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Argentina: La lucha continúa

3 de junio de 2003

LT22 Radio La Colifata de Argentina contra la Discriminación

Ricardo Martínez Martínez
Rebelión
"La sociedad tiene miedo de cruzar las puertas del Borda porque somos locos, pero si vos las cruzas, habrás entrado a otro mundo… pero con los mismos seres humanos, tal vez un poco en el olvido": ex interno e integrante de Radio La Colifata. "Afuera escarcha y nieve cegadora y locura de recio vendaval; adentro, el dulce nido de la infancia que canta a la luz del hogar. al encanto de mágicas palabras, la tormenta ya no te arredrará"
Alicia a Través del Espejo "La sociedad tiene miedo de cruzar las puertas del Borda porque somos locos, pero si vos las cruzas, habrás entrado a otro mundo… pero con los mismos seres humanos, tal vez un poco en el olvido", reflexionó Julio Díaz, ex interno del hospital neurosiquiático José T. Borda e integrante de LT22 Radio La Colifata, en una entrevista concedida en octubre pasado. Julio Díaz, quien para enfrentar los prejuicios sobre la locura decidió participar en el proyecto radial, hizo su primera nota sobre la discriminación: "lo que hice fue denotar que nosotros no somos peligrosos y sentí que la gente al escucharme perdió el miedo, se cayeron los muros..." Siete meses después, cuatro integrantes de la radio independiente atravesaron los muros del hospital y cruzaron las fronteras rioplatenses para estar en México por quince días y compartir su experiencia en los ámbitos de la comunicación y la salud mental.
Las palabras y las cosas "Buenas Tardes, aquí LT22 Rrraadiooo La Colifata trasmite desde el Multiforo Alicia, México", dice Diego Oliveri al inicio de la producción sonora, en una de las sedes, en la zona central de la ciudad, donde se presentaron. Diego Piccicaco, al extremo contrario, toma el micrófono, observa y acota: ¡aquí estamos...! Se congela la acción. Luz tenue, utilería y escenografía listas, telón arriba, público de pie inmóvil. El escenario guarda una distancia entre los objetos que lo componen y los sujetos que lo advierten y trasforman. En medio, una consola de operaciones; al costado derecho, una estructura inmóvil sosteniendo bocinas; al costado izquierdo, instrumentos musicales; atrás, una manta que cae sin tocar el suelo y con las palabras escritas, "Radio La Colifata, Rompiendo Muros"; fuera del escenario, entre otras cosas, cincuenta sillas formadas en hileras. Frente a la consola de operaciones, los psicólogos Alfredo Olivera y Laura Gobet se aprestan para recibir indicaciones de realizadores y locutores; a un lado de la estructura metálica que sostiene a las bocinas, una persona observa con asombro el escenario; dos jóvenes con apuro desplazan, atropellándose, los instrumentos musicales; los ex internos del hospital Borda, Diego Oliveri y Diego Piccicaco, en primer plano, mantienen los micrófonos en sus manos; atrás de ellos, en tercer plano y vista desde cualquier punto del espacio, se advierten otras palabras : "Otro Mundo es Posible"... Vuelve a rodar la acción. El espacio se construye en el trocar de los sujetos; la palabra es el medio. "Venimos acá para que nos escuchen y para escucharlos. Desde la Argentina imaginamos este momento y para nosotros, el hecho de venir, es un gran valor de la vida, es poder sentirse más vivo que nunca, o sea para mí, en mi experiencia, todo lo que me puede comunicar y hacer sentir es la palabra de otro...", habla Piccicaco. Bien podría ser una representación teatral de Bertolt Brecht, una pintura de Miró, un soneto de Shakespeare, o un mural de Siqueiros, todos universales, pero no. Se trata de la reproducción de la radio que todos los sábados trasmite durante cinco horas en el 100.1 de FM con un alcance apenas de treinta cuadras a la redonda, aunque con pequeñas cápsulas y reportajes pregrabados, la voz de los internos es retrasmitida por 40 emisoras comerciales argentinas llegando a millones de radioescuchas.
La toma de la palabra en nombre propio
Sin apoyo institucional y recursos limitados, La Colifata nació hace doce años como un medio psicoterapéutico a partir de la recuperación de la palabra por los propios internos. Fue creada en sus orígenes como una respuesta al estado de marginación, abandono y aislamiento de los pacientes. Se concibió como "un salto al muro" para trabajar, con la comunidad externa, las problemáticas relacionadas con la locura. Al pasar de los años, la radio se convirtió en un espacio de reflexión y motor de la deconstrucción de mitos sociales en torno a los enfermos mentales. Se fue desnaturalizando el estigma del loco violento, peligroso, demencial, insensato. Alfredo Olivera y Laura Gobet, psicólogos que continúan con el proyecto, narran los primeros pasos. "Nace la columna de comunicación. Un grupo de internos habla frente a un grabador de reportero, y empieza a debatir y platicar sus sentimientos, después la palabra grabada sale del hospital, se trasmite en una radio y empieza a tener oyentes. Hay llamados de los radioescuchas que también se graban y regresan al hospital. Los internos empiezan a recuperar su espacio en el afuera. "Luego empiezan a jugarse otros roles. Quién quiere salir de corresponsal, preguntamos. Alguien se anima y sale a recuperar la palabra para después compartirla con sus compañeros… La primera operación se da en un espacio grupal, se aprende a hacer radio, nos acercamos al micrófono." El primer acto de la radio fue tomar la palabra en nombre propio, de aquellos que pudieron decir lo que sentían y pensaban, creando con ello la posibilidad de ingreso a cualquier tipo de discurso. Desde 1992 se construyó la trama colectiva de la solidaridad y se dignificó la palabra que había callado por mucho tiempo detrás de las paredes del hospital. La palabra que nos calla, el silencio que nos habla LT22 radio la Colifata se compone de 30 o 35 internos y ex internos. Funciona como una organización no gubernamental (ONG) y busca interactuar con la población que asciende a 1200 pacientes crónicos y agudos. Los objetivos se dan en dos niveles. En el clínico, a partir de un dispositivo comunicacional; y el social, a partir de la desestigmatización de la locura. "Lo que queremos contarles un poco es como a través del uso de un medio de comunicación, como es la radio, podemos articular un trabajo en ambos campos, el social, allí donde están los prejuicios en relación a la locura, y en el clínico allí donde hay pacientes." Así, la radio se convirtió en el dispositivo que recupera la comunicación y rescata los lazos sociales frágiles o rotos de los internados. "El dispositivo es la evolución de cada uno, o sea cuando se le da la oportunidad a cada uno de lo que quiere. Allí encuentras la posibilidad de avanzar, romper tu propio desafío y comunicarte con el otro", explica Diego Piccicaco, y continúa: "Podés ponerte de acuerdo, prepararte y hacer una rutina que imaginaste, pero ya con más gente". Diego Oliveri, en tanto, rescata desde su punto de vista la esencia del proyecto: "yo tengo un espacio, tengo cuatro horas para poderme expresar, entonces en ese sentido, tenemos un lugar que habíamos perdido." "Vamos todos los sábados, participamos. Tengo un espacio de donde agarrarme y, bueno, ese lugar es donde vos podés trabajar, hace que no pensemos en la falta, en lo que nos falta, en lo que adolecemos". La Colifata es el lugar desde donde se resiste, el juego de mesa llamado T.E.G que cuando se juega uno siempre mantiene viva, como en la trama de la película argentina Kamchatka, la esperanza de que salga el sol en ese país de invierno. "Todos en el borda estamos esperando el sábado para poder mostrar lo que se hizo en la semana, o sea la Colifata se vive fuera y dentro del micrófono, pasa por el hecho de compartir, de estar juntos, de pasarla bien, de sentir una amistad… La radio unifica a un grupo, empiezas a tener amigos, valores, familia, en quien confiar, un compañero, dijo Piccicaco y siguió: "yo me acuerdo que Miki (otro interno) decía: ‘yo no veo la hora que sea el sábado, el sábado para mí es lo único que tengo’. A mí me pasa lo mismo."
El viaje al país del ombligo lunático
Radio La Colifata, invitada por un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de UNAM y con el apoyo de organizaciones civiles y sociales, estuvo en varias sedes de la ciudad de México durante el mes de mayo. Para los colifatos su vista a nuestro país representó un "gran valor de la vida", la posibilidad de hablar. "Yo pienso que a lo mejor cuando llegue al hospital me van a recibir bien, pero voy a extrañar acá porque también encontré otra familia, voy a traer el sentimiento de pérdida…", reflexionó con nostalgia Diego Oliveri. En un restaurante en la zona céntrica de la capital y de fondo la canción de título Un Poco Más del cantautor Armando Manzanero, Oliveri reveló su deseo de quedarse más tiempo, ya que su viaje representó "un gran valor para la vida": poderse comunicar con otros "distintos en cultura, pero iguales en sentimientos", con los cuales soñó noches antes de tomar el avión y tocar el cielo…Lo que finalmente supo Oliveri es que no se fue, sino que se quedó…