Quién es quién en el expediente
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Cardenal Copello: No extraña que la firma de Santiago Luis Copello, en
esa época arzobispo y cardenal primado de Argentina, agilizara los trámites
de los croatas. Intimo de Perón, que en 1947 lo nombra su "legado
papal", era asiduo de la embajada nazi en Argentina y muy amigo de los
exiliados pronazis franceses. En 1951 ofició la misa por la muerte del
mariscal Petain, líder de la república títere de Vichy
que se dedicó con entusiasmo a deportar judíos franceses a Auschwitz.
Los franciscanos Stefanich y Bilobrk: El primero llegó a Buenos Aires
en 1935 y fue un referente de los croatas en el país. Ayudó al
segundo a emigrar, y no le importó su fama como capellán ustasha
que instaba a los croatas a usar "picos, azadas y guadañas"
para matar serbios, pero ahorrando "balas croatas".
Santiago Peralta: El director de Migraciones que atendió el caso croata
era un mendocino nacido en 1887, antropólogo de la escuela eugenista
-racista– que asistió al ascenso del nazismo haciendo un posgrado en
Alemania en 1932. En 1943 publicó un libro virulentamente antisemita,
La acción del pueblo judío en Argentina, cuya segunda parte publicó
en 1946 ¡cuando era director de Migraciones! Peralta bloqueó con entusiasmo
la entrada de "parásitos" judíos a la Argentina, lo
que acabó generando un escándalo internacional que le costó
el puesto de director. Continuó como jefe del Instituto Etnico Argentino,
dedicado a los estudios raciales, y por décadas fastidió a sus
sucesores en Migraciones con recomendaciones para no dejar entrar al país
"rusos ni japoneses."
Stefan Draganovic: Su primer nombre verdadero era Krunoslav. Coronel de los
ustasha y criminal de guerra él mismo –estaba encargado del "traslado"
de judíos y serbios– al final de la guerra se transforma en un exitoso
traficante de visas y gestor de salidas secretas, operando desde el Vaticano.
Los norteamericanos le pagaron con 1400 dólares y protección para
que sacara a Klaus Barbie de Europa y le consiguiera una nueva vida en Bolivia.
Tal vez fue un desprecio: a Draganovic le gustaba tanto Argentina que mandó
aquí a su propio hermano, Kresimir, con pasaporte de la Cruz Roja.
José Clemente Silva: Padre salesiano y capellán castrense, hermano
de un íntimo amigo de Perón, el general ultranacionalista Oscar
Silva. Era el jefe formal de la DAIE, la Delegación Argentina de Inmigración
en Europa, que tenía como mandato traer nada menos que cuatro millones
de inmigrantes al país y fue el canal principal por el que llegaron cientos
de criminales de guerra.
Seguir buscando
Inmigrantes VIP
por Uki Goñi
La semilla la plantaron los que antecedieron a Perón. El secreto mejor
negado sigue siendo una orden firmada el 12 de julio de 1938 por el entonces
canciller José María Cantilo (futuro antiperonista y aliadófilo).
Es la "Circular 11", una orden "Reservada-Estrictamente Confidencial"
instruyendo a las embajadas argentinas en Europa a negar visas a los judíos
que intentaban huir del nazismo. La aplicación secreta de la circular
condenó a muerte a miles de personas a las que se les negó la
entrada a la Argentina. En la conferencia de Wansee, en 1942, cuando los jerarcas
SS Heydrich, Muller y Eichmann debatieron la "Solución Final a la
Cuestión Judía", uno de los argumentos enarbolados por Heydrich
para ponerla en marcha fue que la "restricción de permisos de entrada,
o la cancelación de éstos," por gobiernos extranjeros, "acrecentaba
extraordinariamente las dificultades de emigración." A la vez, la
circular enriqueció a los diplomáticos argentinos que hacían
"excepciones" para los judíos que pudieran pagarlo. Según
Eugenia Lustig, una italiana que llegó a la Argentina en 1939 huyendo
de la leyes raciales de Mussolini, en la vereda del consulado argentino en Milán
se congregaban judíos polacos, alemanes, austríacos y el tema
exclusivo era el valor fluctuante del soborno solicitado por los diplomáticos
allí. "Pero el verdadero y principal problema era que no querían
judíos," recordaría Lustig.
A pesar de que existen familias de diplomáticos de aquella época
que saben de la "Circular 11" (el embajador Eduardo Labougle en Berlín
y mi propio abuelo en La Paz la aplicaron con rigor), no aparece en los libros
de historia, y eso es porque todavía su existencia permanece en un secreto
de Estado. En diciembre del año pasado, cuando el Centro Wiesenthal me
solicitó cuáles eran los principales documentos "nazis"
que aún permanecían ocultos en la Argentina, la "Circular
11" encabezó mi lista, y sugerí que, aunque hoy no se aplique,
ya es hora de que sea derogada. Tengo entendido que el actual canciller Rafael
Bielsa está considerando seriamente tanto la apertura de este documento,
como el gesto simbólico propuesto. ¿Qué más falta? En algún
lugar del archivo de Migraciones reposan los expedientes de ingreso de criminales
tales como Eichmann, Mengele, Fischbock, Barbie. Pasé seis meses en aquel
archivo en 1998, obteniendo de listas de pasajeros y tarjetas de desembarco
los números de estos expedientes. Cuando solicité verlos al entonces
director de Migraciones, Hugo Franco, su respuesta fue: "¡No hay nada,
nada, nada!". El listado de 49 expedientes que Franco me rehusó
ver pasó a engrosar el pedido del Centro Wiesenthal. Anteayer, en Migraciones,
después de cinco años de espera, se me permitió ver dos
de ellos. Hay que seguir buscando
Trámites extra
rápidos
El caso de Josip Bercovic, uno de los criminales de guerra croatas que aparecen
en la lista del Centro Wiesenthal y está mencionado en el expediente,
permite ver la absurda velocidad a la que se movían los trámites.
Bercovic tiene mención especial porque aparece, fuera de programa, con
su mujer Katica, que no está en la lista original. Eso origina una formalidad
en la que el croata se declara médico, casado, de 58 años de edad,
apátrida y con el pasaporte de la Cruz Roja Internacional 23/822. Y aquí
viene una curiosidad: el pasaporte es emitido el 21 de marzo de 1947; la visa
argentina es emitida en Roma el 26 de marzo. En cinco días, Bercovic
obtiene identidad y permiso de viaje, todo por 27 pesos y cincuenta centavos
moneda nacional, "en sellos". Debe haber embarcado inmediatamente,
porque llega a Buenos Aires el 18 de junio, a comenzar una nueva vida.