Relato sobre la masacre del 26
por pablo ((i))
pablos@riseup.net
A un año, reproducción del relato. Sobre la represión que sufrieron los piqueteros ayer en el Puente Avellaneda. Un relato personal sobre mis vivencias mietras cubría los hechos.
Uno.
El miércoles 20 de junio tuve la suerte de recibir una invitación, de esas que nos están esperando. De esas que uno no sabe bien que decir, más que agradecer. Mientras se realizaba el homenaje a las víctimas de la represión yo me encontraba cubriéndolo, pensaba en como se construía la memoria, como se escribía esta. En esos momentos un compañero del MTD de Almirante Brown me hizo una invitación. Nos pidió una cámara para poder registrar el día de lucha de un piquetero, de una piquetera, pero todo contado por sus ojos, o sus palabras.
Dos.
El miércoles 26, nos dirigimos con un compañero y una compañera con la labor de registrar esa forma de vida. En la estación de Burzaco a la 8.25, luego de que me retrasara un poco, nos encontramos y fuimos al punto de encuentro con los compañeros y compañeras del MTD de Almirante Brown, antes pasamos por el barrio en el cual ellos viven, por supuesto la mayoría del barrio es desocupada, hasta llegar a Claypole. En la estación espero sentado, con frío, viendo llegar de a uno a uno a la gente del MTD, la que vive cerca viene a pie, otros en colectivo. Más frío, aunque ya hay solcito. Luego se comienza a filmar, un poco, asomando la mirada por la estación, el tren, un perro que anda dando vuelta, un empleados municipales que pintan un árbol con cal, una mujer se queja de que esos empleados han pintado también al perro. Un compañero me cuentan los problemas que hay en los trabajadores desocupados con el alcohol, ellos ejercen una fuerte disciplina para tratar de mantener alejado sus poderes destructivos. La gente del MTD sigue llegando, este MTD no existe hace mucho, dos años y medio, aunque el compañero me dice "que no parece mucho", a mí si me parece. Los jóvenes dan vuelta por la placita de la estación, todos seguimos esperando, hablando, sentados, tranquilos. Van llegando las banderas, y por fin el bombo, que incita a canticos, auque no sean más de las 10 de la mañana. Se empiezan a dividir los coordinadores de la organización, hablan con sus comapañeros, pero antes de salir se convoca una "asambleita". Ellos y ellas deciden todo por asamblea, esa es su forma de funcionar. Se pregunta si todos y todas ya saben por que es que se marcha hoy, varios compañeros toman la palabra, otros se van sumando con comentarios. Se sabe va estar difícil el corte, aunque se sabe también que es la única forma de mantener la dignidad. "Anibal Verón, Presente, Anibal Verón Presente, ahora y siempre", se canta y se termina la reunión, rápido que se va el tren. Iremos en busca de más compañeros y compañeras.
Tres.
Mientras me acomodo en el tren, a todo esto se sigue filmando, me rebota ese nombre en mi cabeza. Buenos Aires, Claypole, mucha distancia hasta Mosconi. Tuve la suerte de este verano estar trabajando allí con otros compañeros y comapeñeras de indymedia, de diferentes partes del mundo, la gente de la Unión de Trabajadores Desocupados nos hizo pasar gratos momentos. El primer día que llegue, aladito del corte de ruta, cerca de las refinerías multinacionales, un campamento de la UTD se mantiene firme por trabajo digno, cuando saludo a los acampantes me mirada se pierde en una enorme 3 enormes cruces que llevan los nombres de los trabajadores asesinados por la gendarmería en un corte de ruta, por trabajo digno, o por la dignidad. Ese hombre, ese nombre, se vuelve a cruzar. Cuando recorríamos todos los emprendimientos que lleva adelante la UTD y de paso recorríamos todo el pueblo, nos encontramos de nuevo en la ruta, saliendo de una planta de reciclaje de plástico, nos encontramos con un paisaje similar al del primer día. Voy filmando por el costado de la ruta, se nota la ruta con huellas de las gomas quemadas y topo con una cruz, el lugar exacto donde fue asesinado Aníbal. Le pregunto a el compañero que nos guía si me quiere contar como fue todo, si quiere, para poder filmarlo, es difícil, habrá que esperar hasta más tarde, apagar la cámara y sentarse a hablar de esa tragedia instalada en el norte del país.
Cuatro.
Todo el viaje pienso en eso, en ese nombre y en este presente, en las distancias que se borran, en él presente. Sube más y más compañeros, más compañeras, el tren se llena, no sé cuantos vagones, crecen los cánticos, se pasan el mate, yo mientras sigo mirando y hablando con algunos pasajeros de este especial tren. Cuando bajamos en avellaneda no lo puedo creer, la estación esta llena por las organizaciones de desocupados, veo las banderas del MTR, algún gorrito del Polo Obrero y una campera que dice "Anibal Verón" vive.
Cinco.
Avellaneda se encuentra totalmente militarizada, tres helicópteros nos siguen. La cantidad de policía es impresionante, pero mi mirada se vuelca y se sorprende al ver la gran columna organizaciones piqueteras que corta la avenida, le digo a un muchacho del MTD, "cuanta gente", me responde que han sido más. Esta difícil, pero se parte a cortar el puente, a la hora premeditada. Cuando se comienza a marchar una línea de policías trata de frenar la marcha, todos cantan "¡piqueteros carajo!". La policía se corre, avanzamos, pero vemos más y más policía, también cuerpos de prefectura. Todos muy feos. La prensa oficial no ha llegado aún, solo algunos fotógrafos, también ya están trabajando periodistas independientes. Yo me coloco la credencial, esa que dice prensa en rojo y me pregunto si me servirá de algo. Aún no podía imaginar lo que vendría. Seguimos avanzando, me encuentro con otro compañero de indymedia, esta sacando fotos, otra compañera se va con una columna que se abre y siguen filmando. Llegamos al puente, ya están grandes columnas de la organización Barrios de Pie. El Bloque Nacional Paquetero también avanza. La columna continúa avanzando, mira atrás y son miles, de chicos, chicas, mujeres, abuelos, todos avanzando. La columna de seguridad es la más vistosa. Muchos son jóvenes, se ponen la capuchas, se tapan el rostro y encienden esas miradas.
Seis.
En el puente veo que avanza la columna para donde estamos la columna que antes se había separado, veo más y más policía. Quedo adelante y veo que la policía no se quiere mover, quedan encerrados entre los piqueteros, algunos policías se corren otros quedan aún en el medio y le pegan a los piqueteros que querían pasar y unirse con sus otros compañeros, dos segundos más y comienzan una cantidad increíble de disparos, la gente corre se tapa donde puede. Millones de gases, no veo nada, me quedo al costado, la periodista de azul llora. Más disparos, más disparos, no sé donde meterme, algunos piqueteros tratan de resistir pero la policía sigue disparando. Corren por Pavón, la columna de Mitre trata de aguantar, encuentro a mi compañero, sigue filmando ahí al lado de la policía que sigue disparando, veo como lo parecen disfrutar. La prensa oficial desaparece, la periodista de azul sigue llorando. Llamo a mi compañero para tratar de ir con los manifestantes de la parte de mitre, por Pavón no se ve nada solo humo. Corremos, cautelosos, la policía nos mira, veo como todos los oficiales se encuentran sin chapa que los identifique y quien dirige el operativo esta de civil pero con una itaca, veo que le gusta disparar, los comerciantes no entienden nada. Mis ojos me arden, me arden, me arden. Me cuesta caminar, los celulares son como 10 y se llevan a la gente que trataba de quedarse en Mitre. En la plaza ya no queda nadie, solo algunas piedras, pero lo que más piso son cartuchos "anti-tumulto". Vuelvo con más copañeros para el puente, tratamos de estar juntos. En el camino encontramos banderas tiradas, más cartuchos y cartuchos, en el puente encuentro balas de plomo y al lado una bolita, ya saben a quien pertenece cada una. Ya en el puente, me recuentro con otros periodistas, hablan de dos muertos, no lo podía creer, me quede callado. Seguimos caminado dando vueltas, ahora hay que recontrarse, organizar la información, que no siga todo igual. Nos confirma la televisión que son dos muertos, la vemos en una Shell con otros periodistas, y con mucha policía encima. La televisón dice enfrentamientos, esto me hace acordar a la dictadura, cuando justificaba así las desaparicones. Los canales de aire no trasmiten nada. Hay que volver y seguir trabajando. Luego nos enteramos más tarde que uno de los piqueteros era una persona que muchos y muchas conocíamos, alguién que todos querían. Miro otra foto y veo que el otro comañero había estado al lado mío hace unas horas, gritando y cantando.
Siete.
Ya va bajando el sol, pero siguen llegando noticias. No he dormido hace un día, trato de pensar un poco. Me arden aún los ojos, están irritados, esas veces que se confunden las lagrimas. Existe una frase de T. Adorno que escribió después del genocidio nazi, que decía que "Después de la 2 Guerra Mundial es imposible escribir" (o algo parecido) aunque se es una afirmación retórica, de esas que llevaron a muchas discuciones en el arte y la comunicación social, solo pienso hoy, solo pienso que es escribir "en la tragedia, sobre la tragedia" (solo) es difícil.