James Petras en Buenos Aires
AGENCIA www.lavaca.org
Un sociólogo recorre América Latina. El norteamericano James Petras en lugar de enclaustrarse salió a conocer la realidad de los movimientos sociales, sus luchas, avances y retrocesos en el continente. El caso argentino, la demolición de Lula, Cuba y los fusilamientos, la traición de los intelectuales, los baldes en la cabeza de la izquierda, los grupúsculos de banderas grandes, el arma electoral, las fábricas recuperadas, el asombro boliviano: reflexiones de un hombre que gasta su pasaporte para ir a donde cree que se pueden extraer enseñanzas para tomar el poder y cambiar la sociedad. .
El señor que iba a hablar sobre la toma del poder agradeció los aplausos quitándose su gorra gris con una leve inclinación, a modo de saludo cortés. .
El sociólogo y profesor estadounidense James Petras se despojó así de un vago aire de jugador de bochas ante las casi 200 personas que fueron a escucharlo al Aula Magna de la Facultad de Medicina, para disponerse a una charla que lo mostró como un intelectual agudo, polémico, y poco propenso a hablar de lo que no conoce, lo cual lo lleva a múltiples viajes para conocer aquellas realidades sobre las cuales después propone sus ideas. Eso lo diferencia de muchos de sus colegas, víctimas de algún virus del enclaustramiento. ..
Sus anfitriones fueron las cátedras libres de derechos humanos de las facultades de Medicina, Filosofía y Ciencias Económicas. Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora lo presentó brevemente y Claudio Capuano (de la cátedra de Medicina) pronunció un discurso en el que describió la actual agenda de resistencia frente a un poder político y económico destructivo de lo social. Petras tomaba notas. .
Luego habló el escritor Osvaldo Bayer. Planteó la situación de Enrique Gorriarán Merlo (dirigió el Movimiento Todos por la Patria que atacó al cuartel de La Tablada en 1989) a quien calificó como luchador popular sin cosechar reacción alguna del público, que en cambio lo ovacionó cuando relató que el actual candidato Néstor Kirchner fue un obrero que marchaba agitando banderas rojas, como extra de la película La Patagonia Rebelde (basada en la obra del propio Bayer). Fue en 1973, en Santa Cruz. La Juventud Peronista-Tendencia Revolucionaria había puesto a sus militantes como extras en varias escenas y por eso Kirchner aparece en el rol de rebelde desconocido. Bayer contó que como gobernador de Santa Cruz, Kirchner nunca fue a los homenajes a los obreros fusilados en la Patagonia, aunque una vez envió al jefe de policía. No habló de Menem -cualquier crítica hubiera resultado redundante en ese ambiente. Deploró en cambio a los intelectuales que agitaron las banderas de López Murphy, tales como Juan José Sebrelli, Marcos Aguinis y Santiago Kovadloff. Anunció que Kirchner ganará las elecciones, sólo por haber estado con Ernesto Sabato escuchando sonatas de Beethoven ejecutadas por Miguel Angel Estrella. La profecía se basa en la ubicuidad frente al poder que Bayer le adjudica al escritor : "En eso, Sabato nunca se equivoca". .
Con un tono menos escandalizado y menos depresivo, Petras, que disertó en un castellano perfectamente comprensible, anunció su intento de narrar algunas experiencias "para ver qué conclusiones pueden sacarse como enseñanzas para construir el poder popular, para tomar el poder y cambiar la sociedad". .
Aseguró que sólo puede entenderse la actualidad sabiendo que los movimientos populares tienen subas y bajas, avances y retrocesos, y que concentrando la mirada en América Latina, la situación es compleja y contradictoria. .
Por eso el hombre que siempre usa gorra, propuso no usar baldes en la cabeza: "No podemos vivir de ilusiones pensando que la lucha está alcanzando nuevos niveles, confundiéndonos con la retórica de los grupos que hacen política con un balde en la cabeza, y que escuchan sus propios gritos y los confunden con lo que está pasando afuera". .
Petras viajó en los últimos meses por Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela, Santo Domingo, y siguió de cerca también la situación brasileña. Estuvo con obreros, campesinos, desocupados y trató así de escuchar y entender, más que monologar. .
Definió primero un marco con tres tipos de luchas: lucha de masas, luchas electorales, y una combinación de ambas. En el primer grupo incluyó la experiencia del movimiento indígena campesino en Ecuador, el Movimiento Sin Tierra de Brasil, los campesinos cocaleros en Bolivia y -"en algún momento", dijo- los piqueteros argentinos. .
Hizo una distinción: "Hay grupos organizados con un nivel de conciencia; que saben donde están, saben dónde quieren ir y están coordinados para actuar. Luego, hay levantamientos espontáneos, o casi, donde la estafa, la frustración, la provocación o la propia crisis provoca alzamientos populares que podrían canalizarse hacia la lucha política". .
Y finalmente hay movimientos metidos en esas luchas, dijo, vanguardias que actúan en nombre de la masa, pero que no son la masa "y creen que pueden ser los que representen a los otros". .
Petras dijo que éstos últimos no son verdaderos liderazgos: "Hay liderazgos que pueden convocar un unificar masas, pero hay otros que hablan en el nombre de las masas. En la práctica son incapaces de unificar a los movimientos, y en realidad fragmentan. Se declaran vanguardia y tratan de captar cuadros o activistas para ampliar su grupúsculo. Eso no es liderazgo de masas". .
Otro tipo de lucha es la que tiene un foco local, altamente combativa, pero limitada a que fracasen todas sus conquistas si no se enlazan con estrategias de poder más amplias. .
"En eso no hay ninguna duda cuando se habla con cocaleros, con los Sin Tierra, con cualquier movimiento social. Todos esos movimientos tienen un proyecto de tomar el poder. Los pequeños burgueses que creen en el "no poder" no tienen ninguna influencia ni con los cocaleros, los campesinos brasileños, ni los obreros. Todos ellos tienen vocación de tomar el poder, construir un sistema de salud comprensivo, y cambiar las relaciones sociales, la producción, la distribución, etcétera. Todos tienen claro que cualquier construcción local o regional está siempre bajo la amenaza de que puede venir el Estado, destruirla, masacrarla y limitar todos sus logros." .
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Sobre las luchas electorales propuso no plantear el debate sobre participación o abstención como una cuestión de principios, sino como una táctica. A veces puede valer la pena abstenerse de votar, y otras veces lo más acertado -porque contribuye a construir poder- es presentarse: "Pero hay algo que no siempre se comprende. La lucha electoral debe estar subordinada a la lucha de masas, a la acción directa, no se debe paralizar por el proceso electoral". .
El diagnóstico de Petras es que las elecciones tienden a convertir a los movimientos en puras máquinas electorales: "Por eso para mí hay muchos peligros y algunas oportunidades. Oportunidades cuando la clase dominante está dividida, cuando la lucha de masas está en ascenso y se pueden combinar la lucha de masas y la electoral para crecer, para subir y tener más capacidad de generar un proyecto político". .
Lo puramente electoral, en la izquierda, genera según Petras esos resultados del 1,1%, ó el 1,2%, consecuencia de que no hay relación entre una acción concreta y la retórica de tales agrupaciones de izquierda. .
El mejor modelo de combinación de lucha electoral y lucha de masas es, según Petras, la experiencia boliviana, que mezcla lucha de los cocaleros, campesinos varios, piquetes, movimiento femenino en alza y la candidatura de Evo Morales que con un 38 % de adhesiones, triplica la popularidad del actual gobierno. .
En cambio, el Movimiento Sin Tierra de Brasil en las últimas elecciones cambió de táctica, paralizó sus luchas para apoyar a Lula, y todo terminó representando -según Petras- un gigantesco viraje a la derecha, y un enorme retroceso. .
Un inconveniente a veces es el triunfo. Petras contó que en Bolivia algunos diputados fueron echados por sus propias bases cuando, al poco tiempo de asumir, ya tenían chofer, casa nueva, no volvían a su lugar de origen, ni querían perder esos privilegios. Mientras tanto los cocaleros -el grupo que más a seducido a Petras- seguían confrontando al poder y bloqueando caminos. .
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Al mencionar al PT brasileño Petras propuso evitar las fotos viejas, y observar lo que ocurre como una película en la que las situaciones y los personajes van sufriendo cambios. La foto vieja es el PT de los años '80 cuando se trataba de un partido ligado al movimiento social, a los Sin Tierra, a los obreros, con trabajo en las favelas, con grandes debates, mucho voluntarismo y entusiasmo, sin profesionales de la política, gran movilización, un programa socialista con fuerte contenido marxista, asambleas populares masivas y democráticas para tomar decisiones, y poca máquina electoral. .
"¿Y ahora? En el último congreso del PT el 75% de los delegados no tenían nada de popular, eran abogados, profesionales, funcionarios y empresarios. Lula recibió más dinero para su campaña que sus rivales de la gran burguesía, porque primero pactó un ajuste brutal con el FMI, puso como vicepresidente a un gran capitalista, y pactó con los partidos burgueses". Lula quedó así descripto como un gran converso que pide en Davos a los capitalistas que sean caritativos con los hambrientos que esos propios capitalistas generaron. Que apoya al Alca, la asociación comercial con Washington, y que arma un "grupo de amigos" de Venezuela con el español Aznar y el mexicano Fox. El orador contó que por eso Fidel Castro le dijo al presidente venezolano: "Con amigos así, no necesitas enemigos". .
Lula no hará reforma agraria ni ninguna de las cosas que espera la izquierda, que sigue mirando la foto vieja del PT. Petras dijo que Lula no es el presidente de los pobres, sino que puso la economía a cargo de talibanes de mercado, mientras su partido prepara la expulsión de los dirigentes que cuestionan estas políticas. "Hay un retroceso en Brasil con el ascenso de Lula. Lo que debemos sacar como lección es que la política electoral tiene tendencia de absorber a los líderes, y corromperlos. Que los movimientos sociales deben mantener su dinámica de lucha independientemente de lo que se haga electoralmente". (Debe decirse que toda esta crítica fue uno de los tramos de la charla más relativizados por el público, de acuerdo a los comentarios que se escucharon a la salida aunque, como no hubo preguntas, tampoco hubo debate al respecto). .
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La contracara de Lula que propone Petras es el boliviano Evo Morales, "cada vez más fuerte en el movimiento popular, con un política abiertamente socialista, sin masticar sus palabras, y planteando una transformación nacional". Petras contó que le preguntó si no negociaría con el poder, a lo que Morales le contestó: "Hay una línea de sangre de 60 muertos. No vamos a cruzar ese límite de sangre. Este gobierno se va, o lo vamos a tumbar". .
Morales crece sin cambiar políticamente, porque -según Petras- su propia base social no le permitiría tal cambio. Y por un rasgo de personalidad: "Son hombres sencillos, no son fanfarrones". .
Invitado a hablar a una asamblea con 600 delegados cocaleros, Petras disertó sobre el mundo y el imperialismo y la guerra (lo dijo pomposamente, como burlándose de sí mismo) pero notó que lo aplaudían educadamente, sin demasiado interés. "Lo que en realidad les interesaba era discutir el plan de lucha contra la erradicación de las plantaciones de coca, que es la erradicación de los campesinos, de sus ingresos, de sus casas. Significa desplazarlos otra vez: primero de las minas y ahora del campo. Escucharon todo el análisis brillante sobre el imperialismo y esas cosas, sin descortesía, pero querían hablar del plan de lucha. Y eso era muy serio porque ellos sabían que varios de los que estaban ahí podían morir. Me impactó mucho la actitu de esa gente. Conducta. Para actuar y para cambiar la relación de fuerzas. Para mi fue un gran aliento ver esa claridad, ese trabajo y esa seriedad". .
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Petras saltó luego a la situación en Cuba. "No podemos aplicar el microscopio a Cuba y el telescopio al imperialismo que provoca guerras, conquistas y terrorismo de Estado". Postuló distinguir la violencia del imperialismo de la violencia de los oprimidos. Ese es el gran tema, según Petras, que cuestionó a intelectuales como Susan Sontag o Noam Chomsky por haber criticado a Cuba "sin saber de lo que se trata". .
El planteo: "Son intelectuales muy ilustrados y con mucho prestigio, pero con Cuba tuvieron suspensión analítica suspensión crítica. Yo pregunto, ¿son disidentes esta gente, o son funcionarios cubanos del gobierno norteamericano?" Petras recordó que la Agencia Internacional de Desarrollo ha reconocido que aportó 8.5 millones de dólares para financiar disidentes. "Chomsky, mi amigo Chomsky, se atreve a denunciar a Cuba sin mencionar que fue el único país que se atrevió a pedir a la ONU que investigue las violaciones a los derechos humanos producidas por los Estados Unidos en Irak. El único. El señor Chomsky no menciona eso, ni la salud gratuita, la educación , etcétera. Y Susan Sontag va al país de los paramilitares, Colombia, y denuncia a Gabriel García Márquez como apologista de Castro, un hombre sin integridad dice, marcando a García Márquez ante unos paramilitares que matan por mucho menos que por ser apologista de Castro. No entiendo a García Márquez, siempre defendiéndose y no denunciando a esta soplona, gran intelectual elegante que apoyó la invasión a Yugoslavia y nunca dijo nada de la limpieza étnica en Kosovo." .
Sobre los fusilamientos, Petras sostuvo que los cubanos disidentes son los únicos que pueden secuestrar aviones, invadir el espacio aéreo norteamericano sin ser derribados, aterrizar y quedar automáticamente libres, lo cual demuestra que los Estados Unidos apoyan este tipo acciones, que incluyen a los secuestradores atrapados y luego fusilados por orden del gobierno castrista. Ironizó sobre el tema: "Hubiera preferido que los mandaran a cortar caña 30 años. Yo estuve en la zafra, y es castigo suficiente". .
Sobre los intelectuales que criticaron los fusilamientos "sin contextualizar" . Petras dijo que se trató de una traición y una hipocresía. .
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El final fue dedicado a la Argentina, donde percibe que se está entrando en una nueva era, a condición de reconocer avances y retrocesos. No es una situación prerrevolucionaria, "como lo que dicen los que tienen el balde en la cabeza" . .
En la Argentina, según este análisis, hubo un retroceso. "Lo que era diciembre de 2001 termina con el 80 % votando por dos candidatos podridos. Es un retroceso, hay que analizar por qué la izquierda no aprovechó la gran oportunidad que se presentaba" . .
Su hipótesis "de pequeño profeta medio ciego" era que la gente finalmente iba a concurrir a votar masivamente, y que una propuesta unificada hubiera sido capaz de reunir un 20 ó 25 por ciento de los votos. .
De todos modos, insistió en tomar como parámetro las luchas sociales más que las electorales (reiteró el caso boliviano) y en abandonar la ideología de la impotencia. "El problema no es el poder. Nadie está en contra del poder, sino que hay que ver quién lo controla y para qué. Y tenemos que entender que cualquier proyecto político tiene que subordinarse y vincularse con los movimientos de acción directa, las grandes movilizaciones" . .
Para Petras se vive un tiempo de grandes oportunidades, y la contramarcha no significa, como en 1976, una derrota histórica. Puso como parámetro la situación en la empresa Brukman, donde cree que hay que ampliar los apoyos a toda clase de sectores "reformistas, religiosos, y no quedarse con un programa maximalista pensando que todos se van a sumar a una bandera purista revolucionaria. Los trabajadores de Brukman no quieren ir debajo de la bandera más roja. Quieren volver a trabajar. No es la bandera más grande de los grupos más pequeños lo que cuenta" . .
Frente a eso, la clave de la actitud positiva de Petras se alimenta de otra percepción: "Creo que la burguesía tiene sus problemas, sus divisiones, su incoherencia, y no tiene un proyecto viable para solucionar los grandes problemas". .
Petras culminó la conferencia con una mezcla de anuncio y declaración de principios: "Voy a Zanón para aprender cómo ganar. Porque eso es lo que me interesa. No sufrir y perder. Y sí luchar y ganar". .
Saludó con una inclinación y se puso la gorra gris. El viaje a Neuquén, para conocer Zanón, será la semana próxima. Allí podrá saberse si Petras encontró otra clave para su crónica de los tiempos modernos. ..