La vieja Europa
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14 de abril del 2003
El Laboratorio: centro social okupado
Contracultura y ocio en pleno centro de Madrid
Javier Ruiz Martínez
"El okupa es un nómada en el espacio absurdo de la ciudad", así se define un habitual del Laboratorio mientras explica cómo tuvieron que "migrar" del antiguo local de Embajadores y ocupar el edificio de la calle Amparo donde hoy les visita Noticias Positivas.
Todos saben que, tal y como están las cosas, dentro de algún tiempo, los poderes municipales les obligarán a repetir esta migración y ellos no tendrán mas remedio que responder con la ya famosa consigna de "un desalojo, otra ocupación". Sin embargo, también tienen la esperanza de que esta vez será la definitiva y de que quien tiene que dar la orden se dará cuenta por fin de que un centro social como este no viene mal en Madrid.
Los centros sociales ocupados como el Laboratorio o la Prospe han llegado a oídos de muchos desgraciadamente por la noticia negativa que suponen los desalojos. Los medios de comunicación convencionales se hacen eco de esa noticia olvidando la dimensión positiva de los centros, que va desde la reactivación de actividad cultural de los barrios donde se encuentran hasta la utilización de grandes edificios abandonados en beneficio de los vecinos.
Mientras el precio de las viviendas sigue subiendo y la calidad de la cultura sigue bajando, en Madrid son muchos los que han optado por esta vía alternativa de ciudad.
Los centros sociales ocupados como el Laboratorio son la forma de un amplio colectivo de la sociedad de protestar contra la ciudad que diseñan los poderosos.
El tema de la ocupación se debate constantemente en el Laboratorio. El principal argumento a favor que esgrimen en este local es que la ciudad crece pero los centros históricos se despueblan y miles de edificios quedan cerrados o abandonados por sus propietarios. Son millones de metros cuadrados que no se utilizan y solo esperan ser recalificados para que unos pocos se lucren. La alternativa del Laboratorio y otras casas okupas es convertir esos edificios en lugares donde vivir y donde desarrollar actividades que puedan ir en provecho de los vecinos del barrio.
El argumento de los políticos contra los centros sociales como el Laboratorio es que ya existen centros culturales municipales donde se pueden realizar actividades similares a las que allí se realizan. Pero, como afirma uno de los ocupantes de este centro social, "si existe el Laboratorio es porque hay demanda de espacios como este". Según comentan en el Laboratorio, en contraste con los centros culturales municipales, los centros sociales ocupados ofrecen mayores posibilidades de creatividad en el desarrollo de actividades y sobre todo "suelen estar más en contacto con las necesidades de la gente joven".
Algunas de las actividades culturales recientes han sido la celebración de seminarios sobre el Foro Social de Porto Alegre, al que asistieron algunos de los ocupantes, y la organización de mesas redondas sobre temas de actualidad. En este momento trabajan en la campaña contra la guerra y en iniciativas de autogestión, tales como el comedor popular y los talleres dedicados a la danza y otros artes.
Los ocupantes del Laboratorio declaran que no pretenden ser héroes defendiendo el local de la calle Amparo, solo quieren hacer ver "a los de arriba" que no son una amenaza para la ciudad y que pueden dar mucho mas al barrio en el que viven.
DATOS DE CONTACTO:
El Laboratorio, c/ Amparo 103, Madrid