6 de julio del 2003
Desafío para el Mercosur
Emir Sader
Servicio Informativo
"alai-amlatina"
La decisión del nuevo gobierno argentino de poner impuestos a los capitales
especulativos que permanezcan menos de 180 días en el país introduce
un elemento nuevo que puede comenzar a dar forma al nuevo MERCOSUR propuesto
originalmente por Brasil. A pesar de haber declarado la moratoria del pago de
sus deudas, Argentina también fue contemplada para una gran entrada de
capitales, como resultado de las tasas de interés muy bajas en los países
centrales del capitalismo, comenzando por Estados Unidos. Se mantiene bajo control
la cotización del peso, se reduce la capacidad exportadora del país
y afecta su balanza de pagos. De ahí la decisión del presidente
argentino.
Una medida similar existía en Chile antes a la crisis brasileña
de 1999, sin embargo, tuvo que ser suspendida porque los países vecinos
marchaban en dirección opuesta, creando cada vez más facilidades
para el ingreso del capital financiero. Una medida de ese orden se torna inviable
si los países vecinos mantienen la oferta de altas tasas de interés
sin ningún tipo de impuestos. La medida del gobierno argentino coloca
a Brasil en el desafío de aplicar algo similar o renunciar al proyecto
de construcción de un MERCOSUR fortalecido, que incluya un Parlamento
y una moneda común. Sin coordinación de sus políticas cambiarias,
poco o nada se podrá avanzar. No obstante, en este momento Brasil asume,
al finalizar el primer semestre del nuevo gobierno, una postura liberal delante
de la política cambiaria y nada hace prever que nuestro país acompañe
ahora a Argentina. Con todo, al no hacerlo, a pesar de decir que apoya la medida
de Kirchner, en realidad estaría saboteándola, por las altas tasas
de interés real -más altas que hace dos meses- y por la disposición
del gobierno brasileño de seguir atrayendo capitales especulativos.
La situación coloca al MERCOSUR en el desafío inesperado de tener
que pronunciarse sobre una medida que hoy divide al bloque. Lo que podría
cambiar la situación, seria un giro de rumbo en la política económica
del gobierno Lula, en el pasaje anunciado de lo que sería su segunda
fase. En ese caso, se combinaría el reimpulso del desarrollo con el desaliento
al capital especulativo. Pero, para entonces el gobierno de Lula tendrá
que abandonar su pretensión actual de retomar el desarrollo en el marco
de las políticas microeconómicas, sin sacudir los pilares de la
política macroeconómica. Al no hacerlo, estará, en la practica
inviabilizando la medida argentina y abriendo un foso entre los dos principales
miembros del MERCOSUR.
(Traducción ALAI