La vieja Europa
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13 de mayo de 2003
(Artículo que quisiera ser algo más)
En estado de alarma
Alfonso Sastre
Hace algún tiempo, ante la perspectiva de la ilegalización de una importante formación política, varios escritores, intelectuales y artistas suscribimos un escrito cuyo texto fue el siguiente: "Sólo movidos por un sincero deseo de paz, y desde distintas posiciones ideológicas, reflexionamos y advertimos que la experiencia histórica prueba, sin lugar a dudas, que ninguna cuestión moral, social o política, ha sido jamás resuelta poniendo fuera de la ley una ideología política determinada. Cuando se ha intentado así, ello ha dado lugar a guerras interminables o períodos más o menos prolongados de pacificación, que no han sido sino parodias de la paz y de la democracia". Y seguíamos así: "Es por lo que hoy hemos de expresar nuestra alarma ante la perspectiva de cualquier intento de interdicción ideológica y política, movidos por el temor fundado a que ello provocara un serio agravamiento de la situación en el País Vasco, pues en este tipo de situaciones lo deseable es extender el campo de la vida política, y nunca limitarlo, y menos mediante la supresión de una de las opciones sustentadas por una parte significativa de la situación". Tal fue nuestro documento, suscrito por destacados intelectuales y políticos de Europa.
Nuestras peores previsiones han sido confirmadas desde entonces, pues se han producido, además de la ilegalización de una formación política, la de un gran número de organizaciones populares, y el cierre de medios de comunicación, el más relevante el de Egunkaria, además de que sus directivos denunciaron haber sido torturados en un operativo dirigido por la Guardia Civil. Lo último que hasta ahora ha ocurrido ha sido la ilegalización de una Plataforma electoral avalada por la firma de casi 90.000 personas, y la de 225 plataformas de carácter local. En definitiva puede decirse que el Estado Español ha puesto en marcha un auténtico apartheid político, dejando sin derechos civiles y políticos a todos los sectores populares vascos que defienden la Autodeterminación para su Pueblo. Decía que este es un artículo que desearía ser algo más, y aquí viene lo que él tiene de llamamiento a una gran expresión pública y colectiva de este estado de alarma, capaz de llevar a Europa nuestra inquietud de que la única vía para la paz -el diálogo- sea definitivamente cegada por la agudización del conflicto mediante la destrucción de toda mediación política y popular. La consciencia de este Estado de Alarma habría de interesar a grandes sectores progresistas y democráticos, y llamar a la Comunidad Internacional, a Gobiernos, Instituciones, gentes de la Cultura y ciudadanos en general, para que se corte el paso a esta ofensiva contra las libertades democráticas de todos, y se detenga esta estrategia del capitalismo internacional, por muy poderosa que sea la maquinaria militar-terrorista que opera hoy sobre -contra- los pueblos del mundo; estrategia de la que sólo se puede esperar una creciente actividad de protestas violentas en el conjunto del planeta, y de ninguna manera la paz, que, por el contrario, cada vez se aleja más -por estos métodos imperialistas- de nuestro horizonte.