SINPAL
Armando Kiko Correa
El Comando Central (COCE) del EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL DE COLOMBIA realizó el 27 de diciembre su habitual rueda radial con todos los Frentes Guerrilleros rurales y urbanos, y las Unidades Militares que constituyen el ELN. , para despedir el año 2002. A continuación las palabras de uno de los comandantes que intervinieron.
Intervención del Comandante Oscar Santos A manera de Balance.
Hemos asistido este año a una coyuntura internacional compleja, interesante y de contrastes, en la que hay signos favorables a los sueños de los pueblos y también negros nubarrones de la ignominia y avasallamiento, al que se quiere someter a la humanidad.
Por una parte se consolida el imperio. Su política hegemónica, agresiva y guerrerista, con la cual quiere imponer su voluntad, su orden y su ley, amenazando con su destrucción a quien no quiera someterse. Es verdad que se impone y persuade entre comillas con su fuerza, pero cada vez tiene que mostrarse como es, dejando ver signos de su decadencia.
Por otra parte el 2002 dejó ver con más claridad la crisis del modelo capitalista y la sin salida existente. Hoy por hoy en ningún foro o evento internacional hay quien defienda el modelo neoliberal, ni siquiera sus propios gestores.
Decía Fidel al culminar el Foro de Sao Pablo finalizando el 2001 en La Habana, que la crisis era tan impresionante que había países en los que sus gobiernos se iban a caer con un pequeño soplido. Palabras sabias del Comandante, en los días posteriores se da la convulsión y la caída del presidente de La Rúa en Argentina.
Además hemos asistido, y como otro signo de crisis, al derrumbe y quiebra de grandes multinacionales norteamericanas en las cuales está comprometida la actual administración Bush por sus tradicionales corruptelas y sucios manejos.
En contraste con lo anterior, pero a la vez como signo positivo y respuesta este año que termina, mostró un continente americano convulsionado y levantado contra los estragos y la desolación a la que lo ha sometido el modelo neoliberal y las imposiciones de la banca multinacional.
Es muy alentador que los pueblos se levanten contra la tiranía, por un mundo mejor y busquen caminos en los que son protagonistas las grandes mayorías, tradicionalmente excluidas; que castiguen a las oligarquías vendidas y sumidas al imperio norteamericano.
Como ELN saludamos y vemos con muy buenos ojos esta lucha de resistencia, que enciende los pueblos latinoamericanos en un mar de rebeldía y hostilidad contra el sometimiento imperial.
En lo concerniente a nuestro país asistimos al cambio de gobierno y de gobernante. Llega Uribe muy promocionado como la salida para la crisis que vive el país; como el que va a ser capaz de meter en cintura la insurgencia colombiana y traer la tranquilidad a campos y ciudades. Nada nuevo o sí, un liderazgo oligárquico dispuesto a adecuar la nación a los intereses capitalistas y de los grandes monopolios. Un viejo propósito con un nuevo protagonista.
Uribe trae la famosa racionalidad capitalista que significa arrasar con las conquistas de muchos años de los trabajadores en beneficio del capital: menos costos, más ganancias. Pero además llega con la estrategia de seguridad democrática, la política del garrote para adecuar el país a la arremetida y la guerra con la que pretende arrasar con la insurgencia y lucha popular, y apagar el incendio en el que se encuentra Colombia.
Si hay cambios, pero claro, en beneficio de la oligarquía y sus partidos.
El contraste y rechazo a esas políticas por lo nefastas, es evidente; van a despertar y poner en pie de lucha a todo el pueblo colombiano, así como a sucedido con los pueblos hermanos del continente y van a conllevar también, más tarde que temprano a la unidad de la insurgencia colombiana y el movimiento social, para juntar esfuerzos en un propósito común.
A manera de balance propio, de organización, podríamos decir lo siguiente.
Una vez más ratificamos nuestra sólida y férrea cohesión interna como ELN en torno a las políticas, organismos superiores y los planes.
Es falsa la reiterada manipulación de la inteligencia militar y los medios de comunicación burgueses sobre la supuesta división interna, recurso que usan para socavar y debilitar nuestra imagen y quitarle peso a las propuestas. Como es normal en toda organización o grupo humano existen diferencias y puntos de vista que enriquecen la vida política y se dirimen en el sano ejercicio de la democracia y el centralismo.
En todo el transcurso del 2002 estuvimos resistiendo y confrontando la arremetida y planes contrainsurgentes en todas las áreas en que hacemos presencia; y podemos resaltar que seguimos en dichas áreas a pesar de la brutal arremetida militar y paramilitar; en nuestros partes de guerra se habla de los costos y bajas que ha tenido que pagar estas bandas de asesinos, que siguen ensañándose contra la población civil.
Que hemos regresado a áreas que en un momento de la confrontación abandonamos, que hemos ido aprendiendo y ganando capacidad para enfrentarlos, que poco a poco vamos llevando nuestra accionar a la retaguardia enemiga: las ciudades, buscando recuperar la capacidad y presencia que en otros momentos tuvimos.
Sea esta la oportunidad para resaltar y hacer un reconocimiento general a combatientes y mandos elenos, así como nuestra base social y de apoyo por su disposición y actitud combativa manifestada en todo momento.
Que seguimos creciendo llegando a nuevas áreas, surgiendo nuevas estructuras y creciendo en hombres. En algunas áreas se denota cierta saturación por la intensidad y duración del conflicto, lo cual nos debe conducir a reorganizar, ajustar planes y enriquecer procesos.
En este año continuamos la reestructuración y reorganización de nuestro trabajo de masas, hicimos presencia dinámica en las luchas que se libran a lo largo del país. No ha sido fácil remontar el reflujo en el que ha estado el movimiento por el criminal y continúo descabezamiento de lideres y activistas, por que la máquina asesina arremete contra todo aquel que manifiesta inconformidad o busca sentidas reivindicaciones.
Pero a pesar de aquello, las luchas siguen y las protestas tienden a aumentar contra este gobierno que entró dispuesto a arrebatar conquistas logradas por obreros y campesinos en los años anteriores.
El 2002 ha sido un año de mejoramiento y avance en la unidad guerrillera.
Por una parte se logró disminuir las agresiones entre fuerzas hermanas y avanzar en la coordinación y accionar conjunto en casi todo el país, con resultados muy positivos que han animado a seguir y profundizar los planes conjuntos.
Ha predominado la coordinación militar; en algunas regiones se ha logró iniciar la coordinación de masas y acción política. Debemos seguir persistiendo en esta línea, hemos constatado avances; todavía nos encontramos lejos de lo que requiere este momento y a este nivel.
Y por último dejamos claro ante el país y ante la comunidad internacional nuestra voluntad de paz y en ese sentido la búsqueda de una solución política al conflicto integral.
Para Pastrana, para Uribe y esta oligarquía la paz está en función de sus intereses; buscan reducir al movimiento insurgente y sofocar de esta manera el incendio que consume la patria. Aparentemente rechazan la violencia y hacen alardes de paz, pero el único lenguaje que pueden entender es el de la fuerza y que los cambios que requiere Colombia hay que imponérselos.
Además para el caso de la actual administración es nítido como prioriza el propósito de legalizar y legitimar el bastardo paramilitarismo y sus cabezas. En estas condiciones no es posible adelantar diálogos con este gobierno. Lo que no quiere decir que abandonemos la búsqueda de la solución política y el dialogar con sectores de la sociedad tanto en el ámbito nacional, el ámbito regional y en el ámbito internacional.