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Latinoamérica

23 de januari del 2003

Entrevista con Orlando Fantasini, diputado del PT
A vueltas con el gobierno Lula

Béatrice Whitaker
Rouge

Orlando Fantasini, abogado de formación, ha militado en la defensa de los derechos humanos durante veinte años. Es diputado federal del Partido de los Trabajadores (PT) brasileño, mandatado por Democracia Socialista (DS, tendencia del PT, en la que militan nuestros camaradas de la Cuarta Internacional). Y se ha mostrado dispuesto a responder a las preguntas de nuestro enviado especial.

¿Cuáles son tus impresiones sobre la situación brasileña tras la victoria de Lula?

La victoria de Lula es el producto del descontento del sociedad con el neoliberalismo, pero es también el producto de las acciones políticas que el PT ha desarrollado durante los años anteriores para llegar al gobierno. Hemos ganado el gobierno federal, pero el poder económico todavía está en las manos de las élites; lo mismo que el control de los medios de producción y comunicación. Aún nos queda mucho camino por recorrer para obtener el control total y real del país. Los miembros de DS han decidido colaborar con el gobierno, sin renunciar a sus principios.

¿Qué perspectivas se entreven en relación a la política internacional?

A nivel internacional, el hecho de que Lula haya designado a un embajador de carrera para el ministerio de Exteriores hace pensar que quiere conducir él mismo la política internacional del país, dando una mayor importancia al cono sur del continente americano. Antes del 1 de enero, se fue a Argentina. Ha dejado manifiesta su voluntad de que Brasil tenga una acción concreta y activa respecto al conflicto en Colombia, que prosigue después de 40 años. Asimismo, sobre la situación de Venezuela. Lula se propone seguir una política exterior dirigida a la integración de los países latino-americanos.

¿Cómo han reaccionado los trabajadores brasileños en relación a las diferentes propuestas de los actuales ministros?

Cuando Jacques Wagner, el ministro de Trabajo, hizo la propuesta de suprimir el 40 % de los fondos de garantía que los empresarios que despiden deben revertir a los trabajadores despedidos, hubo una ola de protestas de diferentes sectores. Hay otras proposiciones que nosotros rechazamos, como por ejemplo la del ministro de Economía, Palocci, que tenemos grandes dificultades para aceptar - referente a la autonomía del Banco Central. No pensamos que sea necesario dar la autonomía al banco central. Es necesario por el contrario poner en marcha los instrumentos para controlarlo, porque ya es demasiado autónomo. Lo vimos, bajo el gobierno de Ferdinando Henrique Cardoso, cuando el Banco Central hizo un "agujero" de veintidós mil millones de reales (aproximadamente siete mil millones de dólares) para salvar a tres banqueros. Así, dentro del PT, hay diferencias de orientación.

¿Qué piensan hacer los diputados del PT en el caso de contradicciones entre la línea del partido y las propuestas del gobierno?

El grupo de diputados del PT es el grupo principal del congreso nacional. Ya se ha reunido, y hemos decidido que no vamos a servir de avaladores de las decisiones del gobierno.

Deseamos tener el derecho de participar en los debates, de intervenir, de manifestar nuestros desacuerdos. En este momento, no tenemos divergencias profundas, porque seguimos estando, en general, en el terreno de las propuestas. Si nosotros rechazamos los proyectos de ciertos ministros, éstos no se han transformado aún en propuestas concretas. Los diputados han sido muy claros al respecto. Deseamos una participación activa en las discusiones sobre las propuestas.

¿Hay perspectivas de combatividad en la población?

Hay una esperanza inmensa por parte de las masas en el gobierno de Lula. Ha sido elegido con el 60 % de los votos. En diciembre de 2002, un sondeo mostraba que más del 76 % de los Brasileños apoyaban la elección de Lula. Necesitaremos la ayuda popular para combatir a la élite. Así los que piensan que los movimientos populares deben permanecer a la espera se equivocan. Debemos ayudar por lo tanto a que los movimientos se puedan organizar, desarrollarse, de modo que los ciudadanos sean más exigentes en relación a sus derechos, a su situación, etc. No podemos cometer el mismo error que Chavez, en Venezuela, donde el apoyo popular está totalmente desorganizado.

¿Tienes un mensaje para comunicar a los internacionalistas?

Hay razones para esperar. La mayoría de los ministros del gobierno está compuesta de militantes del PT. Este gobierno puede revolucionar - dentro de la coyuntura actual - el marco democrático del país, para transformarse en un gobierno democrático y popular, y para convertirse en un gobierno eminentemente socialista.

(Traducido de Rouge por Trentatres)
corriente@lterna