Argentina: Ejercicios Aguila III
Servicio Informativo "Alai-amlatina"
ALAI-AMLATINA, 29/08/03.
El próximo 8 de octubre se desarrollará en Argentina el más
grande operativo militar conjunto que se haya realizado en América Latina,
lo que los movimientos sociales del Cono Sur han calificado de "verdadera invasión".
El llamado Ejercicio Águila III se realizará bajo el mando estadounidense
en las provincias argentinas de Mendoza y San Luis; participarán tropas
de EE.UU. y Argentina, y observadores de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y
Bolivia. Se movilizarán 80 aviones de combate, unos 1.200 efectivos y
más de 200 vehículos de apoyo terrestre.
El objetivo de la simulación es aniquilar a un supuesto "comando insurgente",
hecho que demuestra que sigue viva la doctrina de la época de las dictaduras
militares, que identificaba al pueblo como el "enemigo interno"; esta vez, sin
embargo, implica además legitimar la presencia directa de tropas extranjeras
en operaciones "contrainsurgentes".
Los mandos de la operación serán un grupo de instructores de los
EE.UU., "con experiencia en conflictos reales". Este país intenta imponer
la inmunidad para sus tropas respecto a la justicia argentina y el Tribunal
Penal Internacional. El gobierno argentino ha anunciado el envío al Congreso
de una ley para autorizar el ingreso permanente de tropas extranjeras al país.
Militarización de la Triple Frontera En el marco de la creciente militarización
de la región, las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay
han acogido una propuesta de EE.UU. para realizar el "patrullaje" en forma conjunta
de los ríos Iguazú y Paraná. El Pentágono aportará
efectivos, lanchas rápidas, equipos de espionaje y radares.
Esta decisión coincide con denuncias de persistentes presiones de los
EE.UU. sobre Buenos Aires, Brasilia y Asunción, para que haya mayor control
en la zona de la "Triple Frontera" con el argumento de que allí descansan
"células dormidas" del terrorismo o actividades de lavado de dinero para
financiarlas. Pero el Centro de Militares para la Democracia (Cemida) opina
que el objetivo real es "el control del Sistema Acuífero Guaraní
(SAG), un verdadero océano de agua potable subterráneo que tiene
allí su principal punto de recarga", según dijo a Zona, suplemento
del diario Clarín, el presidente del Cemida, coronel (r) Horacio Ballester.
Por su parte, la investigadora mexicana Ana Esther Ceceña afirma en su
libro "La guerra infinita, hegemonía y terror mundial" que "la Triple
Frontera funciona como llave de acceso político y militar a la región
amazónica; es una frontera que comunica a dos de los países más
importantes de América del Sur y está en un lugar rico en biodiversidad
(...) y con mucha agua que puede ser una buena fuente de energía eléctrica".
Este acuífero, conocido también como el Gigante del Mercosur,
consiste en un inmenso reservorio de agua pura que se extiende desde el pantanal
en el noroeste de Brasil hasta la pampa argentina. El volumen explotable hoy
es de 40 a 80 kilómetros cúbicos por año, una cifra equivalente
a 4 veces la demanda total anual de la Argentina; pero se estima que tiene reservas
subterráneas mucho mayores.
Según Cemida, "EEUU puso al BM (Banco Mundial) y a la OEA al frente de
un proyecto que busca detectar la magnitud del recurso, asegurarse su uso de
manera sustentable, evitar la contaminación y mantener un control permanente
hasta cuando lo considere conveniente. Se destinaron para este plan 26.760.000
dólares".
La ONU anticipa que para el año 2025, la demanda de agua potable en el
mundo será el 56% más que el suministro; por lo mismo, Ismael
Serageldin, ex vicepresidente del Banco Mundial, ha pronosticado que "Las guerras
del siglo XXI serán por el agua". La militarización de zonas ricas
en estos recursos reviste, entonces, implicaciones preocupantes.
Pero la lucha por el agua también se está preparando en otros
ámbitos que el militar. Es un tema presente en la negociación
de acuerdos comerciales, entre otros en la Organización Mundial de Comercio
(OMC) y en el Área de Libre Comercio de las Américas –ALCA-, donde
la pugna se ha encendido entre quienes consideran al agua como una mercancía,
y quienes afirman que es un bien social relacionado con el derecho a la vida.
Otro de los escenarios posibles es la apropiación territorial de zonas
con amplios recursos hídricos, a través de compras de tierras
con recursos naturales. La adquisición reciente de extensas zonas en
la Patagonia bien podría responder a este esquema. La afirmación
de la soberanía nacional en este ámbito y las disposiciones legales
serán, sin duda, terrenos fundamentales de esta lucha. S.B.