4 de julio del 2003
La empresa pública pretende "deshacerse" de 1.500 trabajadores
RENFE plantea un nuevo despido colectivo
CGT
El día 1 de julio se mantuvo una reunión, convocada por la Dirección de RENFE, para tratar un nuevo Expediente de Despido Colectivo que supondrá la destrucción de otros 1.500 empleos en el ferrocarril europeo con menor nivel de plantilla y más alto índice de productividad por trabajador.
En poco más de 10 años, la plantilla de RENFE ha disminuido en más del 50 %, pasando de más de 70.000 trabajadores a los actuales 31.000. La falta de plantilla se evidencia en los más de dos millones de horas extraordinarias realizadas entre enero y octubre de 2001, últimos datos facilitados por la empresa.
La precipitación de la convocatoria hace suponer que la empresa pretende completar sus intenciones antes de agosto, que la negociación se va a limitar a cubrir los formalismos mínimos que exige el Estatuto de los Trabajadores, algo similar a la tramitación parlamentaria de la Ley del Sector Ferroviario que está imponiendo el Gobierno mediante el rodillo de su mayoría absoluta.
La falta de plantilla, sin embargo, está impidiendo a RENFE desarrollar numerosas funciones y trabajos propios, lo que está conllevando la externalización de cargas de trabajo, la privatización de numerosos centros de trabajo, el cierre de talleres y estaciones, la modificación de condiciones de trabajo y constantes incumplimientos de la normativa laboral.
En este nuevo Despido Colectivo no existe compromiso alguno, por parte de la Dirección, de no continuar adelante con la política de cierre de dependencias y privatización y externalización de cargas de trabajo.
Por otra parte, los ingresos previstos en la oferta pública de empleo para el año 2003 han sido utilizados, hasta el momento, para la contratación de ingenieros, en una empresa pública saturada de directivos y con una plantilla operativa insuficiente para ofrecer con garantías sus obligaciones de servicio público en condiciones plenas de seguridad.
La constante disminución de plantilla se está haciendo sentir de forma particular en una reducción del personal directamente relacionado con la seguridad del transporte ferroviario y con un déficit creciente de mantenimiento, tanto de la infraestructura como del material rodante.
Frente a la "racha" de accidentes ferroviarios de los últimos meses, la Dirección de RENFE aprobó recientemente un Plan de Rehabilitaciones urgentes de la Infraestructura, que incluye actuaciones intensivas para las que es necesaria una dotación de personal superior a la actualmente existente. Una nueva reducción de plantilla sólo se puede llevar a cabo en detrimento de la seguridad.
La intención de reducir nuevamente la plantilla no tiene justificación posible, puesto que podría hacer inviable la capacidad productiva de la empresa, una situación que ya ha empezado a producirse.
El objetivo de este Despido Colectivo, tal y como reconoce la propia Dirección en la comunicación de apertura del periodo de consultas, es facilitar la aprobación y aplicación de la Ley del Sector Ferroviario, a expensas de la Seguridad Social.
Respecto a la falta de justificación de este Despido Colectivo, la propia Dirección de la empresa ha reconocido que los motivos que alega son los mismos planteados en los cuatro Expedientes llevados a cabo con anterioridad en RENFE y que, lejos de solucionar los problemas de la compañía, los han agravado.
Los despidos colectivos se están convirtiendo en la tónica en nuestra sociedad laboral: incluso empresas con superávit como Telefónica o Iveco están recurriendo a esta destrucción de empleo para aumentar sus beneficios. Tanto la Dirección de RENFE como los demás sindicatos han mostrado una prisa inusitada por acordar este despido en un plazo inferior a 15 días, tal vez por las dudas de que el Ministerio de Trabajo pueda aprobarlo ante la falta de justificación y la situación de irregularidad en que se desarrolla esta negociación.
El SFF-CGT no se opone a la reducción de la edad de jubilación, que debería ser extensiva a todos los trabajadores/as, pero no puede consentir lo que supone una nueva agresión al conjunto de la plantilla de RENFE, una nueva actuación que tendrá efectos negativos en la viabilidad del ferrocarril y en la seguridad.