VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Internacional

23 de octubre del 2003

Bush teme a América Latina

Frank Martin
WDS
La administración del presidente norteamericano, George W. Bush, interpreta las nuevas corrientes de independencia con respecto a Washington en algunos gobiernos latinoamericanos y los graves acontecimientos en Bolivia como una muestra de que desde el sur del Río Bravo "se amenaza" la seguridad nacional norteamericana.

La preocupación oficial estadounidense acaba de reflejarse durante una audiencia en el Congreso en Washington sobre el conflicto boliviano, en el cual un representante del gobierno de Bush dijo que la seguridad nacional está en peligro si continúa la inestabilidad en América Latina.

Según Adolfo Franco, director adjunto del organismo estadounidense para el Desarrollo Internacional, la región "afronta problemas de desarrollo que amenazan a la seguridad nacional y a la economía estadounidense".

Antes, el Subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, había dicho ante una audiencia de la Cámara de Representantes que América Latina posee para Bush "una importancia crucial para nuestra seguridad y nuestro bienestar".

Otra personalidad norteamericana preocupada por lo que ocurre en Latinoamérica fue, en la misma audiencia, el legislador republicano por Carolina del Norte, Cass Ballenger, quien afirmó que "la euforia de los años noventa se ha disipado en la región".

Agregó, que "las reformas económicas incompletas se han encontrado con una recesión mundial y el desmoronamiento, en algunos países, de los partidos políticos tradicionales".

Al enfrentar las críticas en el congreso que atribuyen a Bush haber "abandonado" a América Latina, Noriega consideró que la Casa Blanca en realidad desea "construir una comunidad interamericana ligada por el valor común de la libertad, fortificada por el imperio de la ley, y próspera mediante el comercio libre".

Como condimento a las posiciones latinoamericanas de Bush, el mismo subsecretario de Estado afirmó también la semana pasada que no es permisible para su país "el anarquismo y la violencia" que vive Bolivia.

Al hablar ante una Conferencia Anual sobre América Latina organizada por el "Council of the Americas", el alto funcionario de Bush consideró en ese momento al ahora derrocado Gónzalo Sánchez de Lozada como "un defensor de la democracia".

En aquel discurso expuesto el día 17, antes de que De Lozada viajara a Estados Unidos, Noriega expresó que "respaldamos que se respete la constitución y al presidente Sánchez de Lozada en su lucha contra el narcoterrorismo", respaldando así los argumentos del ahora ex presidente contra la rebelión popular.

Para analistas, las únicas políticas que desarrolla Estados Unidos actualmente con cierta coherencia en cuanto a América Latina son las de ayudar militarmente al gobierno de Colombia, tratar de conseguir el aislamiento de Cuba en el entorno Latinoamericano, y continuar con sus críticas y acciones contra el gobierno venezolano que encabeza Hugo Chávez.

Existen indicios brindados por el propio Noriega de que el elemento que más preocupa a la administración Bush de las nuevas corrientes de opinión, independientes a Washington, de algunos gobiernos de la región es el de acercamiento a Cuba.

Las hostilidades de la administración republicana contra Venezuela comenzaron precisamente a partir de la amistad de Chávez con Cuba. El mismo Noriega protagonizó un incidente reciente con Argentina por igual motivo.

La afirmación de que América Latina es "crucial" para la seguridad nacional de Estados Unidos fue utilizada antes por otro presidente republicano, Ronald Reagan, para lanzar una guerra "sucia" en América Central.

Antes, el también republicano Richard Nixon utilizó argumentos similares para su "batalla contra el comunismo" en Chile.