21 de diciembre del 2003
Índice de la censura
examina la libertad de expresión en EE.UU.IFEX
El Boletín Índice de la censura, la revista trimestral sobre libertad de expresión, dedicó su edición más reciente a EE.UU., un país en el que la libertad de palabra se considera sagrada aunque ahora parece ser «incómoda o antipatriótica» tras el 11 de septiembre. «Rewriting America» examina al país más poderoso del mundo a través de las palabras de los habitantes locales que están en el frente de la libre expresión.
En «The Trials of Liberty», Michael McClintock del Comité de Abogados por los Derechos Humanos (LCHR) escribe que desde el 11 de septiembre, virtualmente todos los aspectos de la protección de los derechos humanos en EE.UU. se han puesto en duda.
La Ley Patriótica de EE.UU. se hizo pasar a toda prisa por el Congreso y se promulgó el 26 de octubre de 2001 virtualmente sin debate público, señala McClintock. La ley dio a la policía mayores poderes para espiar a los ciudadanos y recopilar información sobre ellos y a la vez que estableció nuevos crímenes e impuso penas más estrictas.
La libertad de información también sufrió un revés ese mes cuando el ministro de Justicia John Ashcroft ordenó a los organismos gubernamentales ignorar la Ley de Libertad de Información, lo que impuso a los ciudadanos la carga de demostrar primero que tenían un derecho de acceder a los registros gubernamentales, dice McClintock.
Entre otros intentos más recientes de ampliar poderes policiacos, la administración Bush publicó una propuesta en mayo de 2003 que pedía un acceso más amplio del gobierno a la información personal. Según esa propuesta, la CIA y el Ejército tendrían autorización, sin una orden de tribunal, de obligar a proveedores de Internet, empresas de tarjetas de crédito, bibliotecas y otras organizaciones de revelar registros telefónicos, transacciones bancarias y comunicaciones por correo electrónico, escribe McClintock.
En «Clear and Present Danger», Jim D'Entremont, de la Boston Coalition for Freedom of Expression (Coalición de Boston por la Libertad de Expresión), escribe acerca de la tendencia creciente de censura musical entre una mayor concentración de medios. Con cientos de estaciones de radio y televisión, compañías grabadoras y sitios para conciertos que eran independientes y ahora son propiedad de gigantes de los medios como AOL Time Warner, Viacom y News Corporation, los músicos están bajo una mayor presión para jugar a lo seguro y evitar el contenido polémico.
«En las salas de consejo de conglomerados de comunicaciones y cadenas de venta al detalle, la restricción de la expresión surge debido al temor de que el lenguaje, las imágenes o temas polémicos pudieran manchar el blasón de la empresa o hacer perder dinero», dice D'Entremont.
Por ejemplo, después del 11 de septiembre, Clear Channel Communications, que posee 1,225 estaciones de radio y 39 estaciones de televisión en EE.UU., envió una circular a sus estaciones de radio que sugería que «retiraran» al menos 150 canciones cuyo contenido podría parecer antiestadounidense.
Otros artículos en Índice de la censura tienen noticias sobre las restricciones a la libre expresión del gobierno estadounidense en el Iraq después de Saddam, los informes de los medios estadounidenses acerca de la guerra en Iraq y la libertad de expresión en los campus universitarios.
Lea los artículos en línea en: