Lisandro Otero
Rebelión

La situación en Irak recuerda cada día más a Vietnam. En el sudeste asiático Estados Unidos comenzó su intervención con un pequeño grupo de asesores y apoyándose en las fuerzas mercenarias de Vietnam del Sur y terminaron destinando un inmenso ejército, muy costoso de desplegar y mantener, una inmensa flota aérea de B-52, la escuadra del Pacífico y aún así fueron derrotados y se replegaron con cincuenta mil muertos en los sacos de lona..
Ahora la administración Bush ha llegado al colmo del desparpajo Después de haber volteado la espalda a Naciones Unidas, y desairado a su Consejo de Seguridad decidiendo intervenir unilateralmente en Irak, --con el único apoyo del apóstata, Blair y el franquista, Aznar--, se vuelve a esas propias Naciones Unidas para pedirle apoyo militar en la forma de una fuerza multinacional de ocupación que le ayude a reprimir la dinámica insurrección nacional que están enfrentando. Hasta ahora los archiconservadores polacos han respondido aceptando quedarse con las papas calientes en las manos. ¡Es el colmo de la desfachatez! Después que se engulleron un país, y Halliburton se apropió de su petróleo, ahora le piden a otros países que envíen carne de cañón para que derramen su sangre con el fin de retener el control que favorece a las corporaciones transnacionales petroleras. Lo más grave es que existen muchas probabilidades de que las Naciones Unidas, bajo el leal fámulo Koffi Anam, acceda a esta misión indigna y empiece a pasar la alcancía de la ayuda militar a ver quién ofrece su cuota de cadáveres en beneficio de la Kellog, Brown & Root..
La Organización de Naciones Unidas nació, tras la Segunda Guerra Mundial como un centro de arbitraje internacional destinado a impedir futuras guerras. Tenía un antecedente en la Sociedad de Naciones que Woodrow Wilson patrocinó, después de la guerra del 14, y había sido un notorio fracaso. Hasta ahora la ONU no ha sido poco más que ostentoso carnaval protocolario, una feria de vanidades donde la egolatría de los mandatarios se desplegaba como la cola de un pavorreal. El papel subordinado de Naciones Unidas a la política exterior de Estados Unidos ha sido motivo de queja frecuente de los preteridos países del Tercer Mundo..
La ONU no ha sido más que una etiqueta para que las fuerzas armadas estadounidenses intervengan en todo el mundo con un disfraz de neutralidad. Las llamadas fuerzas de paz no hacen más que propagar la guerra y proteger los intereses de los poderosos. Las Naciones Unidas no han ejercido de manera activa los recursos de la conciliación, el diálogo y de adecuadas concertaciones. Ha constituido una fuerza punitiva de coerción injustificada y métodos policiacos..
El caso del ex-Congo belga fue lamentable. Naciones Unidas sirvieron para propiciar el asesinato de Patricio Lumumba, dirigente querido de multitudes, y entronizar la dictadura del lamentable Mobutu. En Angola fue decisiva para salvar su soberanía la participación de las fuerzas cubanas contra el intervencionismo de los sudafricanos. El organismo fue incapaz de detener la agresividad británica contra Argentina durante la guerra de las Malvinas. La bandera de la ONU sirvió de amparo a los norteamericanos en la guerra de Corea..
La ONU es un centro de burocratismo lujosamente pagado. Los casos de favoritismos amiguistas, de barraganas y mantenidas en posiciones bien remuneradas, de dipsómanos en direcciones estratégicas, de irresponsables en espacios privilegiados son cada día más frecuentes y más conocidos. Las naciones que deben cotizar se resisten a mantener esa casta de parásitos suntuosos. La costosa etiqueta, el derroche ceremonial, el injerencismo, la dictadura de los grandes son elementos que el mundo ya no está en condiciones de soportar..
Y ahora se le pide esta nueva cuota de autodenigración contribuyendo con una fuerza, aparentemente multilateral pero dirigida por los norteamericanos, para reprimir la insurrección nacional de los patriotas iraquíes. ¡El colmo! .
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