22 de mayo del 2003
PAIS VASCO
Entrevista con Patxi Zabaleta, cabeza de lista de Aralar al Parlamento navarro
«Nosotros podemos ofrecer lagitimidad a AuB, pero no legalidad; no se nos puede pedir más»
Gara
El 25-M será un test sobre todo para Aralar, que concurre por primera vez. Para su coordinador, Patxi Zabaleta, obtendrá resultados similares a los que hubiera logrado en caso de no mediar el veto de los tribunales españoles a 225 listas abertzales. A partir de esta premisa, el candidato en Nafarroa asegura que «el voto nulo apoya a UPN-PSN», mientras el de Aralar podría presionar a Lizarbe.
Zabaleta estrena siglas para unas elecciones en las que es un habitual hace muchos años. Con el poso de esa experiencia, responde a cuestiones que han puesto a Aralar en una posición criticada, como su actitud ante la ilegalización y sus efectos o el papel que podría llegar a jugar sobre la gobernabilidad en Nafarroa. La campaña era un termómetro para Aralar por ser la primera. ¿Qué temperatura detecta? ¿Está mejor o peor que antes? Aralar ha confirmado las expectativas previstas. Ha sido una campaña muy modesta, financiada con cien préstamos personales de medio millón de pesetas cada uno y las aportaciones que hacemos los militantes. También estamos teniendo algunos contratiempos: por ejemplo, hemos hecho una propuesta oficial contra la actitud de ETB, que nos ha excluido de todos los debates afirmando que somos nuevos y que, como excluye a AuB, nos excluye de paso a nosotros. Da vergüenza y es una afrenta a Navarra que en un debate sobre el Ayuntamiento de Pamplona no estén presentes representantes de 18 de los 27 concejales, pero sí otros que no tienen concejales.
Si los sondeos aciertan, podemos hablar de dos o tres parlamentarios en Nafarroa y presencia en el Ayuntamiento de Iruñea, pero no en otras instituciones. ¿Habrá merecido la pena? No va a ser así. Nosotros creemos que estaremos en el Parlamento, incluso aunque hubiera habido presencia de AuB, con cuatro o cinco parlamentarios.
En Nafarroa, aspiramos a ser tercera fuerza o estar al par de la que lo sea. En las Juntas Generales de la CAV, tenemos el convencimiento de que vamos a estar; en las capitales, ya veremos. La principal dificultad de Aralar ha sido darse a conocer.
AuB propuso a Aralar y otros partidos vascos un compromiso para garantizar su representatividad. ¿No fue posible siquiera una fórmula de mínimos? Nosotros propusimos a AuB la fórmula máxima posible desde el punto de vista real y práctico.
Parte de que, reconociendo la legitimidad de su derecho, no podemos darle lo que no tenemos, que es la legalidad. Sí podemos ofrecerle legitimidad, pero no legalidad. Entonces, le propusimos que contabilizaríamos los votos allá donde estemos presentes, que los respetaríamos, y que el reflejo de esos votos que podría estar en nuestros cargos lo pondríamos encima de la mesa. Nosotros no podemos garantizar más que eso, ni se nos puede pedir más. Evidentemente, el provecho fundamental de los votos nulos es para las listas más votadas, por imperativo de la Ley D'Hont. En Nafarroa, el primero va a ir a UPN, el segundo al PSN, y el tercero se repartirá según los restos. Esa es la realidad.
Es previsible que Aralar pueda tener representación en ayuntamientos en que EH dominó totalmente hace cuatro años, como Oiartzun o Zaldibia. ¿Cómo actuaría allí? En Zaldibia, en concreto, nuestra candidatura ha hecho público un acuerdo ejemplar en términos democráticos. Ha dicho que si los votos nulos son superiores a los de Aralar, los cargos se pondrán a su disposición, no se asumirán. Pero hay casos en que compiten otros partidos, como Leitza... Ningún partido ha hecho el esfuerzo de Aralar, y por eso hemos pedido a AuB que hiciera un esfuerzo similar respecto a los ataques de que hemos sido objeto. No hemos recibido respuesta, pero seguimos esperando.
Nosotros nos hubiéramos presentado también si estuviera AuB; hubiéramos actuado con más libertad y facilidades, y estoy convencido de que hubiéramos logrado representación similar a la que lograremos.
Se puede criticar a Aralar que haga apología de la desobediencia civil, pero no la aplique en casos de la gravedad de éste... La nuestra es la respuesta máxima posible dentro de la correlación de fuerzas y la correlación de actitudes que se han planteado.
En todo caso, nos hemos solidarizado políticamente con AuB contra la ilegalización, y seguimos esperando su solidaridad contra las amenazas que se nos han hecho.
Aralar centra la campaña en apostar por la vía de Lizarra-Garazi, pero desde AuB se responde que eso lo hicieron ellos... Eso no lo ha respondido AuB, sino una persona muy concreta en una frase muy desafortunada. No es cierto. Pretender que Lizarra- Garazi lo hizo fulano de tal es bastante frívolo políticamente y adolece, además, de falta de rigor. Centrándonos en Nafarroa, Aralar apuesta por derribar al Gobierno de UPN. ¿Qué puede aportar otro nucleado en torno a Juan José Lizarbe? Nosotros estamos dispuestos a propiciar y sostener un gobierno alternativo a UPN, plural, en el que no tomaremos parte. Así lo está reclamando la inmensa mayoría de la gente, incluyendo, creemos, la izquierda abertzale. Esa fórmula responde a la realidad de Navarra. Nuestra decisión de no participar se debe a que Aralar tiene una asignatura pendiente, que es contribuir de forma sustantiva, aunque no protagonista, a la pacificación de esta tierra. Mientras eso no se dé, no estamos en condiciones de asumir responsabilidades de gobierno, aparte de otras consideraciones como que no estamos de acuerdo con los niveles y contenidos autonómicos que tienen el Estatuto Vasco o el Amejoramiento. Pero no consideramos que la autonomía es algo negativo, como afirman desviaciones de otros de la izquierda abertzale. Sostener eso, además, es irreal.
¿Y qué garantía tiene de que el PSN no va a volver a pactar con UPN, como es tradición? En política no hay garantías. Dependerá, además, de la fuerza que se tenga.
Aralar cree que si tiene una representación fuerte, podrá ser efectiva y estará en disposición de que el PSN no tenga la tentación de volver a pactar con UPN. Por eso es tan importante que las gentes de izquierda abertzale sepan que el voto nulo va a apoyar a UPN-PSN, y que el voto a Aralar va a ser efectivo, y lo decimos desde el respeto absoluto a quienes voten nulo.
Ese hipotético gobierno alternativo, ¿supondría sólo un escenario de más comodidad para los euskaldunes, los abertzales o las gentes de izquierdas? Como decía un columnista, ¿se conforman estos sectores con que no les jodan todos los días? Un gobierno alternativo es, sin duda alguna, una modificación en la dinámica de la política en que Navarra se encuentra en este momento, no sólo una corrección de algunos desmanes que ha hecho UPN, en algunos con la colaboración decisiva del PSN, como en la Plaza del Castillo. Nosotros consideramos que la mayoría sociopolítica demanda un cambio en Navarra, y que debemos contribuir a ese cambio. A partir de ahí, Aralar va a seguir adelante, por supuesto, porque tiene sus objetivos ideológicos mucho más allá de ese cambio táctico que supone un cambio de gobierno en Navarra.