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Internacional

1 de enero del 2003

Entrevista con Robert Fisk
Para entender el 11 de septiembre "hay que leer historia"

Karim Hauser
Masiosare

Es uno de los más reconocidos corresponsales extranjeros de Gran Bretaña –obtuvo siete veces el Premio al Periodista Internacional Británico del Año–. Robert Fisk cubrió el conflicto en Irlanda del Norte, las invasiones israelíes en Líbano, la revolución iraní, la guerra Irán-Irak, la incursión soviética en Afganistán, la guerra del Golfo, los conflictos en Bosnia y Argelia, la lucha bélica en Yugoslavia, las sublevaciones palestinas y la reciente guerra en Afganistán. Entrevistó en tres ocasiones a Osama Bin Laden. El corresponsal trabaja para el diario inglés The Independent. Con la autoridad que le da haber pasado 26 de sus 55 años en Medio Oriente, Fisk, en entrevista con Karim Hauser, periodista del servicio mundial de la BBC, explica algunas de las claves para entender lo que pasa en esa región del planeta y lo que ocurrió en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001
BEIRUT, LIBANO.– "Las implicaciones del 11 de septiembre no han sido exploradas a profundidad ni en Estados Unidos ni en Medio Oriente", explica Robert Fisk. "El análisis de lo que sucedió debe incluir la humillación de la que son objeto las naciones árabes, pero también su disposición a ser los títeres de Occidente y su fracaso a la hora de crear Estados modernos".
"En los asuntos humanos no hay soluciones, pero sí acuerdos", dice el periodista. Acuerdos como: darle a los palestinos un Estado de verdad; cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas (que vayan los inspectores a Irak, que Israel desocupe los territorios ocupados desde 1967); acabar con el apoyo otorgado a los dictadores árabes que cooperan con Occidente; ayudar al sistema social del mundo árabe, sin criticar la religión musulmana; y leer historia, leer lo que Occidente ha hecho en esta región durante casi un siglo. "Si haces todo eso, especialmente si lees historia, comenzarás a entender por qué sucedió lo que sucedió el 11 de septiembre."
Por qué los árabes no creen en Occidente
–En un artículo mencionó que el Islam no ha hecho un autoanálisis sobre su responsabilidad en el 11 de septiembre, ¿qué relación existe entre los ataques terroristas del 11 de septiembre y el Islam?
–No creo que el Islam haya desencadenado estos ataques, sino las circunstancias humillantes, la historia de mentiras, promesas rotas y dominación, en las que ha estado sumido el mundo árabe desde la Primera Guerra Mundial.
"Los estadunidenses no han respondido a la pregunta de por qué sucedieron (los ataques). Para ellos eso significaría analizar a fondo la relación entre Estados Unidos e Israel, y eso es un tema tabú. Se puede hablar con libertad sobre los gays, las lesbianas o los negros, pero no se te ocurra preguntar sobre la relación entre esos dos países.
"Y, paralelamente, las naciones árabes no quieren aceptar que están conectadas con los atentados. Todos los atacantes eran árabes: 15 eran de Arabia Saudita y uno provenía de un lugar que queda a 40 kilómetros de aquí, en Líbano. El análisis de lo que sucedió debe incluir la humillación de la que son objeto, pero también su disposición a ser los títeres de Occidente y su fracaso a la hora de crear Estados modernos. Lo cual probablemente tiene que ver con que en esta parte del mundo no se vivió el Renacimiento. ¿Por qué las instituciones políticas islámicas no han progresado? Las tradiciones del Islam, la misericordia y la generosidad, están bien. Pero, ¿por qué no se pueden hacer preguntas? ¿Por qué hay policía secreta y, en muchos casos, cámaras de tortura?
"Los árabes saben lo que es la democracia, y les gusta la idea. Pero tal vez no la ejerzan porque nosotros los occidentales no los dejamos, porque probablemente dejarán de hacer lo que queremos. La verdadera pregunta es, sin embargo, ¿qué es lo que bloquea el camino hacia el progreso social y político en el Medio Oriente? Podemos explicarlo históricamente: después de la época de los califas, cuando se dio la gran producción científica del mundo árabe, que llegó a Europa a través de los judíos y musulmanes de España, el incremento del poder de Occidente (con el descubrimiento de nuevos mundos) obligó al mundo árabe a replegarse sobre sí mismo. En esos momentos no era patriótico cuestionar al califa. Y cuando se desmembró el imperio otomano, y se hablaba del Renacimiento, llegaron las potencias europeas, Francia e Inglaterra, a repartirse el pastel. En aquel tiempo, Estados Unidos favorecía la idea de una gran federación árabe democrática. Algo completamente opuesto a la fragmentación que ahora busca.
"El problema es que todo esto sólo se discute en las aulas universitarias, no en el gobierno. Así que las implicaciones del 11 de septiembre no han sido exploradas ni en Estados Unidos ni en Medio Oriente."
–¿Cuál es la postura de Occidente frente a los países árabes?
–A pesar de lo que diga George Bush, no nos interesa la democracia en los países árabes. Si son obedientes, estamos contentos con los Estados petroleros. Y, muy pronto, el señor Bush obligará a Irak a obedecer, como lo hacía antes. Ahora, mucha gente dice: "Si Occidente quiere ayudarnos, ¿por qué no ayudó a Afganistán?" Colin Powell y Tony Blair dijeron: "Afganistán, estamos contigo"; pero, un año después del bombardeo, Afganistán es un desastre económico y político. Acabo de estar allí, y es un Estado de drogas, señores guerreros y bandidos, donde no puedes desplazarte por la noche. O sea que no estamos interesados en ayudar a esta gente, ni brindando ayuda financiera para crear un Estado moderno, ni siquiera discutiendo la idea. Sólo nos interesa bombardearlos de vez en cuando.
"Durante la Primera Guerra Mundial le prometimos a los árabes su independencia a cambio de apoyo a la Alianza, y solamente después se enteraron de que habíamos prometido un hogar nacional a los judíos, y tampoco supieron del acuerdo Sykes-Picot, con el que Francia y Gran Bretaña se repartieron el Medio Oriente. Inglaterra obtuvo los mandatos sobre Irak, Palestina y Transjordania, mientras que Francia obtuvo Siria, luego de bombardear Damasco, expulsar al rey, ejecutar al ministro de Defensa y crear el Líbano. Así que, tomando en cuenta esta serie de mentiras, no es difícil adivinar por qué hoy los árabes no nos quieren creer."
Ningún árabe quiere la guerra contra Irak
–¿Cuánto apoyo a la guerra contra Irak hay en la región?
–Cien por ciento de la población árabe no desea esta guerra, y lo expresan voluntariamente, no porque alguien los obligue. Yo no he conocido a nadie en el Medio Oriente, desde que Saddam (Hussein) desplazó a (Osama) Bin Laden como "la figura a la que hay que odiar", que quiera una guerra contra Irak, claro, a excepción de los israelíes.
–¿Cuál es el papel que está jugando Francia?
–Estados Unidos, Francia y Rusia quieren lo mismo: petróleo. El peligro de una invasión a Irak es que las compañías estadunidenses obtendrán todas las concesiones petroleras, y tanto Rusia como Francia perderán sus ventajas y acuerdos logrados con el régimen baathista de Irak. El discurso del presidente Jacques Chirac habla por muchos europeos; yo me siento más representado por su postura que por la del señor Blair. Pero no tengo ilusiones con respecto a la política de Francia en Medio Oriente.
"Rusia, por su parte, podría aceptar nuevas resoluciones, siempre y cuando sus contratos petroleros no se vean afectados. Pero lo que trasciende a estos intereses comerciales es un recelo hacia el comportamiento de la superpotencia: ya no sólo quiere ser el policía del mundo sino también el gobernante. Y el Consejo de Seguridad de la ONU es uno de los últimos obstáculos a la hegemonía estadunidense. Por eso a Bush le interesa hacerlo irrelevante de dos formas: 'O hacen lo que les decimos o hago lo que quiero'."
Saddam y Bin Laden
–¿Qué relación existe entre Saddam Hussein y Al Qaeda?
–No hay duda de que el régimen iraquí ha apoyado en el pasado a los llamados "combatientes por la libertad", pero no existe ningún tipo de evidencia para comprobar los vínculos con Al Qaeda. Se sabe, por ejemplo, de un grupo de militantes islámicos que opera desde territorio kurdo, pero esa zona está fuera del control de Saddam. En teoría, los países occidentales ejercen control sobre esta zona. El supuesto encuentro entre un oficial iraquí y un miembro de Al Qaeda fue desmentido por el presidente de la República Checa. O sea que son mentiras, como lo es usar el argumento del abuso a los derechos humanos. Sabemos que Saddam Hussein tiene prisiones terribles donde se practican torturas espantosas, también sabemos que usó armas químicas en contra de su población en los ochenta. Pero también sabemos que en esa época Estados Unidos intentaba reabrir su embajada en Bagdad y que cuando usaban gases en contra de las tropas iraníes, el presidente Ronald Reagan mandó a un enviado especial a Bagdad, Donald Rumsfeld (actual secretario de Defensa estadunidense), quien en 1984 conversaba con el canciller iraquí, Tarek Aziz, justo cuando Naciones Unidas publicaba su informe sobre el uso de gases por parte del gobierno de Saddam. De la misma manera en que no creo en los vínculos del régimen iraquí con Al Qaeda, tampoco creo que a los estadunidenses les importe un comino el respeto a los derechos humanos en Irak. Tuvieron dos décadas para preocuparse por eso y no lo hicieron.
Los deseos de Israel
–¿Cuál es el curso de acción que Estados Unidos debería emprender?
–En primer lugar, Estados Unidos tiene que traer justicia al Medio Oriente, tanto a israelíes como a árabes, y eso significa cesar el apoyo incondicional que proporciona a Israel. También implica interrumpir la venta de armas en toda la región.
"Por otra parte, debe impedir que los grupos de cabildeo israelíes dominen la política exterior estadunidense hacia Medio Oriente. Mientras exista un sistema donde el pueblo estadunidense no pueda hablar sobre el Medio Oriente, pero diputados y senadores que reciben millones de dólares de estos grupos de cabildeo apoyen sin criticar todas las acciones israelíes, habrá una falsa democracia en Estados Unidos. Cuando voy a dar conferencias, muchos estadunidenses me preguntan: '¿Por qué nuestro gobierno no puede hacer lo que queremos en lugar de lo que quiere Israel?'
"En Europa, recibir donaciones es vergonzoso y los políticos tienen que declararlas, pero en Estados Unidos ocurre lo contrario. El poder de los lobbies es algo que los estadunidenses deben resolver.
"No hablo de los judíos en general, sino de aquellos que calumniosamente acusan de antisemita a quien critica las políticas de Israel. Es una desgracia. Tengo amigos judíos estadunidenses y también europeos que opinan lo mismo. Recibo mucha correspondencia acusándome de antisemita o de nazi. Hasta el actor John Malkovich dijo que quería matarme de un tiro. El peligro no es que un personaje de estos me quiera acribillar, el problema es que otras personas más irracionales puedan pensar que es una buena idea. Algunos ya me han escrito diciendo que voy a morir pronto y me han enviado dibujos en los que muero golpeado. Pero lo peor que puedes hacer es disculparte y dejar que eso menoscabe tu integridad. A cualquier persona que me acuse de antisemita, le digo que no tiene ningún derecho a decirlo y que lo voy a demandar ante un tribunal británico."
Sí hay solución en Medio Oriente
–Finalmente, hay quien piensa que el conflicto en Medio Oriente no tiene solución, ¿qué recomendaría a estos escépticos?
–En los asuntos humanos no hay soluciones, pero sí acuerdos, justicia y ecuanimidad: darle a los palestinos un Estado, uno de verdad, con Jerusalén como capital compartida con los israelíes; que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas (que vayan los inspectores a Irak, que lo desarmen si es necesario; que Israel desocupe los territorios retenidos desde 1967, como lo indica la resolución 242 del Consejo de Seguridad); acabar con el apoyo otorgado a los dictadores árabes sólo porque cooperan con Occidente; ayudar al sistema social del mundo árabe en su poder, sin criticar la religión musulmana; y leer historia, leer lo que Occidente ha hecho en esta región durante casi un siglo. Si haces todo eso, y especialmente si lees historia, comenzarás a entender por qué sucedió lo que sucedió el 11 de septiembre.