25 de octubre del 2003
Ocupación y resistencia de Irak
El «Telemaratón» de Powell en Madrid suma poco más de la mitad del objetivo
Gara
Fue el propio secretario de EEUU quien utilizó el término de «telemaratón» para definir la llamada Conferencia de «Donantes» clausurada ayer en Madrid. Un espectáculo que comenzó con el reconocimiento por parte de los empresarios de sus intereses «humanitarios» y que culminó con los anfitriones españoles haciéndose trampas en el solitario e incluyendo en lo «recaudado» cantidades ya invertidas y «probables» créditos a largo plazo. Aznar puso el broche con un llamamiento «realista» a despreciar la resistencia. En Irak, tres soldados y cuatro civiles morían en una «guerra del pasado».
El vicepresidente primero del Gobierno español y ministro de Economía, Rodrigo Rato, cifró en 33.000 millones de dólares el montante comprometido en la llamada Conferencia de «Donantes», poco más de la mitad de los 56.000 millones de dólares que EEUU, ONU y BM calculan necesarios para la «reconstrucción» de Irak.
El logro se reduce a un tercio del objetivo si descontamos de estos 33.000 millones de dólares los 20.000 millones presupuestados por el Gobierno de EEUU, que ya ha anunciado que los gestionará sin interferencia alguna, y lejos del fondo anunciado al efecto y gestionado por el BM y la ONU.
13.000 millones por tanto, un «logro» en el que destacan las aportaciones de última hora de Arabia Saudí (1.000 millones) y Kuwait (1.500 millones), únicos «donantes» árabes.
Ocurre, sin embargo, que de los 1.500 millones comprometidos por Kuwait, 1.000 millones ya han sido invertidos.
Pero en lo que los anfitriones españoles rizaron el rizo fue en incluir en los 33.000 millones de dólares una cantidad de 5.000 millones atribuida al Gobierno japonés. El portavoz del Ministerio japonés de Exteriores, Hatsuhisa Takashima, precisó que Japón donará 1.500 millones y matizó que los otros 3.500 millones «probables» lo serán en créditos concesionales a largo plazo.
El «éxito» de la Conferencia se reduce más aún si tenemos en cuenta que contados países «donantes» han concretado qué parte del dinero comprometido irá a parar al citado fondo o será gestionado directamente por cada gobierno negociando sus propios contratos. Ni siquiera el anfitrión español lo ha hecho, a la espera de lo que «hagan el resto de países».
A ello hay que restar, además, todo el porcentaje de estas «donaciones» que será préstamo, a devolver con creces por los iraquíes.
El propio Bush hace frente en el Capitolio de Washington a las presiones desde sus propias filas para que la mitad de sus 20.000 millones de dólares sean créditos y no a fondo perdido, tal y como prometió.
Y la cuestión no deja de tener su importancia, habida cuenta de que la deuda de Irak asciende actualmente a la friolera de 350.000 millones de dólares, de ellos 200.000 millones en concepto de «compensaciones de guerra», con motivo de la Guerra del Golfo tras la entrada de Irak en Kuwait (1991).
Así las cosas, el montante «recaudado» ayer no alcanza ni al 10% del total de la deuda que soporta el país árabe.
El propio Tesoro estadounidense y el FMI reconocieron la necesidad de «reconducir» el nivel de deuda actual de Irak.
Impertérrito, el secretario de Estado, Colin Powell, felicitó al Gobierno de José María Aznar por su mecenazgo de la conferencia (presupuestada en varios millones de euros) y por su alineamiento a EEUU.
Powell, que en entrevista a "Le Figaro" la comparó con un «telemaratón», confirmó, con todo, la necesidad de celebrar en los próximos años nuevas ediciones.
Responsable de una Administración que ha atacado a Irak dos veces en 12 años y que ocupa actualmente el país, Powell aseguró que «los iraquíes ahora asumen las riendas de sus propios asuntos y caminan firmemente hacia una meta en la cual podrán ejercer plenamente su soberanía».
Tras hacer una distinción «entre los que quieren el orden y los que quieren el caos, entre los que trabajan en pro de la paz y los que trabajan con métodos de gánster», Powell reiteró el compromiso para «desterrar totalmente los vestigios letales de Sadam».
No concretó si entre estos vestigios incluye la carta de racionamiento de la era de Saddam y con la que se alimenta el 60% de la población. Un sistema de racionamiento que el «virrey» de EEUU en Irak, Paul Bremer, ya anunció a desmantelar, como «vestigio» del anterior Gobierno.
Coincidiendo con estas pretensiones y con la conferencia de Madrid, la ONG británica Christian Aid denunció un «agujero negro» de 4.000 millones de dólares de los 5.000 millones entregados al Consejo transitorio iraquí designado por EEUU tras la invasión y derrocamiento de Saddam.
El anfitrión Aznar, que mostró sus «simpatías» por los miembros de este Consejo iraquí, tildó de «terroristas» a la resistencia iraquí contra la ocupación de su país.
«No nos engañemos, lo único que quieren es volver al pasado. Y cuantos se oponen con las armas al proyecto democratizador para Irak están forzando a su población a la pobreza y a la opresión política de su reciente pasado. Esta es la realidad», señaló.
Realidad terca, a tenor de la sucesión de ataques de los «vestigios» contra el Ejército estadounidense.
Dos soldados de la IV Division de Infantería murieron en un ataque con mortero contra su base en Samarra (norte de Bagdad). Un tercer soldado estadounidense murió en un ataque en Mosul (norte).
El Mando Central no confirmó la muerte de un cuarto soldado en un ataque en Falujah.
Sí confirmó que al menos 13 soldados estadounidenses resultaron heridos tras ser atacado de madrugada su cuartel cerca de Baquba (norte).
Casualmente, dos niños iraquíes murieron en lo que el Mando Central presentó como otro ataque en Mosul, la misma ciudad donde murió el tercer marine estadounidense.
El jueves en Bagdad, dos civiles iraquíes murieron en un ataque con cohetes.
Este recrudecimiento de la «guerra» en Irak coincide con la visita del adalid de los neoconservadores en la Casa Blanca y subsecretario de Defensa de EEUU, Paul Wolfowitz, ayer a Bagdad.
Cancelen la deuda externa
(Mikel Isasi y Amanda Andrades-RCADE) Con la conferencia de donantes para Irak pretenden lavar la imagen de la guerra y de la ocupación militar del país. Frente a esta falsa caridad desde Zordunok-RCADE (Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa) pedimos la cancelación inmediata de la Deuda Externa y la salida de los ocupantes. Irak es el país mas endeudado del mundo y como en otros muchos casos el pago de la deuda supone mantener empobrecida a su población robándoles los pocos recursos de los que disponen y secuestrar su soberanía económica, que pasa a depender de los países ricos, que definirían las prioridades de inversión internas. Además, pedimos la cancelación de Deuda Externa porque es una Deuda odiosa. ¿Cuándo una Deuda es «odiosa»?
Cuando un poder despótico contrae una deuda para fortalecer su régimen dictatorial, para reprimir a su pueblo o enriquecerse, esta deuda es odiosa para la población del Estado. Esta deuda no es obligatoria para la nación: es una deuda del régimen, deuda personal del poder que la contrajo; en consecuencia, desaparece con la caída de ese poder.
El endeudamiento de Irak ha tenido fines contrarios a los intereses de su población. Por ejemplo en la guerra de Irak contra Irán (1980-88) el régimen de Saddam gasto 1,5 veces los ingresos petroleros del país durante ese periodo. Este gasto por encima de sus ingresos fue posible gracias a los préstamos de EEUU, Arabia Saudita y Kuwait, entre otros. De la invasión de Kuwait (1991) y la posterior derrota iraquí quedan pendientes las indemnizaciones de guerra. A esto tenemos que añadir los gastos fastuosos del régimen o el dinero empleado en reprimir de forma tan brutal a la disidencia iraquí (kurdos, chiítas, comunistas...). El pueblo iraquí no es el responsable de las deudas del dictador. Es una infamia que se le pida que pague por las armas con las que se le reprimió o por las guerras que sufrió. Los pueblos no deben pagar las deudas de sus dictadores. Esto es aplicable a Irak y a otros muchos países del mundo.
Este concepto de deuda odiosa se ha aplicado en diversas ocasiones a través de la historia.
Cuando Cuba pasa a estar bajo el control de EEUU en 1898, España le exige a este último el pago de la deuda de Cuba. EEUU se niega declarando que es una deuda odiosa. Es decir, contraída por un régimen despótico para llevar a cabo políticas contrarias a los intereses de los ciudadanos. Esta declaración, finalmente reconocida por España, desembocó en un tratado internacional.
Después de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles declara que las deudas contraídas por el régimen del Kaiser para colonizar Polonia son nulas, y que no pueden correr a cargo de la nueva Polonia reconstituida. En otros casos las deudas de los dictadores también han sido declaradas nulas.
El pago de la Deuda Externa en Irak hace imposible la recuperación de los servicios mínimos en salud o educación. Irak es un país con su estructura social destruida por la guerra y por el embargo económico de más de una década que ha producido al menos la muerte de medio millón de niñas y niños por falta de recursos. Mientras esto ocurría la cuarta parte de los beneficios del petróleo se empleaban en pagar a los países vecinos en concepto de reparaciones. La Deuda Externa es impagable, supone el equivalente a cien veces el salario medio de una iraquí durante un año. Mantener su pago significará que la espiral de pobreza y falta de recursos continuará como en tantos países empobrecidos. La cancelación de la Deuda debe liberar fondos dedicados a las necesidades sociales de la población.
Acabar con el empobrecimiento es sencillo: basta con desmilitarizar la política. El coste inicial de la guerra contra Irak para EEUU ha sido de 80.000 millones de dólares. Según la ONU y UNICEF, 80.000 millones de dólares es, precisamente, la suma suplementaria necesaria cada año durante una década a escala del planeta para garantizar el acceso universal al agua potable, a la educación básica, a la asistencia sanitaria primaria (incluyendo la nutrición) y a los cuidados ginecológicos y obstétricos (para todas las mujeres).
Desde Zordunok-RCADE pensamos que: la deuda contraída bajo el régimen de Saddam es una deuda odiosa, luego es nula. Las nuevas deudas procedentes de la agresión y del coste de reconstrucción son igualmente odiosas, luego son nulas; las víctimas de Saddam, las de la agresión de EEUU, las de los saqueos y de la actual ocupación tienen derecho a reparaciones.