18 de febrero del 2003
El graznido del pájaro necrófilo o la criminalización de la cultura
Carlo Frabetti
A raíz de las protestas expresadas durante la ceremonia de los Goya y de su extraordinaria repercusión social, algunos medios afines al Gobierno han emprendido una grotesca campaña de desprestigio --que en ocasiones no se detiene ni ante la injuria ni ante la calumnia-- contra la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas en general y contra mí en particular. En un burdo intento de criminalización que recuerda los peores tiempos del franquismo, he sido acusado, entre otras cosas, de (cito textualmente) defender a Ben Laden, jalear a ETA, animar al terrorismo internacional y justificar cualquier acto de venganza contra Estados Unidos e Israel. El diario "La Razón" (13 2 03) llega al extremo de concederme el inmerecido honor de citarme en portada y dedicarme casi íntegra su página 9, y al día siguiente vuelve a publicar mi fotografía y me acusa de maldades tales como escribir en "Gara" y estar en contra de la corbata. Por todo ello, considero oportuno hacer públicas algunas puntualizaciones:
1. La Alianza de Intelectuales Antiimperialistas, de la que tengo el honor de ser uno de los miembros fundadores (junto con José Luis Sampedro, Rosa Regás, Juan Genovés y el recientemente fallecido Juan Antonio Bardem, entre otros/as), no "organizó la parte política de los Goya", como se ha dicho. Se limitó a convocar a la gente del sector del espectáculo para proponer una acción conjunta contra la guerra. Todo lo que hicieron y dijeron los participantes en la ceremonia de los Goya, fue por iniciativa propia.
2. No defiendo a Ben Laden. Puesto que se ha citado como "prueba" mi serie "Contra el Imperio" (www.nodo50.org/contraelimperio), a ella me remito: en mi soflama nº 18 (8 10 01), por ejemplo, se puede leer: "Ben Laden es casi tan repulsivo como Bush: ver juntas sus fotos en las portadas de los periódicos es como para echarse cuerpo a tierra".
3. No "jaleo" a ETA, como afirman en el libelo electrónico "Libertad Digital". Cuando aludo a ETA es para pedir que deje de matar o, mejor aún, de existir. Lo que sí he dicho a menudo, y seguiré diciendo, es que el terrorismo de Estado es mucho más grave y desestructurante que el clandestino. Y que no hay peor terrorista que el funcionario que tortura y mata al amparo del poder.
4. No animo al "terrorismo internacional", sino todo lo contrario: intento, en la modesta medida de mis posibilidades, alertar contra las consecuencias del terrorismo imperialista, del que se alimentan (o son consecuencia directa) los otros "terrorismos".
5. No justifico cualquier acto de venganza contra EE UU e Israel. De hecho, estoy en contra de cualesquiera actos de venganza (otra cosa es la lucha contra el opresor, siempre legítima). Puedo entenderlos, desde luego, y considero que los responsables últimos de esos actos son los Gobiernos estadounidense e israelí, pero no los justifico.
Estoy en contra de Bush y de Sharon, evidentemente, pero los pueblos de EE UU e Israel tienen toda mi solidaridad, del mismo modo que estoy en contra de Berlusconi y no por eso soy antiitaliano, sino todo lo contrario. En el caso concreto de EE UU, como miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York me siento estrechamente vinculado a su cultura, y deseo de todo corazón que ese gran país se libre de la plutocracia criminal que lo gobierna.
6. Colaboro asiduamente en "Gara", es cierto, y me siento muy satisfecho de poder hacerlo. Es sencillamente grotesco que intenten criminalizarme por escribir en un periódico que se vende en los quioscos; pero quiero aprovechar la ocasión para declarar que escribo en "Gara" porque es el único diario de izquierdas del Estado español y uno de los pocos (poquísimos, cada vez menos) que se pueden leer sin taparse la nariz. Sólo desde la ignorancia o la falsedad deliberada se puede decir que "Gara" es un periódico "proetarra". En sus páginas de opinión acaba de salir, sin ir más lejos, un artículo de mi amigo (y compañero de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas) Santiago Alba con el inequívoco título "Sin ETA lucharíamos mejor" (15 2 03). Y yo mismo publiqué hace poco, en esas mismas páginas, un largo texto sobre el nacionalismo en el que critico duramente y sin ambages el orgullo patrio ("Nacionalismo, ideología y democracia", 3 2 03).
Como dice Chomsky, "hay que prestar mucha atención al dolor y la desesperación de los poderosos. Ellos comprenden muy bien el alcance potencial de esa 'arma decisiva' que es la mayoría de la población, y esperan que quienes persiguen un mundo más libre y más justo no alcancen la misma comprensión ni logren darle un uso eficaz".
En la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas tenemos muy claro que esa mayoría de la población que está en contra de la guerra es el "arma decisiva", y hemos intentado --con cierto éxito, por una vez-- contribuir a darle un uso eficaz.
Por eso los poderosos están dolidos y desesperados (y más después de la manifestación del 15-F, teñida y potenciada por el "efecto Goya"). Por eso vuelve a resonar, en el discurso del poder y de su corte de los milagros, el graznido del viejo pájaro necrófilo: "Muera la inteligencia, viva la muerte" (¿qué otra podría ser la consigna de quienes apoyan los planes de expolio y exterminio del Imperio?). Por eso quieren desprestigiarnos, demonizarnos y, en última instancia, reducirnos al silencio.
No lo conseguirán. Sus burdos intentos de criminalización son la mejor prueba de que nuestra lucha es eficaz. Y el mejor acicate para seguir luchando.