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La vieja Europa

25 de mayo del 2003

PAIS VASCO

Entrevista a Rebelión: Martxelo Otamendi director de Euskaldunon Egunkaria
"Cada vez hay menos oxígeno democrático en el estado español"

Jose Daniel Fierro
Rebelión

Nacido en diciembre de 1990, Euskaldunon Egunkaria era el único periódico publicado integramente en euskera. El periódico se vendía en todo el País Vasco, tanto en la zona norte de la frontera franco-española como en la sur. La sociedad vasca lo creó con sus ideas, su trabajo y su dinero y el gobierno español lo cerró con sus jueces, sus policías y sus medios de propaganda. Ahora, el pueblo se ha puesto de nuevo manos a la obra para crear un nuevo medio de comunicación. ¿Quien ganará, el poder o el movimiento social? Hablamos con quien fuera su director, Martxelo Otamendi.

¿En qué situación os encontráis los trabajadores de Egunkaria?

Los 150 trabajadores nos encontramos en el paro, algunos comenzando a cobrar subsidio de desempleo y otros aún no. Tenemos esperanzas de que el nuevo proyecto de diario en euskera esté en la calle para finales de junio. Los promotores, que somos los trabajadores y otras muchas personas que se han añadido, intentaremos incluir al mayor número de trabajadores para que nadie quede fuera.

Además 10 personas nos encontramos como imputados en el sumario como "colaboradores o miembros de ETA", sin individualizar en cada caso. Y tres continúan en prisión, Xabier Oleaga, Iñaki Uría y Xabier Alegría. De modo que yo no sé todavía cuales son los cargos que pesan contra mi. No sé si se me acusa de ser colaborador o ser membro de ETA. Aún no se ha levantado el secreto del sumario y en mi caso el juez ha decretado que tengo que presentarme una vez a la semana en el juzgado de mi pueblo, será para que comprueben que no me he escapado. No se me permite abandonar el territorio nacional. Y en dos ocasiones en que he solicitado el permiso para asistir a reuniones de trabajo en el extranjero me han sido denegadas las peticiones. Una para viajar a Bruselas y la otra para reunirme en Helsinki con los miembros de la asociación MIDAS [una organización que agrupa a 26 medios de comunicación en lenguas minorizadas].

¿Qué otros aspectos se pueden comentar del proceso judicial?

Este sumario, como el del caso Egin, lleva camino de alargarse indefinidamente en el tiempo. Porque el interés del estado español no es el de la justicia, sino el de cerrar medios de comunicación, organizaciones sociales, partidos políticos... Y una vez que está hecho el daño ya no hay solución posible, pues aunque dentro de unos años algún tribunal europeo de la razón, habrá que ponerse a buscar quién estaba entonces de ministro del interior o de presidente. Se han presentado denuncias en el Tribunal de Estrasburgo, pero sus resoluciones en el futuro tendrán poco valor.

¿Se está trabajando en un nuevo proyecto de periódico en euskera?

Efectivamente. El cierre de Egunkaria ha reforzado el apoyo popular al nuevo periódico. Egunkaria contaba con 15 mil lectores y la mitad de las ventas eran por suscripción, lo que supone un porcentaje elevadísimo. Egunero fue la respuesta inmediata al cierre judicial y, aunque ha llegado a tener más, actualmente se ha estabilizado en 25 mil lectores. Es decir, diez mil más que Egunkaria. Tiene también cinco mil nuevos suscriptores. Y eso que Egunero es un periódico de transición hasta que se ponga en marcha el nuevo diario. Calculamos que esto sucederá a finales del mes de junio.

El nuevo periódico, del que aún no puedo decir su nombre, contará por tanto con un mayor número de ventas, de suscripciones y también de accionistas. El apoyo que hemos recibido, tras el cierre de Egunkaria, ha sido importantísimo. Y el trabajo que se está realizando para llevar a cabo el nuevo proyecto es sorprendente.

¿Cómo se ha conseguido la financiación para el nuevo periódico?

En un primer momento todos los trabajadores fundamos una sociedad, aportando el capital inicial para crear la nueva editora, Euskarazko Komunikazio Taldea (Grupo de Comunicación en Euskara, www.ektsa.net). A continuación establecimos que la cantidad necesaria para el nuevo proyecto sería de 5 millones de euros, y se hicieron acciones de 50 y de 300 euros para que participaran y colaboraran en la nueva sociedad cuantas personas quisieran. Se ha trabajado por pueblos y ciudades, incluso fuera de Euskal Herria, para dar a conocer y recabar apoyo a esta iniciativa popular. Y nos ha sorprendido la buena aceptación que ha tenido en algunas partes del estado. En Cataluña, por ejemplo, hemos recibido una acogida y un apoyo social increíble. Sólo allí, contamos con cerca de 1.500 accionistas.

¿Qué garantía tenéis de que una vez abierto el nuevo periódico, no os lo vuelvan a cerrar?

Desgraciadamente ninguna. Se ha perdido toda la cordura judicial. No tiene ninguna medida a la hora de llevar a cabo nuevos atropellos. Un claro ejemplo de ello es el ataque del gobierno español y de los jueces contra ETB por emitir la entrevista de ETA. Un ataque despiadado contra un medio de comunicación y la libertad de expresión.

¿Cómo se vive la actual situación en el País Vasco?

Se vive mal porque cada vez es mayor el espectro social que se está lanzando a la ilegalización. Se han cerrado periódicos, radios, organizaciones sociales, políticas, culturales, de solidaridad, Udalbiltza... cada vez hay menos oxígeno democrático en el estado español. Todo lo que suene a vasco o a nacionalista es criminalizado y debe ser ilegalizado. Se vive mal en un lugar donde el 15 ó el 20% de la población no puede votar ni expresar sus propuestas. Se han anulado todos los derechos políticos y sociales de un sector muy importante de la población. Todo esto es una provocación por parte del gobierno español que quiere mantener el conflicto abierto y para ello actúan con impunidad absoluta. Y cuando hay algo que de pronto no pueden hacer cambian la ley a su medida y ya cuentan con carta blanca. Como he dicho antes, dentro de unos años un tribunal europeo nos dará la razón, pero ¿dónde estarán los responsables? Los medios de comunicación se han alineado también con el PP y es tal la comunión existente, que es casi imposible organizar un foco de resistencia o de dignidad democrática. Cada vez se ve más claro el apartheid que pesa sobre una parte muy importante de los vascos. Cada vez más personas se van a encontrar ilegalizadas y fuera del juego político.