VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
La vieja Europa

El Vaticano admite el problema, comprobado en 23 países, y anuncia que se está afrontando

LOLA GALÁN | Roma

Centenares de monjas en 23 países, la mayoría en África, han denunciado haber sufrido abusos sexuales, a veces sistemáticos, por parte de sacerdotes y misioneros. Los datos figuran en varios informes de la religiosa Maria O'Donohue y en otro de Maura McDonald, publicados por la revista norteamericana National Catholic Reporter. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, reconoció ayer que el problema es 'conocido' y que 'se está afrontando', pero lo circunscribió a 'un área geográfica limitada' refiriéndose a África, aunque sin mencionar el continente.

Los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas comenzaron a denunciarse en los años noventa. El 18 de febrero de 1995 la religiosa Maura O'Donohue, coordinadora del programa sobre el sida de Caritas Internacional y del Cafod (Fondo Católico de Ayuda al Desarrollo), presentó un informe sobrecogedor al presidente de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo. El cardenal, sorprendido por las dimensiones del problema, encargó investigar la situación a un grupo de trabajo presidido por O' Donohue.

La nueva investigación dibujó un panorama aún más inquietante. La lista de abusos es variada y descorazonadora: el informe incluye casos de novicias violadas por los sacerdotes a quienes tienen que solicitar los certificados oportunos, habla de médicos de hospitales católicos que se ven asediados por sacerdotes que les llevan 'a monjas y otras jóvenes para abortar'. O'Donohue cita un caso extremo, el de 'un sacerdote que obliga a abortar a una monja, ella muere y él oficia la misa de difuntos' por la joven fallecida.

Peso de las culturas

Aunque el informe, recogido ayer por el diario italiano La Repubblica, recoge denuncias de abusos en 23 países, de Burundi a Filipinas, de India a Colombia, de Irlanda a Italia y a EE UU, lo cierto es que el grueso de los casos se produce en África. Los progresos de la Iglesia en ese continente, donde el aumento de las vocaciones y el incremento de fieles son incesantes, podrían ser tan grandes como superficiales a tenor de estos datos que reflejan el peso enorme de las culturas propias, incluso en los hombres y mujeres que han optado por la vida religiosa. Sin especificar el nombre del país, el informe reconoce que determinadas culturas representan un serio inconveniente para el mantenimiento de los principios de la vida religiosa. En el continente africano, explica el texto, es 'imposible para una mujer rechazar a un hombre, sobre todo si es anciano y en especial si es un sacerdote', y la cultura está lejos de favorecer el celibato.

Son situaciones agravadas por la extensión del sida, como viene a demostrar otro informe redactado por la misma religiosa y entregado a las autoridades eclesiásticas en 1994. O'Donohue comprobó que el fenómeno del sida había convertido a las religiosas en un grupo 'seguro' desde el punto de vista sanitario, lo que aumentaba el interés de los sacerdotes por ellas. A este respecto se cita el caso de la superiora de un convento que fue contactada por unos sacerdotes interesados en mantener relaciones sexuales seguras con las religiosas.

En el informe de O'Donohue se habla de religiosos que piden a las monjas que recurran a la píldora y, en concreto, se alude a una comunidad religiosa femenina en la que la superiora solicitó la intervención del obispo tras comprobar que una serie de sacerdotes de la diócesis habían dejado embarazadas a 29 monjas. La reacción del obispo fue fulminante: la superiora 'fue suspendida' y sustituida por otra religiosa.

Estos datos han sido avalados por otro informe presentado en 1998 por Marie McDonald, superiora de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, en el que se pasa revista a las diferentes estrategias de acoso. Unas veces son sacerdotes que reclaman una especie de contraprestación sexual a cambio de la confesión. Otras el abuso se produce a partir de 'una dependencia financiera de las monjas de sacerdotes que pueden pedir a cambio favores sexuales'. McDonald está convencida de que hay que actuar con rapidez para atajar un problema que aumenta, y no parece satisfecha de la línea de actuación más bien tímida iniciada por el Vaticano.

Una línea que Navarro Valls resumió ayer así: 'La Santa Sede está tratando la cuestión en colaboración con los obispos, con la Unión Superior de Generales y con la Unión Internacional de Superiores generales. Se trabaja en la doble vertiente de la formación de las personas y de la solución de cada caso particular'. En su comunicado el portavoz vaticano recuerda, no obstante: 'Unas cuantas situaciones negativas no pueden hacer olvidar la fidelidad con frecuencia heroica de la gran mayoría de los religiosos, religiosas y sacerdotes'.

Dos semanas de retiro por violar a la novicia

EL PAÍS | Madrid

Algunas de las denuncias del informe de O'Donohue, publicadas en la revista National Catholic Reporter, son:

- En ciertos niveles, las candidatas a la vida religiosa tienen que prestar favores sexuales a los sacerdotes para acceder a los certificados necesarios y/o recomendaciones para trabajar en una diócesis.

- En algunos países, las monjas tienen que afrontar las dificultades que implica el verse obligadas a abandonar la congregación si se quedan embarazadas; en cambio, el sacerdote implicado puede seguir desempeñando su ministerio. Más allá de la rectitud, se plantea una cuestión de justicia social, ya que la monja tiene entonces que cuidar al niño como madre soltera, a menudo estigmatizada y en circunstancias socioeconómicas de suma pobreza. Como han perdido su estatus en la cultura local, algunas se ven forzadas a convertirse en la segunda o tercera esposa en una familia. La alternativa es prostituirse.

- Algunos sacerdotes engañaban a las monjas haciéndolas creer que la píldora anticonceptiva evita el contagio del sida.

- En varios países, los miembros de los consejos de las parroquias están poniendo en entredicho a sus pastores por sus relaciones sexuales con mujeres y muchachas. Algunas de ellas son esposas de feligreses que están furiosos por la situación, pero se hallan desconcertados a la hora de denunciar al sacerdote.

Una parroquia llegó a ser atacada por feligreses con armas de fuego, muy exaltados por el abuso de poder y las traiciones de los sacerdotes.

- Se sabe que algunos curas se relacionan con varias mujeres y tienen hijos de más de una de ellas. Muchos testimonios citados por el informe manifiestan que los feligreses esperan la oportunidad de presentarse voluntarios para hablar en una homilía dialogada y denunciar públicamente a algunos curas por su doble rasero entre lo que predican y lo que hacen.

- Una mujer recién convertida del islam al cristianismo fue aceptada como novicia en una congregación local. Cuando fue a solicitar al párroco los certificados correspondientes, éste la violó como requisito previo. Como ella había sido repudiada por su familia por abandonar el islam, no podía volver a casa, por lo que se unió a la congregación. Poco después supo que estaba embarazada.No le quedó más remedio que huir y pasó diez días deambulando por la selva. Por fin decidió ir a ver al obispo, que llamó al cura. Éste aceptó la acusación y fue castigado con un retiro de dos semanas.

- Desde los años ochenta, en varios países, las monjas se niegan a viajar solas en coche en compañía de un sacerdote por miedo a sufrir abusos.

Los abusos a monjas reabren el debate sobre el sexo en la Iglesia católica

Misioneros españoles interpretan que las denuncias de violación se refieren al clero africano


MIGUEL BAYÓN | Madrid

La denuncia de cientos de violaciones de monjas por parte de sacerdotes en 23 países -14 de ellos en África- ha reabierto el debate sobre el sexo dentro de la Iglesia católica. Círculos misionales españoles manifestaron ayer a este periódico su 'sorpresa' por 'el alcance y la gravedad' de los hechos denunciados, y se refirieron a las dificultades del clero africano para vivir el celibato, desprestigiado en su sociedad. El Vaticano admitió el pasado martes que lo denunciado era 'conocido' y los superiores de las órdenes aseguraron ayer que se toman 'medidas concretas'.

'Estoy sorprendido, porque fui misionero en África occidental de 1974 a 1994 y nunca oí de violaciones', dice Juan Pérez Charlín, provincial de los Misioneros de África-Padres Blancos,orden hermana de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, de la que es superiora Marie McDonald, autora de uno de los informes. 'Pero no dudo de lo que se cuenta, porque son testimonios de monjas. No excluyo historias personales de sacerdotes diocesanos africanos que hayan tenido sexo con mujeres, rara vez con religiosas. Indudablemente hay que plantearse que el celibato no es un valor en gran parte de África, donde el valor por excelencia es la familia y tener muchos hijos'.

Pérez Charlín recuerda que a partir de 1971 diversos obispados de África central solicitan al Vaticano que se permita ordenarse a personas casadas. 'No sería nuevo en la Iglesia: ya ha existido, y sigue existiendo en las iglesias católicas orientales'. No cree que pueda hablarse de una cultura africana que menosprecie a la mujer. 'Allí hay sociedades matriarcarles y matrilineales, y otras donde la mujer no cuenta', señala. Y matiza: 'Hablamos de un continente con un 30% de cristianos, y cristianos no significa católicos. Un continente donde lo urgente es la democracia, la justicia, los derechos humanos'.

El informe de McDonald afirma que el celibato y/o la castidad no son valores en varios países examinados, y que la posición de la mujer en la sociedad y en la Iglesia hace que 'una monja se vea a sí misma como inferior, alguien que debe servir y obedecer. Es comprensible que una monja vea imposible rehusar si un sacerdote le pide favores sexuales. Esos hombres son símbolos de autoridad que deben ser obedecidos'.

Manuel de Unciti, teólogo y dirigente de Obras Misionales Pontificias, estima que la denuncia 'es muy grave, y así lo reconoce el Vaticano'. Y, aunque se manifiesta 'sorprendido', admite que 'runrún siempre ha habido'. De Unciti supone que los informes se centran principalmente en el 'clero local diocesano', y sugiere: 'Es difícil para una persona pasar de ciertas concepciones culturales al celibato, que no disfruta de mucho aprecio en África'.

Grave problema sexual

El teólogo Enrique Miret Magdalena es tajante: 'El problema sexual es grave en el mundo clerical'. Y cita estudios recientes de sociólogos católicos: 'En EE UU, sólo el 2% de los sacerdotes cumple el celibato. El 50%, sólo relativamente. De esa mitad, un tercio es homosexual. Si eso pasa allí, ¿qué no pasará en África?

Los informes incluyen todo tipo de abusos y acoso sexual, casos extremos de aborto impuesto, exigencias cotidianas a las novicias para proveerles de documentos, sumisión de feligresas y sus familias a los caprichos del párroco, engaños sobre supuestas virtudes antisida de la píldora anticonceptiva, y excesiva indulgencia de los obispos con los sacerdotes que han cometido agresiones contra monjas y novicias. Los informes fueron realizados en los años noventa por dos religiosas que efectuaron constantes entrevistas in situ con las presuntas víctimas. La hermana Maura O'Donohue, médico y coordinadora del programa sobre sida de Cáritas Internacional y del Cafod (Fondo Católico de Ayuda al Desarrollo) presentó el primer informe en 1995 al cardenal Eduardo Martínez Somalo, presidente de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, que le encargó otro, el cual abundó en las denuncias. El informe de McDonald es de 1998.

Si el pasado martes el portavoz papal, Joaquín Navarro Valls, admitió oficialmente el problema, ayer la Unión Superior de Generales y su organismo internacional - que agrupan a 200.000 religiosos y un millón de monjas- confirmaron la posición del Vaticano, informa Lola Galán. Reiteraron que 'el problema es sabido' y subrayaron que se están tomando 'medidas concretas'. Al tiempo, los responsables de las órdenes religiosas hacen hincapié en el hecho de que este lamentable asunto no debe enturbiar el valor y los sacrificios de miles de personas dedicadas a la vida religiosa.

Los misioneros subrayan que colaboraron en los informes sobre violaciones

'Donde hay hombre, hay y puede haber lo que sea', opina el obispo de Mondoñedo

MIGUEL BAYÓN | Madrid

Las entidades misionales españolas subrayaron ayer la colaboración de misioneros en los informes que han denunciado violaciones o abusos sexuales de sacerdotes a monjas en 23 países. Cientos de esas agresiones aparecen referidas al clero local tanto en EE UU, Italia, Irlanda como en países pobres, sobre todo africanos. El Vaticano admitió los hechos y anunció medidas.

La Unión de Institutos Misioneros criticó ayer que en titulares periodísticos se acuse a 'misioneros' de violaciones, toda vez que la revista estadounidense National Catholic Reporter, que reveló los informes, 'no menciona ni una sola vez a los misioneros si no es para decir que colaboraron en la investigaciones'. También la Confederación Española de Religiosos (Confer) discrepó de la cobertura periodística.

El diario italiano La Repubblica del martes, al hacerse eco de la revista, habló de 'cientos de denuncias en los archivos de la Iglesia', y de 'monjas acosadas sexualmente, seducidas y a menudo violadas por curas y misioneros'. Sin embargo, el texto de National Catholic Report señalaba que 'misioneros occidentales ayudaron' al informe de la hermana Maura O'Donohue, que lo presentó en 1995 a la Santa Sede.

La jerarquía de la Iglesia española entró ayer en el debate. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, afirmó que la denuncia de violaciones 'no afecta a la valoración global de la acción misionera de la Iglesia en el mundo'.

El obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, señaló que 'han pasado casos como éstos, o más graves, y seguirán pasando'. Gea no descartó que puedan suceder en España, porque 'donde hay hombre, hay y puede haber lo que sea'. Sobre las iniciativas del Vaticano, se preguntó 'qué se puede hacer con las medidas generales, si uno es de una manera determinada'.

Misioneros expresaron a este periódico el pasado miércoles la dificultad de vivir el celibato en bastantes culturas africanas donde 'no es un valor' y sí lo es 'tener hijos'.

La Iglesia reconoce gestiones contables 'incorrectas' en las obras misionales


JOSÉ MARÍA IRUJO | Madrid

La Nunciatura Apóstolica y la Conferencia Episcopal (CEE) admitieron ayer en una nota conjunta que 'han encontrado gestiones contables incorrectas' en las Obras Misionales Pontificias de España (OMP), organización fundada en 1852 para atender a las necesidades de 30.000 misioneros y que en los últimos cinco años ha recaudado más de 20.000 millones de pesetas mediante las campañas del Domund. No obstante aseguran que la auditoría no ha descubierto 'malversación de fondos'.

La venta de grabados para un falso homenaje al Papa y las acusaciones de José Luis Irízar, ex director de la OMP, al ex nuncio Lajos Kada han destapado esta crisis. La auditoría se llevó a cabo en 1999, en plena crisis interna de la institución, por una firma de 'reconocido prestigio'. Los expertos nombrados para rastrear las cuentas millonarias de las OMP 'no encontraron malversaciones de fondos, sino gestiones contables incorrectas'.

La nota no especifica que tipo de irregularidades se descubrieron ni quién las protagonizó, si José Luis Irízar, que fue relevado al cumplirse sus cinco años de mandato, o el antiguo administrador despedido por el primero. Sí relata el control contable al que se sometió a la organización.

Irízar, ex misionero que ha recurrido su cese ante el Tribunal de la Signatura de Roma, involucró en una carta dirigida a los obispos y misioneros al ex nuncio Lajos Kada en una presunta estafa de venta de grabados que, según él, apoyó el representante del Papa en España, 'por motivos inconfesables'. El ex director de la OMP describía aspectos de la vida privada del ex nuncio Kada, jubilado y retirado desde hace un año en Hungría.

La venta de 500 grabados para financiar un homenaje al Papa que nunca se celebró se hizo entre 1995 y 1998 desde un despacho de la sede de la OMP en Madrid y el entonces nuncio apoyó con cartas a la directora comercial de la colección. El ex nuncio ordenó detener la venta de los grabados a Manuel Capa, su promotor, a finales de 1998 cuando recibió una advertencia de monseñor Re desde el Vaticano.

La nota elude esta venta de grabados y refiriéndose a las denuncias contra Kada, la Nunciatura y la CEE señala que 'desean expresar su dolor y deploran que en estas informaciones se hayan mezclado otros asuntos que afectan a la fama de dignos representantes de la Iglesia, de quienes se guarda grato recuerdo y afecto y que no tienen relación directa con la intervención de la Santa Sede en la Dirección Nacional de las OMP'.

La crisis en las OMP arrancó con el cruce de denuncias entre Irízar y José María Castro, ex administrador durante 18 años de la organización, que fue despedido por el primero. La Santa Sede recortó los poderes económicos a Irízar y nombró una comisión de control económico hasta su reciente relevo, el pasado mes de febrero. La nota de la Nunciatura y la CEE señala que el cese de Irízar 'se ajustó a la más estricta legalidad canónica'

Fuente:
http://perso.wanadoo.es/jupin/etica/religion_violaciones.html

Mario Lopez Ibañez
Drmario@ctcinternet.cl
Lonko_nao@hotmail.com
http://es.groups.yahoo.com/group/chiwulltun