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Argentina: La lucha continúa

El homicida presentó un escrito fuera de la investigación

CABO ACOSTA ACUSÓ A FANCHIOTTI POR LOS ASESINATOS DE DARÍO Y MAXI.
PARA CORREPI EL POLICÍA NO APORTA NADA NUEVO Y PRETENDE ENCUBRIR A LOS AUTORES INTELECTUALES DE LA MASACRE

El cabo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Alejandro Acosta acusó en un escrito a su jefe Alfredo Fanchiotti de haber asesinado a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki el 26 de junio de 2002. Acosta se encuentra en prisión preventiva desde hace un año junto a su superior por los asesinatos de los dos jóvenes y el 7 de abril presentó una escrito de 8 páginas desde el penal de Florencio Varela.
En la causa 332676, instruida por el fiscal Juan Jose Gonzalez caratulada "Fanchiotti, Acosta y Otros por doble homicidio", Acosta acusó a su jefe cuando la etapa de investigación ya había concluido. El contenido de este documento se pudo conocer recién hace una semana ya que en esa fecha el expediente estaba en la Sala III de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora debido a las apelaciones que presentaron los defensores de los policías y que fueron denegadas a mediados de este mes.
La declaración fue insertada de fs. 5316/5320 en el expediente judicial y en ella el cabo Alejandro Acosta pretende realizar un minucioso relato de toda su actividad del día 26 de junio y siguientes hasta el momento de la detención.
Acosta dice: "Fanchiotti me dice vos abrime el móvil, abro el móvil y agarra las postas de guerra y le pregunto que es lo que va a hacer, me dice a estos negros de mierda hay que matarlos a todos, comenzamos a avanzar para dispersar la gente, él efectuaba disparos con su escopeta hacia los manifestantes.
Ya en la Estación de Avellaneda agrega: "Dos sujetos salen corriendo, yo les grito al piso, al piso, los cuales no hacen caso, uno corre hacia el túnel y el comisario Fanciotti lo corre pero se le escapa y se para en la puerta que da al otro patio, el otro corre (santillán ) hacia el otro patio, lo corro, pasa por delante de Fanciotti y se escucha un disparo y el pibe que cae.
Estas declaraciones que parecen inculpar a Fanchiotti como responsable, carecen de valor procesal ya que Acosta no dice que Fanchiotti cargó su arma con postas de guerra sino simplemente dijo que las tomó del móvil.
Por otra parte señala que Santillán pasó por delante de Fanciotti y que se escuchó un disparo pero no dijo quien disparó.
Acosta genera declaraciones efectistas pero ninguna de sus apreciaciones son concretas y permiten imputar directamente a Fanchiotti ninguna resposabilidad criminal. El efecto que pretende generar es una pelea entre dos acusados, cuya polémica recae en la figura de dos policías descarriados, cuando en realidad hay inicialmente (ya que el fiscal no cerró la investigación con respecto a otros hechos), más de 16 procesados en ambas causas y todo avanza sin aludir a la responsabilidad de la autoridad intelectual.
Al día siguiente de los asesinatos Acosta relata que Fanchiotti se reunió tres horas con el jefe de la policía y otras seis horas con el Gobernador Felipe Solá: "Llegamos al ministerio, Fanchiotti descendió, nosotros lo aguardamos en el auto, el cual permaneció unas 3 horas con el jefe de policía, vino, nos dijo que fuéramos hasta la gobernación porque lo aguardaba el Gobernador para una entrevista, nos dirijimos al lugar y aguardamos en una confitería alrededor de 6 horas." Cuando habla de "nosotros" se refiere a él y a Carlos Jesús Quevedo, acusado de encubrimiento agravado en la misma causa.
El día de su detención (viernes 28 de junio de 2002) Acosta cuenta cómo fue. "Una vez en el Juzgado me recibieron los comisarios inspectores Mijin y Sabasta, los cuales me dijeron que quedaba detenido, Mijín me manifestó que le dijera la verdad, que él ya sabía quién había sido, me dijo dale pibe decime la verdad lo mataste vos, le respondí de qué estaba hablando, no te hagas el boludo porque acá fuiste vos, le dije Usted me conoce bien y sabe cómo trabajo, yo no hago locuras y Ud. me conoce. Él me refirió acá fuiste vos sino perdemos todos, le respondí que yo no había matado a nadie y no me iba a hacer cargo de algo que no hice, por lo cual si querían saber algo yo había escuchado las órdenes que le impartían a Fanchiotti el jefe de la departamental (Vega)" Según Acosta Mijin dijo saber la verdad pero lo cierto es que en la causa no declaró y está libre de cargo y culpa.
Para Claudio Pandolfi, abogado de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) que interviene en la investigación por la Masacre de Avellaneda los dichos del cabo Acosta se encuentran absolutamente refutados por toda la prueba existente en la causa (testigos, fotografías, filmaciones y demás pericias). Además existe una gran cantidad de fotografías que muestran al propio Acosta disparando con munición de plomo (dado que de su recamara salen cartuchos color rojo) y otras que lo muestran recogiendo los cartuchos rojos que expulsa la escopeta del comisario Fanchiotti, desde la base del puente Pueyrredon hasta la misma estación Avellaneda.
Por otra parte la tesis del "comisario loco" que pretende introducir Acosta no justifica en forma alguna el resto de los heridos con munición de plomo sobre Avenida Mitre, Plaza Alsina, calle San Martín y el propio local de Izquierda Unida donde ni Acosta ni Fanchiotti se acercaron en algún momento.
Las declaraciones de Acosta carecen de validez cuando se confrontan con las pruebas de la causa y técnicamente no tienen ningún valor porque no es la forma de declarar de los acusados ya la instrucción ha sido cerrada y la fiscalía ya elevó a juicio la investigación. Si Acosta desea declarar deberá hacerlo en el juicio oral y someterse al interrogatorio de la fiscalía y de la querella.
Hoy cuando, frente a la prueba recolectada por los abogados de Correpi y por el MTD Anibal Verón, la responsabilidad del poder político resulta muy evidente y se apunta seriamente a la autoria intelectual en cabeza del gobierno del presidente Duhalde, la declaración de Acosta solo pretende encubrir a los autores intelectuales de la masacre haciéndonos creer que los más de 50 heridos con munición de plomo y los dos muertes son producto de un brote psicótico de un comisario racista.
CORREPI Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional Para tomar contacto con abogado Claudio Pandolfi: 155-807-8401 ANRed - 25-06-2003/ 15.00