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Argentina: La lucha continúa

24 de mayo del 2003

Ante el indulto a Enrique Gorriarán Merlo

Casapueblos .

Para que no haya dudas desde el vamos: SENTIMOS UNA PROFUNDA ALEGRIA POR LA INMINENTE SALIDA DE LA CARCEL DE ENRIQUE GORRIARAN MERLO..

Y nos sentimos obligados de manifestarlo cuál titular periodístico con la perplejidad que nos producen declaraciones de organismos de derechos humanos (¿?) como también el silencio inexplicable de parte de la izquierda y de antigu@s compañer@s..
Paralelizar a Gorriarán Merlo con genocidas, califica a quiénes así lo enuncian, y la misma se contiene en la categoría de infame, reeditando la nefasta teoría de los demonios..
Siempre el fascismo desarrolló instrumentos de manipulación e inducción para que no sólo se aceptaran sus proyectos sino que además fueran asumidos por sus propias víctimas..
Quiénes hablan y cuestionan a Gorriarán ¿no vivieron acaso aquella funesta etapa en que los desaparecidos algo habrían hecho, que estarían en el exterior, la extensión de la culpabilización a los supervivientes, a los exiliados, a las familias, etc., etc.? .
Inducciones todas ellas que se enraizaron de tal manera en la sociedad que colaboraron a desdibujar a los verdugos. A tal punto hoy desenfocados que avalan una cadena perpetua dictaminada en un juicio viciado en la forma y en el fondo, montado tras un operativo de secuestro en México, y con acusaciones jamás demostradas, ya que en los terribles hechos del asalto al cuartel de La Tablada, entre las numerosas aberraciones jurídico-procesales, jamás se hizo lugar, a pesar de las contundentes pruebas, de asesinatos y torturas contra militantes del MTP (Movimiento Todos por la Patria) después de detenidos..
Acusar a Gorriarán de dirigir y engañar a todos cuantos participaron en aquel hecho, es denigrar a l@s compañer@s y arrebatarles la condición de sujetos y ser considerados como obedientes sumisos, y no sólo porque much@s de ell@s ya no tienen la posibilidad de ejercer su propia defensa, sino por el más elemental respeto que se merecen..
O es que acaso se ataca a Gorriarán por haber pertenecido al PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo)? o haber trabajado en la Nicaragua sandinista? .
Recorrer la vida militante de Gorriarán es recorrer la trayectoria del PRT- ERP, una de las organizaciones que en los años setenta presentaba una alternativa de poder, porque esto era lo que en ese momento histórico se planteaba. Y la corta pero intensa historia de aquel instrumento político- militar, estuvo atravesado por errores, inseguridades, ingenuidades, dudas, inexactitudes, métodos de lucha circunstanciales, pero con el incuestionable objetivo de articular un pensamiento transformador, un colectivo volcado en la acción por la pasión militante..
Ciertamente que hubo quienes se cansaron, se borraron, algun@s ocuparon despachos corruptos y puestos indignos. Otr@s continúan de formas muy diferentes a las de entonces, pero resistiendo al mismo sistema que engendra la injusticia, el hambre, la explotación, la opresión, la desocupación, la desesperación de miles y miles de seres humanos. Y en este último ámbito ¿quiénes son los jueces para dejar entrar o expulsar? ¿quiénes determinan el RH puro y revolucionario, o lo políticamente correcto y demócrata? .
Los debates pendientes de los militantes del PRT-ERP, (errores, militarismo) pueden y deben participar tod@s aquell@s que lo deseen y que no puedan contener el ímpetu militante (¡faltaba mas!), pero porque nobleza obliga, con tod@s en la calle..
Por último, sentimos esta alegría porque una huelga de hambre se levanta, y porque esta alegría es también parte del futuro que traemos al presente concretado en solidaridad, en libertad..
Y todo esto lo decimos sin rubor: no coincidimos con el copamiento al cuartel de La Tablada, ni pertenecimos ni pertenecemos al MTP, pero sí hemos conocido a entrañables compañer@s y, hemos estado día a día en la pasada y angustiosa huelga de hambre, en que como en ésta, se vuelve a confirmar que nada es imposible para l@s que luchan..
CASAPUEBLOS, mayo 21 de 2003.