A UN AÑO DEL ASESINATO DE KOSTEKI Y SANTILLAN
EL SARGENTO PRIMERO CARLOS LEIVA ESTA ACUSADO
DE INTENTO DE HOMICIDIO
¿Quién protege al policía prófugo que les tiró
a los piqueteros? .
La Justicia ordenó su captura hace casi un año. Lo debe buscar su propia Fuerza, la Policía bonaerense. Pero por ahora no demostró tener mucha voluntad de atraparlo..
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Gerardo Young. / CLARIN.
Es en teoría el hombre más buscado por la Policía bonaerense.
Pero es un policía, hace un año que está prófugo
y la realidad indica que nadie intenta dar con él..
El sargento primero Carlos Néstor Leiva fue uno de los policías más activos en la represión de la marcha piquetera que, el 26 de junio del 2002, terminó con el asesinato de Maximiliano Kosteki y de Darío Santillán. Y aunque lleva ya casi un año prófugo, nadie admite saber por dónde anda ni cómo subsiste en la clandestinidad. Ciertos indicios del expediente que investiga la represión, en cambio, apuntalan la idea de que está siendo protegido por su propia Fuerza. Si hasta habló con uno de sus superiores desde la clandestinidad..
El papel de Leiva en la represión no fue ni escaso ni sutil. La jueza de Lomas de Zamora, Marisa Salvo, y el fiscal, Juan José González, que investigan la represión, le atribuyen a este hombre de 35 años haber disparado contra los piqueteros con una escopeta con cartuchos con perdigones de plomo, iguales a los que mataron a Kosteki y Santillán. Leiva baleó a los piqueteros a varias cuadras de donde cayeron muertos los dos jóvenes manifestantes, pero sólo un milagro hizo que no pasara lo mismo. Por eso lo acusan de intento de asesinato, un delito por el que podría pasar hasta 18 años en la cárcel..
"Lo están buscando, lo que pasa es que él sabe cómo esconderse", dijo a Clarín su abogado Javier Reidán. ¿Será así? El ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, consultado por Clarín, avaló la teoría: "Nadie se juega por Leiva. Está desconectado totalmente. No vimos una red que lo proteja. Puede que haya algún compañero, o un familiar. Hemos mandado varios grupos operativos y varias veces estuvimos sobre su pista. Evidentemente ha hecho un cambio grande en su fisonomía y rompió lazos con su mujer y su hijo.".
Por la represión hay dos policías detenidos y ya con la causa en camino al juicio oral. Son el comisario inspector Alfredo Fanchiotti y su ayudante, Alejandro Acosta, acusados de disparar contra los dos piqueteros muertos. También hay otros cinco policías procesados, que esperan en sus casas el momento del juicio. Para entender la verdadera situación de Leiva, el único prófugo, hay que empezar por conocer a su abogado. Reidán, joven entrador y de buenos contactos, no sólo suele defender a policías, sino que tiene a un hermano en la Bonaerense. Es hombre del ambiente..
El primer indicio concreto sobre una protección corporativa para el prófugo fue agregado al cuarto cuerpo del expediente judicial. Es la licencia por vacaciones que le otorgó quien era el comisario de Avellaneda, Néstor Benedetti, desde el 3 de julio del 2002 y por 25 días. El 3 de julio Leiva consiguió el permiso para dejar de ir a trabajar no por casualidad. Permitió a su abogado presentarse un día después en el Juzgado y pedir su eximición de prisión sin riesgos. Ya era tarde cuando al día siguiente, el 5 de julio, el fiscal pidió la detención de Leiva: había desaparecido..
Según comprobó Clarín, la foja 1287 es el acta de un procedimiento del 6 de julio —al día siguiente del pedido de captura— redactada por cuatro policías, entre ellos el comisario inspector Roberto Díaz. Cuentan al fiscal un fallido intento por detener a Leiva. Los policías llegaron hasta la casa del prófugo, en Dardo Rocha al 1600, de Berazategui. Y describen el operativo: "Se toca el timbre y se golpea la puerta en reiteradas oportunidades...". Luego concluyen: "...el resultado es negativo, ya que no responde nadie al llamado, notándose a simple vista que en el interior del inmeble no hay nadie". Así terminó la "cacería"..
Lo más asombroso es que unos días después Leiva llamó a la comisaría desde la clandestinidad. Y lo atendió el comisario. El prófugo, que había pasado a disponibilidad, quería saber si su mujer había enviado a la comisaría su arma reglamentaria y el uniforme. El comisario lo tranquilizó, le dijo que ya tenía todo y se despidió. Días después fue a la Fiscalía y contó la conversación. "No me di cuenta de que estaba prófugo", dijo..
La represión contra los piqueteros, de la que este jueves se cumplirá ya un año, marcó definitivamente el andar del gobierno de Eduardo Duhalde. Tanto que, aunque nunca se investigaron las responsabilidades políticas, días después el entonces Presidente anunció el adelanto de las elecciones de donde saldría su sucesor. Las fotos de algunos medios de prensa, en especial las del fotógrafo de Clarín Pepe Mateos, demostraron que los piqueteros fueron asesinados por policías armados con municiones de plomo, prohibidas para contrarrestar manifestaciones. El fiscal sostuvo que la represión tuvo "la finalidad de dar muerte" a los manifestantes..
Pero la investigación judicial demostró también que la represión no fue de extrema violencia sólo en la estación Avellaneda, donde mataron a Kosteki y Santillán. Hubo policías que actuaron en otros puntos de esa zona. Leiva, junto al oficial Héctor Mario De la Fuente, estaban al mando de otro grupo de represión en avenida Mitre, primero frente a la sede de Independiente y luego más hacia el sur, en Plaza Alsina. Fue Leiva, dice la Justicia, uno de los que —como Fanchiotti en la estación— usó su escopeta con munición de plomo..
Leiva iba de civil, como la mayor parte de su grupo. Vestía una campera roja y blanca. Sergio Ceferino Insaurralde, militante del Polo Obrero de Berazategui, declaró en la causa que vio a Leiva en posición de tiro. Fue segundos antes de sentir un cosquilleo en la nuca. Había recibido dos perdigones que entraron casi por la boca y salieron por debajo de su oreja derecha. Insaurralde no fue el único herido, aunque sí el más grave. Hay al menos otros tres heridos que acusan a Leiva..
"Al disparar una escopeta con cartuchos de guerra, Leiva debió necesariamente representarse la posibilidad de dar muerte a alguno de los manifestantes", dijo el fiscal en su pedido de captura del 3 de julio del año pasado. Y lo acusó de intento de asesinato, lo que fue luego confirmado por la Cámara de Lomas de Zamora..
¿Por qué Leiva sigue prófugo? Su abogado dijo a Clarín: "Es una decisión personal. No le puedo sugerir nada, porque esta causa está tan politizada que no puedo garantizarle fecha de salida". Según Reidán, es "un disparate" que lo acusen de intento de asesinato, cuando "lo lógico sería acusarlo por lesiones", lo que le permitiría seguir el proceso en libertad. ¿Cómo vive Leiva en la clandestinidad? "Ni idea", dice su abogado: "A mí me pagó la familia"..
Para el fiscal, es evidente que la Policía bonaerense no está demasiado entusiasmada en la búsqueda. Así lo demuestra un expediente reservado —número IV— que abrió con todos los elementos vinculados al pedido de captura de Leiva. El 30 de julio del año pasado emitió una nota al Ministerio de Seguridad de la provincia reclamando su detención y pidiendo "un amplio informe sobre las tareas desarrolladas" para apresar a Leiva y al oficial De la Fuente, que estuvo prófugo y se presentó en forma espontánea cuando lo eximieron de prisión..
Impulsados por el fiscal y también —según admitió el jefe de una departamental a Clarín— ante una directiva del ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, los jefes policiales de toda la provincia respondieron el pedido. Así, el expediente secreto IV está repleto de notas de las 18 departamentales en las que está dividida la Bonaerense, donde los comisarios aseguran que no han podido dar con Leiva, pero se comprometen a seguir buscándolo. Explican además que revisaron todos los lugares acostumbrados: hoteles, albergues, estaciones de tren, boliches bailables, "clubes nocturnos". El compromiso incluyó la exhibición de una foto de los prófugos en todas las comisarías de la provincia. Cualquiera que las haya visitado en los últimos tiempos sabrá que esa foto no existe..
"No es anormal que la Policía no capture a sus propios miembros", se queja Claudio Pandolfi, abogado que asiste a los piqueteros. Un antecedente lo avala: todavía hay dos suboficiales prófugos acusados de "la masacre de Ingeniero Budge", el asesinato de tres jóvenes en 1987, que es ya un caso emblema del gatillo fácil. Desde hace ya 16 años. .