Todos con las Trabajadoras de Bruckman
por: Clara Britos
Los movimientos de derechos humanos, nacidos con un principio fundamental de práctica política unida al sistema de valores defensores de la vida, la búsqueda de la verdad y de la justicia amparados en el propósito ético y humanitario, hoy sin condicionaminetos, se han convertido en loa nuevos "grupos de presión" en Argentina, ya no se trata solo de aglutinar el drama particular de los "desaparecidos" de la dictadura, hoy existe un comienzo de homogeneidad, su papel luego de terminada la etapa de la Dictadura militar autoritaria, toma nuevos espacios, para enfrentar la represión en "Democracia", paradógicamente, los movimientos populares hoy se enfrentan a un gobierno cuyo sistema político social engendra violencia y marginalidad, corrupción e ilegitimidad en sus mandatos... cuando debería ser la estructura de Estado, la encargada de asegurar "el orden social", desde lo políticamente "correcto". Weber, temía que la burocracia nos llevara a convertirnos en pequeños engranajes en una inmensa máquina administrativa, que regiría nuestras vidas ¿Quién puede asegurar que eso no esté ocurriendo ya? El derecho a autoconvocarse en un grupo por un mismo fin, el derecho a la protesta, el derecho a peticionar, el derecho al trabajo... Un Gobierno democrático, incapaz de administrar una nación equitativamente, incapaz entonces de frenar la desocupación, incapaz de generar fuentes de trabajo por error u omisión... Bruckman, una fábrica textil autogestionada por sus propios obreros, fue desalojada violentamente, luego de lo que serían irregularidades jurídicas serias, bajo sospecha de escándalo legal. El hecho va más allá de interpretaciones legales y de derecho, en un país donde las garantías de un juicio justo son escasas, donde jueces y fiscales son objeto muchas veces de cargos por mal desempepeño en sus funciones o corrupción lisa y llana. ¿Qué figura legal le cabe al delito de poner en funcionamiento una fábrica, quebrada, abandonada y materialmente endeudada? Los argentinos estamos ya hartos de tantas "figuras legales del delito", cuando de reprimir, matar y hacer cobardes operativos de desalojo con delirantes dispositivos de seguridad se trata, cientos de polícías, rodeando las instalaciones de una fábrica, mientras a varias cuadras, las obreras, "delicuentes" que solo exigen mantener su fuente de trabajo para poder seguir alimentando a sus hijos, solo eso, ni viajes a Miami, ni cuentas en el extranjero, ni estafas ni negociados fraudulentos tiñen sus"legajos". Cuando se genera "tensión cívica", el estado es el responsable en la resolución del conflicto, o según otras interpretaciones del "liderazgo político", ahora bien ¿no es el estado el conjunto de valores? ¿No se constituye un gobierno democrático en función del bien general? ¿Cuál sería ese "orden social", en democracia, en el que no están insertados los ciudadanos que son empujados a la marginalidad y a la extrema pobreza? Está todo muy claro en Argentina, el mensaje es demoledor, los nuevos grupos sociales y populares, son una extensión de los movimientos de derechos humanos, y el sistema llamado democrático se ha convertido en una sucia y vulgar dictadura autoritaria incapaz, por intolerancia, error u omisión, de gobernar una nación, con justicia, vida y verdad.