Internacional
|
28 de agosto del 2003
Entrevista con el sociólogo francés Alain Touraine*.
El gran retroceso de los medios de Estados Unidos
David Sendra
Brecha
"No puede haber iniciativas políticas importantes que no estén fuertemente vinculadas a programas de cambio social y en consecuencia de movilización popular".
-¿Qué opinión le merece la labor realizada por los grandes medios de comunicación estadounidenses a la hora de cubrir la guerra en Iraq?
-Un rechazo total. Estuve presente en Nueva York en febrero y marzo, es decir antes de la guerra y durante su primera fase. Me llamó la atención la casi total ausencia de información y de debates en los medios. Como muchos, tuve varias oportunidades de comparar CNN con BBC World. Los ingleses informaban, los estadounidenses presentaban reportajes técnicamente impresionantes, pero que no iban más allá de los comunicados militares. En cuanto a los periódicos, el The New York Times, que es el único diario realmente nacional de Estados Unidos, después de un largo silencio abrió un debate, pero muy limitado. Tengo una experiencia larga de la vitalidad de la opinión pública en Estados Unidos (por ejemplo durante la guerra de Vietnam), de tal manera que estoy impresionado por el retroceso que se está llevando a cabo ahora. Esta situación me parece muy peligrosa para la vida democrática de Estados Unidos.
-Tras los acontecimientos del 11 de septiembre, ¿cómo ve la salud de la libertad de expresión? -A partir del 11 de setiembre la lógica predominante en el mundo y en especial en Estados Unidos no es más una lógica económica y financiera sino una lógica ideológica y bélica.
-Usted sostuvo que Lula podrá demostrar que es erróneo que no se pueda hacer nada frente a la dictadura de los mercados. ¿Cómo está viendo sus primeras medidas políticas? ¿Y cómo analiza las primeras medidas del nuevo presidente argentino, Néstor Kirchner?
-La importancia de la victoria de Lula es que por primera vez en un gran país latinoamericano se dice claramente que la democracia debe ser escogida como camino hacia reformas sociales, y no la revolución. Este cambio fundamental no hubiera sido posible sin el fortalecimiento del Estado y las reformas de tipo socialdemócrata llevadas a cabo por los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso. Pero también Lula mismo dio la prioridad a la construcción de instrumentos propiamente políticos. Existen todavía fuerzas importantes que creen solamente en la revolución como instrumento de cambio social. El gobierno de Lula tendrá que mantener cierto equilibrio entre todas estas fuerzas.
En cuanto a Argentina, gracias a la política del ex presidente Eduardo Duhalde y a las primeras iniciativas de Kirchner, se ha escapado de un riesgo muy grande y muy inmediato de violencia política y de ruptura del orden constitucional. Tengo gran confianza en la capacidad de Argentina de levantarse y avanzar porque este país tiene muchos recursos humanos. A pesar del 'brain- drain' (la fuga de cerebros), lo más urgente es que se forme una clase dirigente, una oposición social y un liderazgo político en un país que durante las últimas décadas ha sido dirigido desde afuera por el sistema financiero y bancario mundial más que desde adentro.
Por otra parte, de manera general, y a pesar de la tentación normal de pensar en soluciones para todo el continente, la construcción de un sistema continental me parece fuera de alcance y destinado a fracasar. El único proceso posible y necesario es el renacimiento del MERCOSUR y su transformación rápida en un centro de decisión económica y política autónoma. No hay capacidad de decisión posible en un continente tan diverso como América Latina. La misma observación se aplica a la Unión Europea.
¿Cómo se inserta la estrategia de promoción del ALCA en un contexto en que Estados Unidos no duda en basar su dominación en la fuerza bélica?
La transformación brutal y total de la política estadounidense deja la prioridad a metas bélicas e ideológicas, no deja ningún lugar para una política latinoamericana porque los países del continente no tienen ningún peso en la formación de esta nueva geopolítica. Eso puede tener aspectos positivos para los países del continente. En particular porque el tema de la globalización es menos importante que el tema de la hegemonía política, el ALCA tiene menos importancia simbólica y a la vez los países latinoamericanos tienen una cierta capacidad de iniciativa política, pero hoy como siempre depende básicamente de los mismos países que se tomen iniciativas políticas. Agrego que no puede haber iniciativas políticas importantes que no estén fuertemente vinculadas a programas de cambio social y en consecuencia de movilización popular.
*Alain Touraine nació en 1925 en Hermanville-sur-Mer, Francia. Realizó estudios en las universidades de Columbia, Chicago y Harvard. En 1956 fundó el Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile. A partir de 1960 es director de estudios en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Paris, y en 1981 fundó el Centro de Análisis e Intervención Sociológicos, del que fue director hasta 1993. Su obra ha significado una influencia decisiva en las ciencias sociales latinoamericanas; desde Chile en FLACSO donde pasó varios años, y desde Paris en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Es considerado uno de los más importantes sociólogos contemporáneos.