La vieja Europa
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17 de mayo del 2003
Vísperas sicilianas
Ignacio Ramonet
Otra Realidad
También aquí, en Sicilia, se vota el próximo día 25. Y en estas vísperas de elecciones no se puede decir que haya excesiva fiebre política. Carteles, sí. Por todas partes. Con sólo caras de hombres. Desfigurando las fachadas. Y hasta repartidos, en formato tarjeta de crédito, por avenidas y terrazas. «No hay ninguna expectación -me explica Raffaele Laudani-, porque aquí, gracias al fraude y al clientelismo, las derechas siempre ganan. El alcalde es de Alianza Nazionale [posfascista], el diputado provincial, de Forza Italia [Berlusconi] y el presidente de la región, un demócrata-cristiano afiliado a Forza Italia.Sicilia envía al Parlamento de Roma unos 40 representantes, ni uno de izquierdas...»..
Estoy en el sureste de la isla, al pie del Etna y de su impresionante humareda de locomotora. Como lo contó Malcolm Lowry en Bajo el volcán, a propósito del Popocatépetl y de Cuernava, la montaña amenazante revienta los nervios. Provoca estallidos de locura criminal. El pasado 3 de mayo, en Acicastello, donde dice la leyenda homérica que vivía Polifemo, el gigante de ojo único al que Ulises dejó ciego, un hombre desquiciado por el volcán entró con dos revólveres en el ayuntamiento y mató a seis personas antes de suicidarse. La víspera de mi llegada, un vendedor ambulante de frutas, Zio Filippo dei limoni, arruinado por las lluvias de cenizas del Etna, irrumpió también en el palacio de los elefantes de Catania con un hacha descomunal y un cuchillo de matarife dispuesto a descuartizar al alcalde..
Catania oscila entre el horror y el éxtasis. Es cuna de Santa Agueda, a la que le arrancaron los senos con unas tenazas y que la iconografia cristiana representa con sus dos pechos cortados puestos en una bandeja. Y también cuna de Vincenzo Bellini, compositor de la ópera romántica Norma..
Destruida en 1696 por un terremoto, la ciudad fue reconstruida en exquisito estilo barroco. Goethe quedó deslumbrado, en mayo de 1787, por esta Praga siciliana , verdadera orgía arquitectónica, declarada por la Unesco Patrimonio Artístico de la Humanidad..
Hoy tiene unos 600.000 habitantes y, por incuria de sus ediles, está hecha una pena. Destartalada, con sus calles sucias de coches, de carbonilla del volcán y de viejos papeles, sus palacios envueltos en telarañas de cables eléctricos, banderilleados por incontables antenas de televisión. Y pintadas garabateadas por doquier, entremezcladas como antiguos palimpsestos. En la fachada neoclásica de la facultad de Derecho, dos pintadas se superponen: una radical exigencia política, Tutto e subito (ˇtodo y ya!) y un desesperado grito de amor, Ti amo Tiziana..
Antonio Pioletti, decano de la facultad que organiza un seminario sobre conflictos globales, me explica que para «la gente del Mediterráneo, la oposición dentro/fuera es capital. Dentro es la familia, el clan, la tribu, y fuera el enemigo. Dentro es la casa, lo limpio, lo bello, y fuera lo sucio. No hay puente entre interior y exterior. Los dos universos se excluyen. Por eso, las mismas personas que dentro de su casa son de una pulcritud absoluta, una vez franqueado el umbral pueden tirar inmundicias sin el menor remordimiento de conciencia»..
No tengo tiempo de verificar si esto lo confirman los grandes escritores sicilianos como Lampedusa, Pirandello, Andrea Camilleri o mi amigo Leonardo Sciascia, quien afirmaba que el gran aporte de Sicilia al mundo era, en definitiva, la mafia. «Ya verá usted -me decía-, la estructura de la mafia es tan resistente, tan versátil, tan indestructible, que un día el Estado italiano, y quizá la propia Unión Europea, la adoptarán como modelo»..
Pienso en Sciascia, aquí en su isla tan querida, recuerdo su voz cansada de fumador obsesionado, su erudición infinita, sus silenciosas risas y sus anécdotas sicilianas narradas con desbordante picardía y avaricia de palabras. Tenía razón sobre la mafia, no la de Mario Puzzo y Francis Coppola, o la de l os Soprano, sino la de Berlusconi y sus acólitos Fini y Bossi. Esa mafia de nuevo tipo, ese pulpo que hoy no sólo domina Sicilia, sino toda Italia.