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La vieja Europa

26 de julio del 2003

La Justicia francesa condena a 57 años de cárcel a 5 miembros del PCE(r) y a 2 de los Grapo

Comités por un Socorro Rojo Internacional-Catalunya
El 23 de julio pasado el Tribunal Correccional de París leyó la condena a los militantes del Partido Comunista de España (reconstituido) y a los antifascistas de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre –los 7 de París-. El tribunal impone la máximas penas posibles: 10 años para Manuel Pérez Martínez, 10 años para Isabel Llaquet Baldellou, 10 años para José Luís Elipe, 6 años para José Antonio Peña Quesada, 3 años para Rosario Llobregat (militantes del PCEr); y 10 años para Fernando Silva Sande y 8 para Victoria Gómez, miembros de los Grapo.

La naturaleza política de esta sentencia queda en perfecta evidencia si se tiene en cuenta la desproporción entre la condena de Victoria Gómez (miembro de los Grapo a la que le encontraron una pistola) y la de Isabel Llaquet, militante del PCE(r). Esta última mucho mayor, a pesar de haber participado en ningún hecho violento.

Conviene recordar también lo escandaloso del caso de la entrevista reservada, llevada a cabo en el despacho del presidente del Tribunal poco antes del inicio del juicio, entre un desconocido alto funcionario de la Embajada española y los miembros del Tribunal.

Por esto mismo los abogados han recurrido inmediatamente la sentencia. Este hecho es una pequeña muestra de la colaboración estrecha entre la policía y la magistratura de los Estados español y francés en su tarea por acabar con la disidencia política.

Una colaboración policial, judicial y política que no es casual y que está estrechamente unida a un proceso de constante fascistización de las llamadas "democracias" capitalistas, hacia un contexto internacional cada vez más belicista.

En la mañana en que se leyó la sentencia, Manuel Pérez Martínez, José Luis Elipe, José Antonio Peña y Fernando Silva, fueron reducidos uno por uno entre varios gendarmes, atados y golpeados con porras, puñetazos y patadas por todo el cuerpo, conservando numerosas contusiones y heridas.

El contenido de la sentencia no se conoce todavía, y posiblemente no se conocerá hasta septiembre. La condena incluye la prohibición de residir en Francia una vez cumplida la pena de prisión, lo que supone que quienes no tengan extradición serán expulsados al salir de la cárcel. Lo que ocasionará una nueva batalla por evitar que en el futuro sean expulsados precisamente al estado español.

Para hacer un análisis más profundo de la sentencia y del proceso en Francia contra los 7 de París, conviene tener en cuenta las órdenes de extradición que la Audiencia Nacional ha empezado a pedir y las nuevas que está preparando, para los detenidos de hace un año.

Todo ello no ha impedido que la solidaridad llegase a los encausados durante el juicio. Solidaridad que tiene que continuar hacia los compañeros y compañeras y hacia todos los revolucionarios.

Precisamente durante el juicio, han sido detenidos solidarios en Francia y en Italia y se han registrado más de sesenta de pisos y locales.

La represión contra la disidencia política aumenta en Europa, y el estado español se sitúa a la cabeza: Ley de Partidos, endurecimiento de las penas de cárcel, políticas de aislamiento y dispersión, torturas, aumento de las prisiones, persecución constante contra movimientos sociales y solidarios… Por ello es necesario unir más esfuerzos. Extender la solidaridad con los presos políticos es más necesario que nunca y denunciar a los estados terroristas y sus abusos.

Y, desde luego, es evidente que hace falta unir esfuerzos reforzando y consolidando un proyecto solidario y antirrepresivo, antifascista, antiimperialista e internacionalista como lo es el SOCORRO ROJO INTERNACIONAL.