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EL MAYOR EJERCICIO AÉREO CONDUCIDO POR EE.UU.
Debaten por la inmunidad de tropas extranjeras en "Aguila III"
El "Aguila III" es un ejercicio aéreo combinado entre militares estadounidenses, argentinos y de otros países del Cono Sur. Huelga decir quién llevará la batuta del operativo si es que finalmente se realiza en Mendoza y San Luis. Las dudas sobre su concreción atienden a las dos postergaciones que ya tuvo. La fecha de junio último fue desbaratada por la guerra de Washington contra Irak y las desaveniencias en el Congreso argentino sobre el alcance de la inmunidad solicitada por George W. Bush para sus muchachos. La del 8 de octubre también fue corrida por el debate inconcluso sobre el tipo de inmunidad a otorgar a los aviadores extranjeros. Pero el debate debe ir más allá del tipo de blindaje legal: con o sin inmunidad, el "Aguila III" no deja de ser un avance imperial en Argentina.
BUSH EXIGE INMUNIDAD
En abril último el entonces presidente Eduardo Duhalde envió al Congreso un pedido de inmunidad amplio para dar cobertura a militares estadounidenses. La solicitud apuntaba a realizar en junio el ejercicio aéreo "Aguila III" en Mendoza y San Luis en las condiciones políticas estipuladas por la administración Bush.
Como es sabido, la Casa Blanca retiró a último momento la firma de EE.UU. al Tratado de Roma (realizado en 1998) que creó la Corte Penal Internacional. Este tribunal juzgaría crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad cometidos en cualquier parte del mundo cuando no fueran castigados en el país donde se cometieran. Con cola de paja, George W. Bush no ratificó su adhesión porque quiso dejar a sus soldados –y sobre todo a sus jefes políticos y diplomáticos- a salvo de cualquier juicio. Desde su apartamiento del Tratado de Roma, las autoridades estadounidenses vienen negociando acuerdos bilaterales para dar inmunidad a sus tropas, consumando otro golpe a la legalidad internacional. Ya son 40 las naciones que aceptaron el doble rasero de firmar el Tratado y en simultáneo dar blindaje jurídico a los marines. La última fue Colombia.
Para Washington esa inmunidad debe ser amplia y abarcar los delitos propios de las leyes penales de cada país. A esto se llama "inmunidad diplomática". Algunos regateadores oficiales al sur del río Bravo han contraofertado brindar a esas tropas una "inmunidad funcional", limitada al ejercicio de sus funciones. La versión "larga" cubriría incluso a un aviador que se emborrache y viole a una mendocina, lo que suele ocurrir cuando estos militares salen al exterior. Cualquier duda puede evacuarse consultando esos delitos de soldados de EE.UU. en Okinawa, Japón; Corea del Sur, Filipinas, etc. Pero la inmunidad funcional también puede ser nefasta. Imaginemos si un aviador yanqui se eyecta de un F-16 en problemas y éste cae en un barrio de Mendoza, provocando muertos y heridos civiles. Eso estaría cubierto por la inmunidad "corta".
DOS LÍNEAS
Aunque Duhalde quiso correr con el "gasto" de conceder amplia inmunidad a los visitantes armados –para evitarle el desgaste a su sucesor Néstor Kirchner-, el ejercicio aéreo no se concretó en junio último.
Uno de los obstáculos fue la negativa de varias bancadas de Diputados a conceder una inmunidad vista como sinónimo de impunidad. Incluso entre los legisladores del PJ hubo amagos de rebeldía.
Esos escarceos no estaban desconectadas de la guerra norteamericana contra Irak, que el gobierno argentino se había negado a secundar en vista de su condición de brutal y unilateral. ¿Cómo hacía el PEN para dar la bienvenida a una fuerza aérea que venía de destruir escuelas, viviendas, mercados y hospitales en Bagdad?.
Pero el 6 de setiembre el Ejecutivo terminó de redactar el proyecto de inmunidad para concretar el 8 de octubre venidero el ejercicio aéreo (ver aparte "AGUILA III Y OTROS PLANES DE EE.UU."). Como parte del tironeo político dentro del gobierno de Kirchner, la iniciativa no explicitaba el tipo de concesión que se haría.
En este punto hay dos líneas que quedaron en evidencia esta semana con la concurrencia a Diputados del canciller Rafael Bielsa y el ministro de Defensa José Pampuro. Allí se reunieron con las comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa. Bielsa fue enfático en defender la idea de una inmunidad amplia propia de la que cubre a los diplomáticos, emanada de la Convención de Viena. Legisladores del ARI como Carlos Raimundi fueron muy críticos de esa postura de conciliación ante la administración Bush. Para muchos sectores la genuflexión aparece como consecuencia directa del acuerdo firmado el 10/9 con el FMI, facilitados por la Casa Blanca.
No fueron voces aisladas las que cuestionaron la propuesta elevada por el PEN. Hasta el titular de la comisión de Defensa, Jorge Villaverde (PJ) y el vice, Carlos Iparraguirrre (UCR), no trasuntaron mucha afinidad con la idea de cubrir a los aviadores con un manto de inmunidad.
Como es obvio en un asunto de tamaña gravedad, el presidente de la Nación no podía estar desvinculado del proyecto. Este fue redactado por Pampuro pero también metieron baza el canciller Bielsa y el secretario Legal y Técnico Carlos Zanini. Sin embargo, el jueves 18/9 las Madres de Plaza de Mayo se reunieron con Kirchner en Balcarce 50 y por la tarde dieron su versión de la entrevista. Dijo Hebe de Bonafini: "El presidente nos recibió y nos dijo que no va a haber inmunidad para los soldados norteamericanos. Y como no va a haber inmunidad ellos no van a venir, porque no quieren hacer las maniobras si no hay inmunidad. Esto nos lo confirmó el presidente esta mañana a Evel de Petrini y a mí. Y nos aclaró que la posición de la mujer de él, senadora en el Congreso, había sido, también, no darles inmunidad a las tropas norteamericanas".
UNA AFRENTA
Cuando en junio último se quería hacer el "Aguila III", el jefe de la IV Brigada Aérea de Mendoza , Alvaro Pérez, mostró un entusiasmo digno de mejor causa. "Este será un hecho histórico, será muy rico compartir trabajo con pares de otros países", dijo.
En las salas de los aeropuertos argentinos hay cuadritos de la Fuerza Aérea con los nombres y fotos de los aviadores caídos en 1982 en Malvinas. Las declaraciones del jefe de la IV Brigada y del ex mandamás de la Fuerza, brigadir Walter Barbero, en la misma dirección, fueron una afrenta a la memoria de esos aviadores. Es que éstos fueron abatidos por la fuerza de tareas británica abastecida en todo sentido por EE.UU.
Recapitulando sobre esa ayuda, la ex premier Margaret Thatcher declaró en 1995: "sin los Harrier, con su inmensa capacidad de maniobra y equipados con la última versión de los misiles Sidewinder que nos proveyó el ministro de Defensa norteamericano Caspar Weibenger, no podríamos haber recuperado las Falklands".
El ejercicio aéreo pondrá a nuestra Fuerza Aérea durante 14 días bajo la conducción de los oficiales norteamericanos. Estos no sólo ayudaron a los británicos en la reanexión de las islas del Atlántico Sud. También han bombardeado los estados soberanos de Panamá, Libia, Sudán, Yugoslavia, Afganistán e Irak. En cada uno de los tres últimos nombrados, los misiles provocaron decenas de miles de muertos civiles y, peor aún, aún siguen ocupados militarmente.
Del "Aguila III" participarán 1.200 hombres de EE.UU., Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia, con unas 80 aeronaves y otros vehículos de transporte. Tras la segunda postergación, ahora la fecha de inicio es el 27 de octubre y de terminación el 7 de noviembre. La base "leal" estará en la IV Brigada mendocina y el "comando insurgente" a aniquilar se ubicará en la V Brigada de Villa Reynolds, San Luis.
Por elevación, las maniobras estarán legitimando la llegada de tropas extranjeras para suprimir un alzamiento en un hipotético "conflicto interno". Difícil hallar un ejemplo más demostrativo de que estamos en presencia de una validación de la Doctrina de Seguridad Nacional impulsada por el Comando Sur del Ejército con base en La Florida. No hace falta ser mal pensados para sospechar que esta coordinación de aviadores de 7 países tiene relación con los planes de Bush relativos a Cuba, Colombia y Venezuela.
EMILIO MARÍN