16 de abril del 2003
Represion franquista en el estado español
Martín Villa ordenó quemar archivos republicanos de los gobiernos civiles
Gara
Así lo revelo el historiador Emilio Majuelo en la presentación de un nuevo libro sobre fusilados
El archivo del Gobierno Civil español en Navarra no desapareció en el año 1936 ni en el 39, ni tan siquiera a lo largo del franquismo, sino que una gran parte de sus fondos desaparecieron en el año 1978 por orden de Martín Villa cuando ocupaba el cargo de ministro de Interior del Gobierno de UCD. Así lo reveló ayer a los medios de comunicación el historiador Emilio Majuelo, quien precisó que numerosos documentos referentes a organizaciones republicanas fueron quemados, no sólamente en centros oficiales de Nafarroa sino también en otros muchos lugares del Estado español.
El historiador navarro Emilio Majuelo, que también es profesor de Historia en la UPNA, informó ayer de que «cantidad de documentos» que permanecían guardados en el Gobierno Civil de Nafarroa fueron quemados «por mandato del demócrata Martín Villa» y que «otro sinfín de cosas desaparecieron».
Emilio Majuelo compareció en rueda de prensa junto con autores e impulsores del libro ''Navarra 1936. De la esperanza al terror'', una obra editada en el año 1986 por la asociación Altaffaylla en colaboración con la Asociación de Familiares de Asesinados Navarros (AFAN) y de la que el propio Majuelo fue su asesor histórico.
Según este historiador, este «sinfín» de documentos hechos desaparecer por las autoridades españolas tras la muerte de Franco «nos hubieran dado un perfil enorme» de la actividad política y social desarrollada en los años precedentes al golpe de estado franquista.
Majuelo afirmó que «la represión» que se desató en Nafarroa en 1936 y en los años siguientes es «mucho más amplia» de lo que se recoge en el citado libro sobre los fusilados, obra de la que él mismo fue colaborador, y añadió que la destrucción del patrimonio histórico por orden de Martín Villa ha supuesto la pérdida de «documentación importantísima».
«El libro está centrado en la cuestión más importante y más de fondo desde todos los puntos de vista, que eran los asesinados, es decir, la represión con resultado de muerte. Pero el tema de la represión es inmenso matizó y habrá que abordarlo, aunque es imposible a corto plazo».
A este respecto, dijo que está todavía por abordar la cuestión de los encarcelados durante el franquismo, y que, en cambio, ya hay personas trabajando en otro ámbito de la represión que sucedió al levantamiento armado del 36, como fueron los campos de trabajo forzoso, «un trabajo gratuito que se impuso en cantidad de lugares».
También apuntó que hay investigaciones en marcha referentes a los navarros que huyeron de la represión franquista y acabaron en campos de concentración nazis en Alemania.
En cuanto a los ejecutados y fusilados navarros, se mostró convencido de que la nueva recopilación de datos que están impulsando Altaffaylla y AFAN va a dejar «prácticamente cerrado» este ámbito.
Con respecto a otros campos de la represión, dijo que la recogida de información y la apertura de archivos y otras muchas fuentes que ya se pueden utilizar «van a permitir lo que en cualquier libro de historia se debe de proponer, y es, en una contextualización lo más amplia posible, interpretar las cosas que ocurrieron y por qué ocurrieron».
En este sentido, recordó que hace 17 años, cuando se editó el libro ''Navarra 1936. De la esperanza al terror'', el objetivo «no era sólo ofrecer un listado de gente que había sido víctima de la represión, sino dar a entender lo que había sido la II República en Navarra y cómo era la vida social y política que había en cada localidad», y añadió que ahora «interesa dar un soporte mayor a través de una contextualización más documentada sobre el porqué ocurrieron aquí aquellos hechos».
Entre los documentos que no fueron quemados ni hechos desaparecer por orden de Martín Villa se encuentran, según explicó Emilio Majuelo, los referentes a las asociaciones surgidas durante la II República española, cuyo aniversario se conmemoraba precisamente ayer.
Gracias a que el archivo del Gobierno Civil español en Nafarroa se abrió hace veinte años, éste y otros historiadores pudieron consultar muchos datos de los años de la II República, entre ellos todo lo referente a las asociaciones, que también está plasmado en el libro editado por Altaffaylla en 1986.
«Había un registro de todas las asociaciones que se habían fundado a lo largo de los años republicanos pueblo por pueblo. La II República trajo una vida social y política enormemente activa, de todos los signos. En muy pocos meses se hicieron unas 75 asociaciones republicanas en Navarra, la UGT en el campo se expandió sobre todo lo que había sido la lucha anterior comunera, y en el año 35 y la primavera del 36 también se fundaron cantidad de asociaciones religiosas», informó este investigador.
En lo que se refiere a las asociaciones republicanas, indicó que lo que se quemó por orden de Martín Villa fueron los libros de actas, listados de socios, la propaganda que allí se contenía, etc.
«Esto es una pérdida irreparable, porque incluye también a sindicatos como UGT y CNT, los distintos partidos políticos, etc. Se trata de una destrucción del patrimonio que no fue exclusiva de Navarra, sino que la orden también se llevó a efecto en el resto de las provincias del Estado», dijo Emilio Majuelo, quien se lamentó de esta «importantísima pérdida de documentación».
Por último, recordó que desde el año 1985 todos los archivos oficiales en el Estado español son públicos, si bien precisó que «probablemente muchos investigadores no lo han aprovechado».
«Otra cuestión es que la documentación de esos archivos no esté ordenada, pero estamos en disposición de escribir, y de hecho se están escribiendo, muy buenos libros sobre las distintas modalidades de la represión durante el franquismo», concluyó este historiador.
Junto a él comparecieron en rueda de prensa el cantautor Fermín Valencia, que colaboró en 1986 con AFAN; Mari José Ruiz, de Altaffaylla Kultur Taldea; Jesús Casajús, ex parlamentario que también colaboró con AFAN; Mikele Agirre, hija del alcalde del PNV de Lizarra ejecutado en 1936 y participante en la actual Asociación de Familiares y Desaparecidos Navarros, y Benito Goñi, asimismo colaborador de AFAN y diseñador gráfico del libro editado en 1986 y del que se va a reeditar con los nuevos datos dentro de los próximos meses, quizás después del verano.
Recopilación de testimonios y materiales sobre la represión en Nafarroa Representantes de la sociedad Altaffaylla y componentes de AFAN anunciaron ayer una nueva edición, «corregida, aumentada y rediseñada», de la obra ''Navarra 1936. de la esperanza al terror''. De esta obra se han hecho cinco ediciones, la última hace un par de años, y se han vendido unos 12.000 ejemplares, según informó Mari Jose Ruiz en nombre de Altaffaylla.
El anuncio de esta nueva edición fue realizado por José Mari Esparza, quien precisó que se está haciendo «sin interferir en absoluto en el trabajo que ahora está realizando la Asociación de Familiares y Desaparecidos Navarra, con la cual colaboran muchos de nosotros».
Esparza constató que en estos últimos años han ido apareciendo estudios locales y generales que han aportado nuevos datos, y que está aumentando el número de ejecutados por el franquismo.
«Familias que en aquel momento no se atrevieron a hablar, ahora están más dispuestas. Partidos políticos que entonces estuvieron remisos, hoy aprueban acuerdos favorables, que bienvenidos sean aunque sean tardíos», añadió Esparza, quien precisó que «a la sombra de este ambiente institucional favorable es posible acceder a algunos testimonios y archivos oficiales o personales que entonces nos fueron negados».
Tras señalar que «se han reducido muchos temores y reticencias que encontramos entonces», hizo un llamamiento público a todos los colaboradores que en su día recogieron testimonios y materiales de los pueblos, historiadores locales y generales y a todas las personas interesadas, para que en el plazo de un mes repasen el contenido del libro y aporten cuantas correcciones, precisiones y nuevos datos vean necesarios.
«Hacer un buen auzolan» De la misma manera, solicitó que se pongan en contacto con Altaffaylla quienes tengan fotografías inéditas «de sus familiares asesinados», diarios y cartas de la época, testimonios orales o escritos, bandos y requisitorias, manuscritos, objetos o cualquier tipo de material que considere interesante.
Las personas dispuestas a aportar este tipo de material, que les será fotocopiado y devuelto de inmediato, pueden contactar con Altaffaylla en el teléfono 687501231, o en el correo electrónico altaffaylla@hotmail.com.
«El objetivo explicó el editor tafallés es realizar una nueva versión casi definitiva, en un solo tomo y nueva hechura, que sea testimonio imperecedero de las fechorías del fascismo en nuestra tierra. Esperamos entre todos hacer un buen auzolan, como lo hicimos entonces, para poder entregar a la sociedad navarra un testimonio histórico fundamental, y a las víctimas y a sus familiares el mínimo homenaje que su sacrificio merece».
El libro editado en 1986 se hizo tras examinar los archivos de 168 juzgados navarros y con la recogida de testimonios orales en todos los pueblos, lo que permitió dar la cifra de 2.789 fusilados, más los 305 presos muertos en el Fuerte de Ezkaba (San Cristóbal), próximo a Iruñea.
Preguntado sobre si cree que puede aumentar esta cifra de 3.094 represaliados muertos en Nafarroa tras el golpe de estado de 1936, Esparza respondió que «podría aumentar entre cincuenta o cien». «Todavía habrá algunas sorpresas macabras».
«Hemos puesto todo nuestro archivo al servicio de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, porque ellos son los que están buscando y exhumando los restos de los fusilados y ejecutados durante el franquismo», respondió José Mari Esparza al ser preguntado sobre la aparición de posibles nuevos restos de fusilados y ejecutados.
El editor e investigador tafallés explicó que, «aunque nosotros nos hemos dedicado más a la cuestión de los archivos y del fondo histórico, y menos a la búsqueda de los restos de los fusilados, al final son asuntos que se entremezclan, porque muchos de nuestros testimonios llevan a los lugares donde fueron enterrados los fusilados», al tiempo que auguró que «todavía habrá algunas sorpresas macabras en estos descubrimientos». Entre otras cosas más, propuso como posible tesis de investigación que en Nafarroa «hubo más víctimas favorables al orden republicano que partidarios del golpe militar».