13 de junio del 2003
Francia, hacia la huelga general
Virginia de la Siega
Nuevos rumbos
Desde hace quince días, Francia está siendo sacudida por
el movimiento huelguístico más grande desde las luchas de 1995.
La lucha se está generalizando tanto en el campo como en las ciudades.
La punta de lanza contra esta ofensiva pro-patronal son los docentes que hace
dos meses están en huelga contra la reforma educativa del gobierno. Al
día de hoy -28 de mayo-hay 2500 escuelas y liceos junto a numerosas escuelas
primarias y jardines de infantes, en huelga por tiempo indeterminado, y la universidad
entró en el conflicto esta semana.
Los ejes del ataque del gobierno son: la descentralización, la ley de
autonomía universitaria, el congelamiento de las vacantes educativas
y la ley de jubilaciones.
Si la reforma se impone, habrá una reducción del personal de auxiliares
docentes-gabinetes sico-pedagógicos, médicos, personal de maestranza,
etc. -quienes pasarán a depender no del presupuesto de la educación
nacional, sino del regional o municipal. Esto implica no sólo la pérdida
de las conquistas laborales y salariales de los trabajadores, sino la implantación
de diferencias entre escuelas pobres y ricas.
Por medio de la ley de autonomía universitaria, se 'globaliza' el presupuesto
de cada universidad, se fortalece el poder del presidente de la universidad
para que pueda introducir las reformas que él considere necesarias, y
se abre la puerta a la unificación de universidades con menos de 15.000
estudiantes, lo que significará la desaparición de un sinnúmero
de universidades regionales. Con respecto al presupuesto, el gobierno plantea
cubrir sólo una vacante de cada dos para los años que vienen.
Pero el punto de contacto con el resto del movimiento obrero, lo que sacó
a la calle a centenas de miles el 13 y el 25 de mayo, y que concita el apoyo
del 65% de la población, es la lucha contra las reformas que el primer
ministro Raffarin quiere introducir al sistema jubilatorio.
Mientras tanto, el gobierno no solo sigue sordo a la voz de la calle, sino que
pareciera que se regodea en provocar el odio de la población. Declaraciones
del tipo: 'No es la calle la que gobierna', o -comentando sobre los 700.000
manifestantes en París del domingo pasado-'hay 11 millones de votantes
que aprobaron nuestro programa de gobierno'-(ignorando el hecho de que llegaron
al ballotage con votos prestados ante el temor de que triunfara el derechista
Le Pen), enfurecen aún más a los trabajadores como fortalecen
su vocación de lucha.
Hoy, 28 de mayo, nos acercamos a instancias definitorias. Mientras la CFDT-una
de las centrales sindicales-llegó a un acuerdo con el gobierno provocando
el repudio de su base, y las centrales más importantes como -CGT, F.O.-
se niegan a llamar a la huelga general por tiempo indeterminado bajo la excusa
de que la misma sería 'insurreccional' y por tanto no se decreta, el
movimiento obrero la está imponiendo por abajo. Desde el lunes, sanidad,
correos, France Telecom y los controladores aéreos se han sumado a los
docentes. Los ferroviarios y el subterráneo llaman a la huelga por tiempo
indeterminado a partir del 2 de junio.
Por su parte, el gobierno decidió cortar toda negociación y llevar
la reforma tal como está al Parlamento. Las próximas semanas serán,
por lo tanto, decisivas.