26 de julio del 2003

Rebelión
Dos comandantes de la benemérita Guardia Civil y un Inspector de la Policía Nacional han viajado a Bagdad para estudiar las condiciones en que operarán en Iraq los efectivos españoles, y su conclusión principal es que la falta de seguridad es el problema más serio con que se enfrentarán nuestros soldados en la zona donde van a ser desplegados. Una seguridad difícilmente garantizada debido a los continuos ataques que se están produciendo contra las tropas ocupantes.

Según su dossier, el uniforme militar no es bien visto por la población, y, además, los que disparan contra los soldados lo hacen con un tipo de arma de la que no es posible protegerse sólo con un chaleco antibalas. Los datos fueron recogidos sobre el terreno, unos días antes de que en la ciudad de Nayaf miles de chiitas se manifestaran contra la presencia de soldados norteamericanos. Es precisamente la provincia que estará bajo mando de la brigada hispanoamericana que encabeza España. En el Ministerio de Defensa español no existe especial "preocupación" por estos datos. De hecho el ministro de Defensa llegó a afirmar, días atrás, que los soldados españoles iban a desempeñar su labor "de paz" en una 'zona hortofrutícola' y 'bastante tranquila'".

Por cierto que los 50 efectivos de la Benemérita que iban a integrarse en el contingente militar que saldrá desde Pontevedra tuvieron que darse la vuelta la semana pasada, a la altura de Benavente, por una orden directa del Ministro del Interior, Ángel Acebes. A pesar de que Defensa había reclamado ese número de agentes del Instituto armado, incluso un número mayor, el Ministro del Interior aún no ha autorizado su envío, precisamente por problemas de seguridad.

Según El Mundo, Antonio Hernández Mancha (ex presidente de Alianza Popular y ahora militante de base del PP) anda por Bagdad estudiando el terreno para abrir una oficina de consulting. Se trata, según Hernández Mancha, de "suministrar asesoramiento, información y todo lo que necesite una empresa o una persona que quiera establecerse u operar aquí". Y dice El Mundo que, aunque sus actividades son estrictamente privadas "resulta impensable hacer negocios en Irak en estos momentos si no se dispone de contactos políticos con la Administración estadounidense, que es quien adjudica los contratos para reconstruir el país". Y claro, el ex presidente de AP es amigo personal de Bush.