Algunos de los grandes medios de comunicación que se autodenominan "progresistas" o "democráticos" están colaborando intensamente en procesos políticos de corte claramente fascista como el intento prolongado de golpe en Venezuela. En otros asuntos, como el de Irak, esos mismos medios aportan cínicamente algunos elementos informativos levemente críticos para una secuencia de hechos fuertemente escandalosa. Esos elementos críticos desaparecen progresivamente a medida que la voluntad imperial de hacer la guerra se hace más manifiesta. Los medios actúan en estos casos facilitando la digestión de la política de los Estados Unidos por la "opinión pública"..
El País es, sin duda, uno de estos medios. Su apoyo al golpe fascista triunfante de Carmona entre el 11 y el 14 se abril del año pasado fue totalmente explícito. El País mintió, ocultó y manipuló información, para cubrir con su "aval democrático" a una junta que llegó al poder deteniendo, secuestrando y encarcelando al presidente, y lo ejerció demoliendo inmediatamente la constitución y todas las instituciones democráticas, y encumbrando al presidente de federación de empresarios como soberano absoluto de Venezuela..
La bienvenida a un Carmona que inició inmediatamente la represión de las autoridades elegidas y de los ciudadanos fieles al gobierno legítimo, no fue la única canallada de los medios controlados por el grupo Prisa. Fracasado el golpe, El País se esforzó en librar de la repulsa pública a los principales actores del mismo, particularmente a Carlos Ortega presidente de la CTV, manteniendo su capacidad para hacer otra intentona. Las relaciones económicas del grupo Prisa con sectores empresariales venezolanos y las condiciones de su mercado editorial –completamente documentadas- explican esa infamia. También es evidente el apoyo de El País al nuevo intento de golpe que en la modalidad de lock out empresarial y sabotaje petrolero, se está desarrollando desde principios de diciembre. Lo están llevando a cabo los mismos personajes que derribaron sin vacilaciones todas las instituciones democráticas de Venezuela en el mes de abril del año pasado..
En relación con los planes de guerra contra Irak, El País ha enterrado todo un largo proceso de preparación de la guerra en el que el único agente activo han sido los Estados Unidos, lleno de coacciones a la ONU y a los miembros del Consejo de Seguridad, y de declaraciones sobre la soberanía universal indiscutible de Washington, para concentrarse en la exigencia del cumplimiento estricto por Irak de la Resolución 1.441, fabricada e interpretada por los Estados Unidos. En un editorial publicado el día 19 de diciembre el periódico otorgaba legitimidad al futuro ataque si se demostraba que el informe sobre armamento suministrado por Irak contenía omisiones o falsedades..
Dar credibilidad .
Esos mismos medios de comunicación disimulan la basura de sus páginas con la presencia de intelectuales respetables que, sin embargo, están siendo utilizados para mantener una credibilidad nada merecida y cada vez más cuestionada. Entre los que escriben o ilustran periódicamente en El País los ejemplos más claros son de sobra conocidos: Vázquez Montalbán, Máximo o Eduardo Haro Tecglen..
Ha llegado la hora de que esos intelectuales afronten una realidad. La posibilidad de que sus artículos de opinión o dibujos críticos sean leídos por un número importante de personas no compensa, de ningún modo, la "credibilidad" que suministran a unos medios cuya función social consiste en fabricar, con la manipulación de la información que sea precisa, una "opinión pública" complaciente con los bárbaros poderes que gobiernan el mundo..
Bárbaros poderes con acciones brutales..
La rebelión, individual o si es posible colectiva, es una exigencia moral inexcusable.