Argentina: La lucha continúa
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22 de julio del 2003
¿La verdadera política del gobierno Kirchner?
Mano dura a las expectativas populares
Madres de Plaza de Mayo
Las organizaciones y referentes populares mucho pueden discutir, y es saludable que suceda, acerca de si las medidas políticas del nuevo gobierno conforman solamente un puñado de señas o gestos, o más bien estrategias concretas y bien intencionadas tendientes a recomponer tantos años de neoliberalismo.
Sin embargo, seguramente habrá acuerdo en cuanto al rol que desempeñan los medios masivos de comunicación, donde anida la derecha más rancia, que intenta obstruir el ambiente de expectativas populares alentando una durísima campaña en favor de la seguridad y la tolerancia cero, en oposición a las señas o medidas concretas hacia el pueblo, lo mismo da. Con descaro, los opinólogos de la derecha sugieren a la población dejar de delirar con que algo se transforme o cambie, y mejor asegurar el auto y las ventanas.
Lo vienen insinuando desde que pasó lo que pasó en Arequito primero y en Arrecifes después, y lo confirmaron del todo con el secuestro, aún irresuelto, del padre del futbolista Astrada, ídolo de River: hay que ponerle rejas a la ilusión y blindar con guardias privados y cámaras ocultas el efecto de confianza política.
Con vileza, argumentan a favor del ex supremo Julio Nazareno ventilando los antecedentes "garantistas" y el estado civil soltero y sin hijos del nuevo candidato a Juez de la Corte, Eugenio Zaffaroni. Sin detenimientos, alientan la paranoia y el control social exagerando hasta el hartazgo algunos hechos policiales notorios. Llegaron hasta el extremo de delimitar un "Triángulo de las bermudas" en pleno corazón de Saavedra, promoviendo una manía persecutoria en el vecindario.
Cuestión, que en las últimas semanas se avanzó en la conformación de un verdadero Estado Mayor Conjunto contra el Delito, que articulará el accionar de Gendarmería, policías federal y bonaerense y Prefectura en todo el ámbito metropolitano, haciendo desaparecer la avenida General Paz como límite jurídico. El pretexto es la delincuencia, pero el antecedente será perfectamente útil para que, si las expectativas populares se impacientan y la lucha entre clases sociales contrapuestas vuelve a ocupar las calles, el pato lo pague la protesta social y el estigmatizado delincuente ya no sea el simple ratero o arrebatador sino el luchador popular, piquetero o trabajador con capucha y palo de madera, quien no tendrá para dónde correr el día que corte los puentes que cosen Capital Federal al Gran Buenos Aires.
Mientras la realidad política continúa desgranando sugestivas medidas y alentadores golpes de efecto, de esto otro parece ocuparse la agria derecha: imponer un muro de muerte, delación y odio que clausure de una vez el horizonte popular de ternura, solidaridad y esperanza de cambiarlo todo.
Editorial de "¡Ni un paso atrás!"
Conducción: Luis Iramain
Columnistas: Oscar Palacios, Demetrio Iramain, Inés Vázquez, Marisa Gallego
Producción: Gerardo Nielsen, Lucila D'Onofrio