21 de abril del 2003
Bush y Blair: Con la sombra de Pirro
Juan Carlos Vallejo
Rebelión
"Una victoria más contra los romanos,
¡y estaremos acabados sin remedio!"
Rey Pirro de Epiro.
Será muy difícil para los historiadores del futuro, calificar
como "triunfo" la infame campaña militar de George Bush y su cómplice
-no puede caber la palabra "aliado"-, Blair, para apropiarse del petróleo
de Irak. Ni qué decir del papel de los áulicos comodines, como
Aznar (España) y Uribe (Colombia), que cohonestaron la masacre de cientos
de civiles inermes. Fútil "apoyo" que sólo les representará
como premio el recoger las migajas que caigan de la mesa, cuando se partan el
ponqué las grandes multinacionales. (Al cortesano de Uribe ya le "premiaron"
con unos millones de dólares para que siga matando gente a nombre del
"Plan Colombia").
Pretender creer que el objetivo de invadir a Irak era la "lucha contra el terrorismo",
"las armas químicas de destrucción masiva" o el mismo Sadam, que
fue la idea que le vendieron los "halcones" y Bush en el "Discurso del Estado
de la Unión, a través de los medios de comunicación, a
los ciudadanos estadounidenses, es como creer que el imperio se sustenta hoy
en los preceptos de "libertad y democracia". La misión era bien clara:
¡Petróleo! Porque hacía, y hace, aguas la economía. Y esta
economía es militarista y el petróleo lo necesitan para mover
su máquina del terror; por eso se sustenta en guerras. No obstante que
el objetivo de controlar los pozos petroleros fue logrado, como bien lo declaraban
los "partes militares" en los primeros días de la agresión, cosa
muy distinta será controlar una masa de millones de hambrientos y sedientos
ciudadanos, que ya comienzan a protestar contra los invasores porque, como ellos
dicen: "sólo les importa nuestro petróleo". (Contra el hambre
y la sed, no hay "libertad" ni "democracia" que dure. Eso no lo han aprendido
los Estados Unidos). Sumado a ello, han llegado del exilio fulanitos que el
pueblo detesta y les desconoce su autoridad -como a Ahmad Chalabi-, para "organizar
un nuevo gobierno". Dulce a mordiscos. Ya comenzaron las rencillas entre grupos
religiosos por el poder (del sólo Islam, se calcula que en Irak cohabitan
veinte grandes corrientes sunníes, jariyíes y shiíes) que
cobraron la primera víctima en Najaf, el clérigo chiíta
iraquí Abdelmayid Al Jui, asesinado a cuchillo cuando visitaba la Mezquita
del Imam Alí. Pero para eso, los invasores impondrán y tolerarán
a un tirano para que los reprima y así ellos puedan lavarse las manos
después. Práctica en la que son expertos. (Batista en Cuba, Pinochet
en Chile, Videla en Argentina, Stroessner en Uruguay, "Baby Doc" Duvalier en
Haití, Papadopulos en Grecia, Noriega en Panamá, Ceaucescu en
Rumania, Milosevic en Yugoslavia, Estrada en Filipinas, Suharto en Indonesia,
Ershad en Bangladesh, Traore en Malí, Fujimori en Perú, Musharraf
en Pakistán, Obiang en Guinea Ecuatorial, Uribe en Colombia, "Goni" en
Bolivia, Hamid Karzai en Afganistán). Ya pusieron un gobernador títere
en Mosul, Mashan al-Guburi, y ya se cometió la primera masacre contra
quienes protestaban: "12 muertos y 100 heridos", dijo un cable de la AFP.
Sadam Hussein puede estar vivo o muerto. Pues al igual que con Osama Bin Laden,
a los Estados Unidos y su cómplice les importa un comino. Sólo
utilizarán sus voces o imágenes, como "Cocos" (diablos, demonios,
en nuestra mitología latinoamericana), para emprender otras invasiones
en busca de más petróleo.
Pero ese "triunfo" sobre Irak, del que alardean ahora, se asemeja al que obtuvo
sobre los romanos el rey Pirro, del linaje de los Eacidas, que gobernaba a Epiro
a principios del siglo III antes de Cristo. Es un "triunfo" con sabor a derrota,
por las siguientes razones:
1. Militarmente, se demostró que su tecnología es tan vulnerable,
que hasta un ejército mal equipado, como el iraquí, pudo causarles
significativas bajas humanas y derribar sus sofisticados aviones y helicópteros.
Ni qué decir de sus bombas "inteligentes". Será que las llaman
así porque casi todas caen en escuelas, museos, archivos, monasterios
y bibliotecas, como en los monasterios budistas de la Bahía de Ha-Long,
el barrio antiguo "de las treinta y seis calles" de Hanoi, el santuario de Mi-Son,
la ciudad imperial de Hué, la ciudad antigua de Hoi-An, en Vietnam; los
monasterios de Rakovica, Decany, y Grakanica, el Instituto de Estudios Orientales
de Sarajevo, la Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia -Herzegovina,
los Archivos Regionales de Tuzla, Travnik, Mostar y Bihac, en la antigua Yugoslavia;
el monasterio de Hadda, el museo de Kabul, el minarete de Jam, en Afganistán;
y ahora en Irak, en donde han borrado la memoria de la humanidad.
2. En el plano del Derecho Internacional, han perdido toda credibilidad. ¿Qué
país se atrevería a firmar un Pacto, Tratado o Convención
con dos países que, de antemano, se sabe que no los ratifican y, si lo
hacen, no los cumplen? Ni siquiera, Estados Unidos e Inglaterra, han ratificado
la Convención de la Haya sobre la Protección al Patrimonio Cultural,
que prohibe el ataque a sitios culturales y religiosos. La carrera armamentista
nuclear será el único medio de defensa de los países "sujetos
de ser invadidos". Han expedido una patente de corso a las demás potencias
militares para invadir a quien les venga en gana.
3. Los medios de comunicación estadounidenses se han quitado la careta.
Han mostrado que son una pieza más en el engranaje del imperio. Que ocultan,
manipulan, desinforman e inventan lo que el mando militar les ordena. Que su
principal función es mantener desinformado a un grueso número
de ciudadanos estadounidenses. Los suficientes para que el gobierno se sienta
seguro de las acciones que toma. Esto se demostró en el discurso presidencial
sobre el "Estado de la Unión". Lo que importaba era cuántos incautos
se tragaban el cuento de las armas químicas de Irak.
4. El grueso del pueblo estadounidense, está despertando y sumándose
a ese gran grupo de inconformes, que nunca bajaron la cabeza ni doblaron la
rodilla. Saben que los han adormecido con el placebo de los deportes y los "reality
shows" (el circo), el "Bienestar Social" -que no tienen si no pagan por él-
y la "Seguridad Nacional"(el "Big Brother" que mete sus narices en todo). Descubren
que, con la complicidad de los medios de comunicación, les han ocultado
la verdad de lo que hacen sus gobiernos en el exterior. (Ya en las marchas contra
la guerra se dan nombres: Fox News, CNN, NBC, Telemundo, Univisión, Telefutura).
Se preguntan, por ejemplo, por qué el contenido de la edición
internacional de Newsweek no es igual al contenido de la edición nacional
y no se vende dentro de los Estados Unidos o por qué no pueden viajar
libremente a Cuba, para confrontar los dos sistemas. Comienzan a cuestionar
la elección de su propio presidente, bajo la complicidad de una Corte
Suprema de Justicia de bolsillo. Critican que el sistema judicial sólo
funciona para meter hispanos y negros a las cárceles, pero no se haya
pronunciado contra el Acto Patriótico que eliminó de tajo las
libertades civiles de las que gozaban; haya dejado impune los casos de Enron,
World Com y otras corporaciones que "inflaron" sus balances; y no haya profundizado
en la investigación de la "muerte accidental" del senador Wellstone.
Descubrieron, que su sistema pensional sólo beneficia a las corporaciones,
pues son dineros de los trabajadores los que compran las acciones de las mismas
empresas de los conglomerados para los que ellos trabajan. (Por eso, el descalabro
de Enron, World Com y muchas empresas más, los pagaron los trabajadores).
Dudan que se pueda hablar de democracia cuando sólo coexisten dos partidos
que, en el fondo, son clones y a los cuales, con muy contadas excepciones, sólo
pertenecen los ricos. Exigen reformas a la legislación electoral que
obstaculiza el surgimiento de otros partidos y, piden, una circunscripción
nacional y no regional, que bajo el sofisma de los "estados pequeños",
ha facilitado la permanencia de los mismos políticos. Encuentran que,
desde la Ciencia Política, les han dicho que el Estado no existe sino
los gobiernos, pero para favorecer los privilegios de las corporaciones y evitar
las obligaciones sociales del Estado. Han hallado que tanto el gobierno como
las corporaciones, los controlan con una cultura del miedo y el consumo. (No
es casual que los estudios estadísticos y conferencias sobre violación
de jovencitas -consumidoras compulsivas-, los patrocinen multinacionales de
la telefonía celular. Como tampoco puede extrañar que la locura
de comprar plástico y cintas para "protegerse de las armas químicas",
hubiese sido en beneficio del caído mercado de las dos más grandes
industrias de estos dos productos).
5. El mundo se ha dado cuenta que la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP,
la Organización de Estados Americanos, OEA, y la Organización
de las Naciones Unidas son entes manipulados al arbitrio de la superpotencia.
(De hecho sus sedes están dentro de Estados Unidos). Los dos primeros
organismos, quedaron en evidencia en el caso de Venezuela, en donde pretenden
dar al traste con la Revolución Bolivariana. Y el tercero, la ONU, quedó
sirviendo para lo que puede servir un paracaídas en un submarino. Kofi
Annan, actuó como un empleado más de la Casa Blanca, que tímidamente
le pide a su jefe que "protega la población civil", pero no le pide que
pare la guerra y salga del país que invade. Ni siquiera tuvo el valor
civil de presentar su renuncia al verse burlado. (Con razón las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, se ríen cuando Uribe Vélez
dice que sólo acepta la mediación de la ONU).
Si lo acontecido con Irak hoy, se puede llamar victoria, bueno será repasar
las páginas del libro de Wilfred G. Burchett, "Vietnam Will Win!" y la
tragedia del rey Pirro. Así se encontrará que la guerra de guerrillas
es invencible y que los imperios no se derrumban de la noche a la mañana,
pues su caída comienza por el agrietamiento desde su interior: Su economía
y su pueblo que se despierta.