Patrick Auzende
Rouge 09-01-2003 .

El gobierno (francés) esta enfadado con la marea negra. En las playas de Aquitania, Jean Pierre Raffarin se cabrea contra los barcos que trasportan el fuel. Roseline Bachelot se pasea en helicóptero por encima de las manchas. Y Jacques Chirac declara su cólera y horror a la opinión pública: "No podemos resignarnos a estas catástrofes que no son una fatalidad sino el resultado de acciones humanas incontroladas. (.) Francia y Europa no dejarán a hombres de negocios sin escrúpulos, granujas de los mares, beneficiarse cínicamente de la falta de transparencia del sistema actual"..
Los problemas y los responsables están identificados. El gobierno se agita contra el sistema que ha provocado el naufragio de un navío basurero de 26 años, cuya última inspección databa de 1999, que pertenecía a una compañía liberiana, llevaba pabellón de Bahamas, era explotado por una compañía griega, fletado por la filial suiza (Crown) de un conglomerado ruso (Alfa group) que había obtenido un certificado de navegación de la oficina norteamericana de navegación...
Pero, ¿va a comenzar a suprimir los 66 navíos del mismo tipo que el Erika y el Prestige, y los 4.000 navíos en actividad repertoriados como de riesgo por la Comisión Europea? ¿Va a rehacer, tras haber sacrificado los astilleros del Havre y de La Ciotat, una construcción naval pública con personal formado, con una contratación estable, con decisiones de construcción en función de las necesidades (y no para un puñado de ricos que quieren barcos de crucero), principalmente navíos que responden a normas de seguridad elevadas?. ¿Quiere verdaderamente Chirac respetar los compromisos de Francia en materia de inspección?. En 2001, ha controlado menos del 10% de los navíos que entran en sus puertos, mientras que teóricamente tenía la obligación de controlar al menos el 25% según una directiva de 1995. ¿Tiene la intención de reforzar el cuerpo de inspectores, actualmente en número de 60? Cuando Chirac evoca "los hombres de negocios sin escrúpulos", ¿se refiere a las empresas petroleras, como la compañía francesa Total Elf Fina, que había realizado 22 millardos de francos de beneficio en 1999, gastado 8000 millones de francos para corromper a los gobernantes de los países productores y para financiar a políticos y personalidades en Francia y que, tres años después del naufragio del Erika, sigue sin pagar todas las consecuencias de su irresponsabilidad?..
A menos que los "hombres de negocios sin escrúpulos" sean los que usan todos los medios posibles para imponer la reducción drástica de los costes del transporte marítimo (un 30% en diez años), lo que significa en la práctica casi la esclavitud del personal de los barcos y el mantenimiento de una flota mal cuidada y a menudo obsoleta..
Cuando Chirac evoca los "granujas del mar", ¿habla de los estados de conveniencia que, con el armador y el fletador, el capitán y la sociedades de clasificación, diluyen la cadena de responsabilidades?. ¿Va a ser denunciado el pabellón de conveniencia de las tierras australes y antárticas francesas (que comprenden entre otras las Kerguelen), como los de Bahamas, Panamá o Liberia?. Los navíos de conveniencia, que representaban el 30% de la flota en 1970, forman hoy el 60% de ésta. ¿Va a enfrentarse Chirac con Grecia, gran proveedor de armadores y pabellones de conveniencia, que está encargada de la presidencia de la UE este trimestre?. ¿Va a poner ante sus responsabilidades a los nuevos países de la UE como Chipre y Malta?. ¿No llevaba pabellón maltés el siniestro Erika?..
A menos que por "granujas del mar" Chirac entienda los estados miembros (entre ellos Francia) de la Organización Marítima Internacional (OMI), que ha autorizado, desde hace veinte años, la creación y el desarrollo de los pabellones de conveniencia. Una organización que ha mantenido la opacidad en la cadena de responsabilidad entre propietarios de barcos, fletadores y estados. Una organización que permite desresponsabilizar financieramente y penalmente a los que contaminan. Y enfín, una organización que ha mantenido el estatus del conjunto de los marinos del planeta por debajo de las normas fijadas por la Organización Internacional del Trabajo..
La "noble indignación" de Chirac es sobre todo una confesión de fracaso. Tras la treintena de mareas negras que ha afectado a Europa de 1976 a 2002, no se ha hecho nada. Las lamentaciones a posteriori suenan a falsas, pero provocan en la gente de los litorales, los pescadores, los marinos, una cólera negra.