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Argentina: La lucha continúa

Opinión de Laura Giussani

15 de septiembre de 2003.
Queridos amigos y compañeros (o amigas y compañeras):

Superado el nerviosismo, la agitación y la incertidumbre preelectorales, me permito hacer algunas reflexiones acerca de la solicitada publicada en el diario Clarín, titulada "No da lo mismo". He preferido evitar escribir estas líneas antes de las elecciones para que no se tomaran como parte de una campaña. Ahora, con Ibarra reinstalado en su despacho, creo que puedo enviarles estas palabras con el único ánimo de intercambiar ideas.
Imagino que podría yo incluirme entre "los que sufrimos el terror de la dictadura militar". Definición en sí misma que resulta digna de discusión, ya que está claro que fue el pueblo entero que lo sufrió, y en especial los sectores sociales que fueron marginados del sistema por una política económica impuesta por el terror y que continuó ejecutándose en plena democracia hasta nuestros días. Hoy son millones los "desaparecidos sociales" (quienes, por suerte, han logrado tornarse visibles a fuerza de lucha). Pero dejemos este dislate para otra oportunidad.
Podría yo decir, al estilo de la solicitada: Laura Giussani (exiliada), más allá de la repulsión íntima que me produce tal definición, que deja de lado ideología, profesión, edad, identidad sexual, en fin, deja de lado los últimos veinte años de mi vida. Muchos de los que la han firmado son queridos amigos, a los que aprecio y estimo. Respeto su decisión de poner su nombre en favor de la campaña de Aníbal Ibarra, siempre colocar el propio apellido significa un alto grado de coraje y compromiso, el mismo que tendré yo al firmar, sola, esta carta, y sin ánimo de representar a nadie.
Hubiese preferido que en la redacción de su texto hubiesen tenido la prudencia de colocar: los abajo firmantes, quienes sufrimos el terror de la dictadura....etc. No es elegante arrogarse la representatividad de las víctimas. Yo, Laura Giussani (exiliada) no voté.
Sin dudas no fue una opción fácil. Debíamos elegir entre todo lo que representa Macri (la asimilación de la política al negocio, del ciudadano al consumidor, y todo lo que muy bien detalla la misma solicitada) y lo que representa Ibarra (una política impotente, sin ánimo de lucha, resignado a forjar alianzas nefastas con tal de permanecer, representante de un modo de hacer política que hasta ahora no ha dado frutos en Argentina). Algunos eligieron dar su voto a Ibarra, pese a sus limitaciones, pero con el claro ánimo de frenar una opción más reaccionaria. Otros pensamos que quizás era hora de marcar que un viejo modo de hacer política había sucumbido. O quizás hartos de votar con el mismo razonamiento decidimos que era necesario marcar que hay que cambiar, pero cambiar en serio, no cambiar de discurso. Cambiar. Decir basta y manifestarlo claramente en las urnas (voto blanco, nulo o abstención). Eran dos ideas, y no era fácil decidir. Algunos optaron por una y otros por otra. Imagino que la solicitada en cuestión perseguía la intención de convencer a quienes, como yo, nos debatíamos entre estas dos lógicas. Personalmente me molestó que se utilizara el tema de los desaparecidos con fines electorales. Hubiese sido más eficaz para convencerme que se reprodujera claramente qué ha hecho Ibarra en función de los derechos humanos, los de hoy, los de siempre.
Hubiese preferido que publicara estas cosas:
1- Una clara desmentida a los medios que escribieron que fue él quien intercedió para dejar al Comisario Roberto Giacomino como Jefe de la Policía Federal (curiosa purga de la cúpula, que sacó a todos, menos al jefe). Giacomino es el ideólogo (amigo y mano derecha) de Carlos Ruckauf en política de seguridad. El hacedor del discurso de la mano dura de su campaña. Para peor, según los mismos medios, la lógica del compañero Aníbal para preferir a Giacomino era que "él maneja la calle, no podemos poner a alguien como Santos, que es un técnico pero no maneja lo que sucede afuera". Está claro que la caída de De la Rúa fue propiciada y fogoneada por los sectores del peronismo afines a Ruckauf, ellos fomentaron los saqueos, y ellos tenían un Comisario en la Federal que "manejaba la calle" donde se desató una represión inaudita que no hizo más que acelerar la caída de un presidente a todas luces nefasto. Ruckauf se sacó a De la Rúa de encima, y Giacomino a Santos. Hoy Santos está preso, y Giacomino es Jefe de Policía gracias al Adolfo, primero, a Duhalde después, y a Aníbal Ibarra por último.
2- Quisiera que publique cuáles fueron sus exigencias y reclamos para controlar a la Policía Federal. Si pidió tener una auditoría en las comisarías. Inspeccionar el estado de los presos. Evitar las torturas a las que son sometidos.
3- Sería bueno poder leer de qué manera presionó, ante quienes, y que respuesta obtuvo, para averiguar los crímenes cometidos por la Policía Federal en el ámbito de la Capital. Que explique por qué no hizo públicos sus reclamos y sus fracasos. Porqué no movilizó a sus conciudadanos para que lo apoyen en esta cruzada. Los jóvenes porteños sufren abusos diarios por parte de la policía en la ciudad que él gobierna.
4- Hubiese querido que publique qué hizo para esclarecer las responsabilidades de las feroces represiones al edificio de Padelai y a la fábrica Brukman. A quién se dirigió para exigir justicia. ¿Se le abrió sumario a los policías que dispararon gases lacrimógenos dentro del hospital de niños Garraham?, ¿A los que tiraron contra la Facultad de psicología?, ¿A los que dispararon en pleno centro de Buenos Aires?. ¿Dónde estuvo el Jefe de Gobierno para defender la vida de sus ciudadanos?. Imagino que alguien con tal vocación por los derechos humanos algo habrá hecho al respecto. Hubiese preferido que lo hiciera público.
Yo, Laura Giussani (exiliada) me encuentro especialmente preocupada por el tema de Derechos Humanos, tanto hoy como durante la dictadura. Por aquellos años setenta milité activamente en el comité de solidaridad de Italia (CAFRA) haciendo denuncias internacionales para tratar de parar la represión, de salvar a quienes se pudiera salvar. Hoy, creo que es importante la memoria, tan importante como tratar de evitar que se sigan violando los derechos humanos en Argentina. Hoy no se puede amparar en monumentos a los desaparecidos la desidia con los atropellos de la actualidad. No se puede proteger a Giacomino y usar a los desaparecidos para obtener votos.
Ahora tiene Aníbal Ibarra varios años por delante. Espero que pueda comunicar con claridad cuál es su política con relación a los derechos humanos. Y que no espere a las próximas elecciones para decidirse a hacerla pública con costosas solicitadas.
Sean estas líneas una idea tirada a andar, para pensar, para debatir, para intentar entender distintas posiciones. Quisiera escuchar sus explicaciones. Y me gustaría, sobre todo, que aceptáramos las diferencias. Que deje de apuntar con el dedo a quienes pensamos distinto respecto a su proyecto. Yo respeto a todos los firmantes de la solicitada porque sé de sus razones. Quienes optamos por la abstención también teníamos nuestras razones. Porque no todo da lo mismo.
Leo hoy que Aníbal Ibarra está feliz. Cree que Zamora es el gran derrotado. Quisiera que tuviese al menos el decoro de reconocer en sus votantes a muchos que lo han hecho a pesar de él mismo, con bastante disgusto, sólo con el fin de que no asuma Macri. Ninguna persona podría sentirse orgullosa de eso.
Un abrazo para todos.
Laura