La diplomacia nuclear y el espejo norcoreano ¿punto de quiebre imperial?
Fernando Montiel T.
Los Estados Unidos dan muestra de desgaste a cada paso que dan. Por igual en el frente político, económico e incluso el militar, Washington se comporta como una fiera que, herida de muerte, arremete contra quien sea para no dar muestra de debilidad..
Debatiéndose entre la disidencia interna, la protesta global y la "oposición oficial" en el Consejo de Seguridad, son tal vez las escaramuzas político-militares con Corea del Norte -vis á vis- la crisis iraquí, las que desnudan en su totalidad los bemoles y el talón de Aquiles de aquella que Zbigniew Brzezinski llamara "la primera, única y última superpotencia verdaderamente mundial"..
Al ser el único país que ha utilizado la bomba nuclear, Estados Unidos ha sabido aprovechar por más de 5 décadas el impacto sicológico y el horror que los crímenes de Hiroshima y Nagazaki sembraron en la población mundial. De hecho sobre este entendido fue que se diseño una de las pautas de política exterior estadounidense: "Hay que hacerles creer que estamos lo suficientemente locos como para lanzar la bomba". Esta consideración es importante ya que si alguna enseñanza se puede extraer de la actitud bravucona de Corea del Norte y la tímida respuesta que frente a ella han mostrado los estadounidenses, es que la frontera de la valentía imperial se encuentra ahí donde se conjugan el poder y la disposición de utilizarlo. Si bien es cierto Corea del Norte es quien ha dado esta cátedra de real politik en el 2002-2003, Pakistán e India lo hicieron también en su momento (1998), y aún antes, China y Rusia hicieron lo propio por décadas configurando lo que se llamó la Doctrina M.A.D (Destrucción Mutua Asegurada por sus siglas en ingles) que se encontraba en la base de la lógica de la disuasión en el periodo de la Guerra Fría...
Lo que por igual chinos, rusos, paquistaníes e indios han comprendido es que los chantajes nucleares estadounidenses se vienen abajo cuando se les juega con la misma carta..
India y Pakistán desarrollaron sus programas nucleares en clara violación al Tratado de No Proliferación ¿por qué no fueron hostigados con la misma intensidad con la que Irak esta siendo hostigado solo por la sospecha?. Más aún ¿por qué los más de 200 mil soldados que se están apostando en el Oriente Medio no están siendo enviados al sudeste asiático?. La respuesta es sencilla: en Washington se sabe que con Corea del Norte no va a ocurrir nada: los norcoreanos ganaron la partida del chantaje nuclear y ahora los Estados Unidos tendrán que vivir con ello. Pero como Irak no cuenta con armamento nuclear, entonces contra Bagdad es "seguro" hacer un despliegue abusivo de poder. Si la NSA, la CIA y el Departamento de Defensa realmente tuvieran cualquier temor mínimamente fundado de que en territorio iraquí se almacenan armas nucleares, la docilidad de Washington sería muy similar a la que han demostrado con Pyongyang. Pero como no es el caso, la "valentía" estadounidense será la misma que tuvo con Granada, Panamá Vietnam, (no obstante el resultado final) y más recientemente Afganistán..
La "diplomacia nuclear" estadounidense ha entrado en vigor nuevamente como parte de los preparativos de guerra contra Saddam Hussein. De cuando en cuando se pueden leer notas de prensa en las que se esgrime la posibilidad de un ataque nuclear táctico por parte de Estados Unidos contra Bagdad. No obstante que Bagdad es el objetivo último de esta amenaza, el mensaje político va dirigido a la "oposición oficial" del Consejo de Seguridad. Este nuevo chantaje nuclear se complementa con la disposición estadounidense a lanzar un ataque unilateral y aislado contra Irak en caso de un veto chino, ruso o francés en el Consejo de Seguridad..
Buenos estudiosos en el arte del manejo del poder, los halcones estadounidenses se están curando en salud para prevenir que hoy, Francia, Rusia o China sigan los pasos de Corea del Norte. Efectivamente, más allá de la condena moral que significaría un veto en el Consejo de Seguridad, las posibilidades de la "oposición oficial" de detener la nueva iniciativa bélica estadounidense en el Medio Oriente son limitadas si estas no se acompañan de un componente de disuasión militar. En otras palabras, si los Estados Unidos perciben que no existe el único binomio que respetan (poder y la disposición de utilizarlo) en la postura de franco-sino-rusa, las posibilidades de detener la agresión son bastante débiles: por cientos de años Estados Unidos ha recibido condenas de todos, por todo, todo el tiempo, algunas descargas más no tienen porque quitarles el sueño..
Las relaciones internacionales en esta coyuntura se encuentran al filo de la navaja. Existen las mismas posibilidades de que adopten un giro histórico que de que tengan un desenlace fatal. Por una parte ¿qué ocurriría si la "oposición oficial" plantea la posibilidad de impedir la agresión estadounidense a Bagdad por todos los medios posibles?. La primera consecuencia sería por supuesto un incremento de la tensión internacional a grados insospechados, sería una crisis que nos pondría al borde de la tan temida Tercera Guerra Mundial, y entonces los Estados Unidos estarían contra la pared. Son dos las alternativas que tendrían: 1) No ceder a la advertencia militar de sus opositores en el Consejo de Seguridad y lanzar la guerra contra Irak o 2) Ceder, dando con ello un giro súbito a su posición política guerrerista. Esto por supuesto implicaría una aceptación de facto de que los Estados Unidos no son esa gran potencia unipolar que a Brzezinski le gustaba presumir, o que si alguna vez lo fueron, esos tiempos han terminado..
En caso de que la advertencia de la "oposición oficial" sea seria (y en caso de que también sea seria la advertencia estadounidense de usar armas nucleares) la primera opción nos pondría -nominalmente- al borde del holocausto nuclear. Sin embargo, de la experiencia histórica se desprende que cuando los Estados Unidos perciben la amenaza nuclear como real, siempre terminan por doblar las manos: esta no tendría porque ser la excepción, en la inteligencia de que "que crean que estamos los suficientemente locos..." no significa que estén realmente lo suficientemente locos. De tener lugar la segunda alternativa, es decir, en caso de que la disuasión militar esgrimida por la "oposición oficial" surta efecto y los Estados Unidos se vean orillados a desistir de su ataque a Irak, se habría alcanzado un logro histórico. Aunque en apariencia sería un retroceso a la lógica bipolar de la Doctrina M.A.D de la Guerra Fría, en realidad nos habríamos ubicado en un lugar diferente de la historia de la política internacional, ya que un freno en el plano militar a una potencia como los Estados Unidos implicaría el inicio del fin precisamente de ese estatus de superpotencia unipolar. El orden posterior se caracterizaría por el conflicto de los Estados Unidos por detener o retrazar su inexorable declive, y los otros bloques (Unión Europea, ASEAN) por llenar los espacios que la primera va dejando. Aunque por supuesto el declive estadounidense no va a detener la ambición imperial de sus competidores (al contrario), del conflicto de los grandes siempre se abren oportunidades para los pequeños, además de que siempre es mejor enfrentarse a 3 potencias con 3 rifles (potencias que además se enfrentan y se desgastan entre ellas) que enfrentarse a una potencia con 9 rifles..
Estos por supuesto no son solo buenos deseos. Para lidiar con la crisis y llevar su desenlace a buen puerto se requiere de diplomacia de alto riesgo (de muy alto riesgo) y hombres lo suficientemente templados como para ganar una guerra de nervios frente a la clase política estadounidense. Es posible, después de todo, el primer paso para demostrar que los Estados Unidos son un tigre de papel es asumirlos como tal.