Michael Moore va a por más: la cabeza de George Bush
Javier Casqueiro
Pagina/12 .
El documentalista quiere probar en su próximo film las relaciones del presidente estadounidense con Osama bin Laden.
Sólo Michael Moore podía encarar ahora un proyecto para documentar las presuntas relaciones entre las familias de George W. Bush y de Osama bin Laden. El polémico ganador del último Oscar al mejor documental por la agridulce Bowling for Columbine pretendía promover la participación de los estadounidenses contra la política del actual presidente y sus guerras. Pero ese descaro no es gratis. Las buenas perspectivas financieras que vislumbraba para Fahrenheit 911 se oscurecen. El conservador Mel Gibson rechazó la producción y los republicanos emprendieron una campaña de boicoteo contra un posible patrocinio de Disney. ..
El argumento de Fahrenheit 911 podía parecer el de una película de ciencia ficción, con dos protagonistas estelares que encarnan a los hijos gemelos y errantes de unos patriarcas petroleros. El mundo precisamente en el que tan bien se han manejado los Bush en Texas. Moore quiere estrenar la película el año que viene en Cannes, en plena campaña electoral estadounidense. El título Fahrenheit 911 alude, por un lado, a la fatídica fecha en la que se registraron los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono y, por otro, toma la referencia del clásico relato de Ray Bradbury. Moore pretende ofrecer con todo ello una visión sin contemplaciones del papel imperial jugado por los Estados Unidos tras esa conmoción y enlazar de alguna manera a los Bush con los Bin Laden a través del grupo conocido como Carlyle, a los que considera sus benefactores y amigos financieros en Arabia Saudita. .
Moore sostuvo recientemente en un show televisivo que el gobierno norteamericano sabe perfectamente dónde está Bin Laden y que ahora no quiere encontrarlo. El propio cineasta no fue muy claro sobre cómo tiene pensado argumentar "semejante enlace" o sobre su significado. El objetivo del documental es averiguarlo. Sí ha recordado un artículo de la revista The New Yorker poco después de los atentados, en el que se reveló que se había permitido la fuga de Estados Unidos de hasta 24 familiares de los millonarios Bin Laden en un jet privado saudí, antes de que el FBI pudiera investigarlos e interrogarlos a fondo. Desde la Casa Blanca se ha replicado que "las opiniones personales" del director parecen las "alucinaciones" de una persona "no seria".
El realizador dice que está orgulloso del debate que provocó con su arenga en la gala de los Oscar, cuando enfatizó la vergüenza que le producía un presidente al que catalogó como "de ficción". No se amilana tampoco a la hora de ofrecer públicamente, en su visitada página web, todo tipo de datos sobre los beneficios que le reportó no callarse. Su premiada película, Bowling for Columbine, lleva 31 semanas en la cartelera, por encima de cualquier gran éxito de Hollywood, con una recaudación total de más de 21 millones de dólares. Y tras la publicidad de la codiciada estatuilla, multiplicó exponencialmente el número de salas, de espectadores y de taquilla. Su página web ha registrado puntas de entre 10 y 20 millones de visitas diarias. .
Y claro está, todas esas ideas juntas, como él mismo admite, pueden conllevar problemas y enemistades. La revista Variety informó de la intención de la productora del actor Mel Gibson, Icon Productions, de apoyar con 10 millones de dólares Fahrenheit 911. El socio de Gibson, Bruce Davey, hizo el ofrecimiento. Pero Gibson acaba de regresar de Italia y rechaza la idea. Miramax, la división cinematográfica de Disney, tomó el relevo y apuntó que estaba considerando patrocinar el proyecto. Los conservadores han reaccionado como una espoleta. La página web del foro republicano, freerepu blic.com, está promoviendo el boicot a todo lo que huela a Disney, desde sus parques y películas infantiles hasta la cadena de televisión ABC.