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Argentina: La lucha continúa

El pensamiento autónomo, en Rocanegra

La ronda de los proyectos

Tres temas fueron proyectados desde la Ronda de Pensamiento Autónoma hacia movimientos, colectivos sociales y asambleas, como propuestas a debatir a lo largo de este mes: la creación de una red de contactos entre emprendimientos; la discusión sobre empresas de servicios que no sean ni estatales ni privadas, sino públicas y la situación represiva, sobre todo, en la provincia de Buenos Aires. El próximo encuentro, como siempre previsto para el primer sábado del mes, escuchará lo que sembró en cada ámbito los temas que esta ronda echó a rodar.

Lavaca.org

Tres temas fueron proyectados desde la Ronda de Pensamiento Autónomo hacia movimientos, colectivos sociales y asambleas, como propuestas a debatir a lo largo de este mes:
La creación de una red de contacto entre emprendimientos autogestivos para que puedan conocerse, apoyarse y potenciarse mutuamente.

La discusión sobre cómo encontrar y aportar a un camino para que las empresas de servicios no sean privadas ni estatales, sino públicas.

La situación represiva, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que hizo que uno de los participantes definiese la acción policial como "un plan criminal", y que una integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Solano describiese al conurbano como una zona prácticamente militarizada.

La Ronda se realizó -como siempre- en el predio de Rocanegra (ubicado en Camino General Belgrano y Méndez, de Lanús, perteneciente a la Asociación Madres de Plaza de Mayo), donde diversos MTD desarrollan sus actividades más allá de esa amenaza de violencia policial que no han dejado de percibir a su alrededor.
El sábado 6 de septiembre había una amenaza para la ronda en Rocanegra que finalmente no se concretó: sólo sonó un trueno de película de terror, pero la reunión pudo hacerse pese a los pronósticos tormentosos, en lo que queda de esa vieja fábrica abandonada. En un salón del primer piso, con los bancos de madera ubicados en círculo y muchos asistentes sentados en el suelo, Julio eligió siete palabras:
"Tantas veces nos mataron… y aquí estamos".
Como la cigarra, así se inició la 9º Ronda de Pensamiento Autónomo. Hubo más de 60 personas, y la intención manifiesta de materializar las ideas y planteos en acciones. Que la ronda no gire en falso. Puede decirse que hubo dos etapas del encuentro.
Primero, un salpicón de temas y debates.
Al principio se habló de la incertidumbre, y de la identidad. Martín K., un asambleísta, dijo que se puede construir la identidad contra algo. "Pero aquí se busca construir a favor de la potencia que intuimos para la autonomía. No se trata de 'oponerse a', sino de encontrar nuevos ámbitos, y nuevos tipos de política que podamos llevar por fuera de las formas políticas tradicionales".
Salvador, de Quilmes, con barba y bigotes blancos y un tono de voz que aportó particular serenidad, planteó que uno puede ubicarse como oponente o crear un sistema en el cual se sienta perteneciente. "El problema es que oponernos nos deja dentro del sistema al que nos oponemos".
Una asambleísta de Floresta pidió asumir la posibilidad de permanecer en la incertidumbre. "Estamos aquí, y eso es lo que somos. Eso es una nueva subjetividad. Construir lo que estamos siendo". Mario, que se presenta siempre como integrante del grupo Nuevo Proyecto Histórico, pidió ir más allá. "Somos lo que fuimos, lo que somos, y lo que queremos ser. Podemos usar la imaginación. Y podemos querer estar un paso más allá, sin que eso sea ser una vanguardia como las de los 70".
Para llegar a eso, dijo, "lo que nos enaltece, lo que nos mejora, es la polémica pública, las ideas, el debate. Convertirnos en un cerebro colectivo. No es una teoría, es una práctica".
Carla, una de las que se instaló en el piso, propuso una cuestión metodológica. Dividir la ronda en pequeños grupos "para que circule más la palabra". El fondo del argumento es que mucha gente deja de hablar y son pocos los que concentran las intervenciones. Así, se reduce la posibilidad de conocerse y de intercambiar experiencias. Otro tema que plantearon varios participantes fue: ¿cómo ubicarse ante un gobierno como el de Kirchner que goza de un consenso inédito en los últimos años?
Salvador observó que existe una expectativa positiva sobre el gobierno. "¿Y qué hacemos nosotros? Un apoyo inespecífico, en general a lo sumo, pero planteando entonces más exigencias. ¿Cuáles exigencias? Y… que existan más herramientas para poder actuar". Fue más allá postulando que frente a quienes cierran el sistema, debería plantearse una reforma constitucional que permita la existencia de mejores instituciones.
Otro de los asambleístas, anteojos y barba, puso tono crítico: "El gobierno actúa con diversas medidas cosméticas para legitimarse. Me parece que el punto en común de todo esto remite al tema de la práctica. El tema de las identidades, de los símbolos, de esperar del otro. Eso hace a la identidad. El rol de consumidor o el del ciudadano que vota, elige, delega, y espera que el otro haga, en lugar de tomar en sus manos el quehacer de las cosas que lo afectan cotidianamente".
Los temas seguían saltando. Fernando, otro asambleísta, intervino con un tema que acaso sea central. "La ronda anterior se habló de que existen dos formas de organización. Una más horizontal y otras más verticalistas. ¿En qué quedó ese debate? Porque los compañeros del MTD de Lanús, que parecían más verticalistas, dijeron cosas muy interesantes y prácticas. ¿Llamamos a una asamblea para cualquier cosa? Y los del MTD de Solano también. Entonces, ¿por qué no seguimos discutiendo esos temas?". Propuso abandonar cierto autismo asambleario, y catalogar una situación política un tanto esquizofrénica que él define como la de los dos Eduardo Duhalde: "Un Duhalde (el ex presidente y jefe del justicialismo) te manda matar. Y el otro (el secretario de Derechos Humanos del actual gobierno) te recibe para escuchar tus denuncias".
Empezaba a cristalizarse la idea de que los temas aparecen y desaparecen sin excesiva coherencia y quedan presentados, pero no debatidos. ¿Cómo resolver el dilema grupal? ¿Dividiéndose en grupos?
Martín K. retomó la palabra para descartar la sensación de que la Ronda no es productiva. "Estamos produciendo pensamiento, práctica, crónicas. Somos habitantes de las grietas que el capitalismo ha producido. Con las asambleas, habitamos calles vaciadas. El MTD habita este espacio desmantelado de una fábrica. Y distintos colectivos habitan otros 'no lugares'. Estamos llenos de preguntas. El problema es cómo pensar en la producción material económica. Y en otras dos cuestiones. Una es cómo producimos un pensamiento con respecto a la coyuntura, al escenario, y cómo producimos un pensamiento con respecto a nuestras prácticas y nuestro territorio. Más allá del camino que elijamos es importante tener en cuenta que estamos trabajando en las grietas del sistema, pero también en las grietas que tenemos nosotros dentro. El desafío es que estamos inventando nuevos territorios y nuevos modos de producción y que en ese punto es que aparece el no saber y la experimentación".
Más preguntas, más incertidumbres. El dilema tácito que seguía circulando por el salón podría definirse así: ¿cómo hacer que esto sea una ronda y no una calesita?
Julio, que había dejado su habitual rol de coordinador en Ángel, otro "histórico" de la Ronda propuso el siguiente diagnóstico grupal: "Hay un dolor entre nosotros porque el producido colectivo no termina por aparecer. Nos vamos y queda un dejo de dolor porque hay un esfuerzo colocado, pero el producto no está".
Su propuesta: "Como resultado del día de hoy, podemos consensuar en dos líneas o tres, no más, de pensamiento de trabajo, y que este consenso no sea una afirmación de lo que cada uno tenga como creencia o posición personal o narcisismo, sino algo que podamos llevar a los colectivos a los que pertenecemos. Y que estas dos o tres líneas sean el tema de la próxima ronda. Algo responsable que pueda trabajarse en los grupos a los que pertenecemos, y luego traer un producido de ese debate a la próxima ronda, para hilar algún trabajo y superar esa sensación de no producir".
Esa proposición marcó el segundo tiempo del encuentro.
La asambleísta de Floresta dijo que el problema de la incertidumbre lo llevan mejor las mujeres, que saben lo que es llevar en el cuerpo y gestar algo que no se sabe cómo va ser, y para lo cual hay que tener paciencia.
Roberto habló del impacto de tener un presidente "que te saca las banderas". Mencionó la inquietud de quienes, como él, trabajan denunciando las aberraciones cometidas por la policía de bonaerense: "Pensamos que estamos ante un plan criminal, no dicho explícitamente, de matar a los pibes portadores de cara. Lo que pasó en el caso Wittis, es un ejemplo: que se absuelva a un policía que mató a un supuesto ladrón. Ahora, el presidente hace una serie de cosas, pero por otro lado favorece a un gobierno como el bonaerense, que tiene el arma criminal más grande en su propia provincia".
Neka, del MTD de Solano, mencionó la existencia de un aparato militar y de barrios completamente militarizados, por lo que pidió también la discusión minuciosa de ese problema.
José y Mario, de Nuevo Proyecto Histórico, agregaron lo que llamaron "red de redes", un punto de contacto entre diversos emprendimientos autogestionarios, para que puedan trabajar en forma conjunta, incluso con fábricas y empresas recuperadas. Definieron a esa red como un posible ámbito de intercambio al que describieron como "poscapitalista", donde no se utilice el dinero, sino que el valor de intercambio sea la potencialidad de producción. Salvador dijo que "el dinero en sí no es malo, lo malo son las perversiones". José matizó: "Tiramos la pelota ahí adelante, ahora hay un campo entero para seguir discutiendo".
Ezequiel, de la asamblea de El Cid Campeador, agregó a la agenda la discusión del tema de derechos y libertades que deben ser considerados en las organizaciones horizontales.
Carla volvió sobre el tema del gobierno de Néstor Kirchner: "Toma muchas reivindicaciones como la de cárcel a los genocidas. El gobierno efectiviza cosas que eran nuestros deseos, porque tiene poder. Entonces te dicen: no está tan mal lo que hace Kirchner, se está metiendo a la gente en el bolsillo, y ahora lo que hay que hacer es forzar la apuesta para pasarlo por encima. A mí me parece que así le damos más poder, y estamos fortaleciendo la forma de hacer las cosas del Estado. La idea es que hay un presidente que por una vez responde, entonces hay que pedirle más. Pero ahí, en lugar de debilitar, estoy dándole cada vez más poder a un Estado que tiene un consenso de la puta madre. El Estado se estaba cayendo, y ahora se vuelve a reconstituir y los que queremos la autonomía podemos terminar fortaleciéndolo al pedirle más cosas. Es una discusión interesante". Agregó que es integrante de la asamblea de Scalabrini Ortiz y Córdoba, que está en una producción autogestiva de títeres, sin patrones, con horizontalidad, pero que convive con un problema crucial: "Con todas las cuestiones de costos, de entrar en el mercado, nuestra producción se está transformando en una producción capitalista. Me parte en dos, personalmente. Creo que si no construimos una red, vamos a terminar chupados por el mercado o medio esquizofrénicos. Por eso me gustaría discutir colectivamente cómo manejarnos en ese espacio mínimo de libertad que tenemos entre el mercado y el Estado, cómo tomar decisiones. Debatirlo y sacarnos las angustias, al menos sentirnos entre amigos, compartir experiencias".
Mario retomó la palabra: "No sé si tomamos la dimensión de la oportunidad histórica que tenemos de demostrar, aquí y ahora, cómo funciona una fábrica autogestionada en base al ideario autonomista. Uno puede ver los límites de una cooperativa preburguesa que hace la revolución sin hacer la revolución al tomar una fábrica. Pero ¿tiene límites inexorables? No, tiene una virtud valiosísima: sacarse al patrón de encima. La plusvalía en esos lugares no existe más. Entonces hay un desafío nuevo. Hay fábricas autónomas que son parte del movimiento autónomo. O los compañeros del MTD que son parte del movimiento autónomo. Todos afluentes de una identidad. Cada triunfo o cada derrota de cualquiera de ellos, es de todos nosotros".
Ahí realizó la propuesta sobre las empresas de servicios: "Parece que la cabeza no nos da para más que para plantear que sean privadas o estatales. Pero escuché en varias asambleas: ¿no puede existir algo público no estatal? Es como con las fábricas: ¿tienen que ser bajo control obrero, bajo un Estado obrero, o pueden ser -hoy- el germen de una autogestión generalizada?"
Mario empalmó esto con una pregunta más de fondo, y con su respuesta personal: "¿Hay contrapoder al interior del poder? ¿Hay anticapitalismo al interior del capitalismo? ¿Hay caminos tentativos? Humildemente yo creo que sí". En el mismo envión de su discurso reivindicó también la abolición del dinero, dijo que para modificar lo ideológico "lo mejor es el hacer" y calculó: "Si tomamos la Francia revolucionaria de 1789, yo no sé si estamos en 1750 o en 1785, pero vamos camino a eso. Hay una humanidad que termina, una crisis civilizatoria. La forma en la que concebimos el trabajo acabó definitivamente. El sistema va a hacer todo para matarnos. Muertos por muertos, si te matan por un Plan Trabajar, mucho más te van a asesinar construyamos lo que construyamos. Entonces, conviene ir por todo, si total me van a matar igual".
Menos tenebroso, Julio volvió a proponer su idea de acordar dos o tres líneas de discusión. "Le tengo miedo a los temas demasiado amplios, prefiero enfocar más".
Un rápido repaso concluyó con esta breve y profunda agenda:
La creación de una red de contacto entre emprendimientos autogestivos para que puedan conocerse, apoyarse y potenciarse mutuamente.

La discusión sobre cómo encontrar un camino para que las empresas de servicios no sean privadas ni estatales, sino públicas.

La situación represiva, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Julio pareció verse forzado a aclarar: "Esto no es ansiedad para producir, pero sí salir de un estado de…" Se quedó sin palabras. Alguien preguntó: "¿catatonia?" Se trata de un término médico para definir una forma de parálisis casi absoluta.
La próxima ronda será el primer sábado de octubre. Habrá que ver si la primavera es tormentosa, o si los rondadores estarán en condiciones de narrar sus hallazgos sobre la agenda que se han propuesto al aire libre, si el tiempo ayuda.
Al sol, como la cigarra.