Frio electoral en elecciones apasionantes
Por: Hugo Presman*
El domingo 27 de abril está a la vista. Ya ha quedado atrás la incertidumbre sobre su realización. El adelantamiento de la fecha originalmente prevista como consecuencia de los bárbaros asesinatos de Maximiliano Kostecki y Diego Santillán. Las múltiples argucias del gobierno para garantizar su sucesión y bloquear el retorno de Carlos Menem. La búsqueda desesperada para encontrar el candidato oficial. El burdo manejo de las encuestas. El escamoteo de los datos tendiente a influir sobre el resultado final. Como si retocando una foto de la realidad se pudiera modificar aquella. Incluso los manejos sinuosos, de origen incierto y beneficiarios concretos tuvo sus últimos chisporroteos en el asalto, en el feriado del viernes santo, a la Fábrica Brukman autogestionada eficientemente por los obreros.
Consideraciones macro- electorales
El gigantesco naufragio del modelo neoliberal, del que fueron artífices o cómplices por acción u omisión todos los candidatos electorales con posibilidades de éxito, vació a los partidos políticos produciendo su implosión. Los dos partidos que se han alternado en el gobierno desde 1916, con los respectivos interregnos militares, se presentan a través de distintas fracciones. El Justicialismo que no pudo realizar su interna, decidió no llevar candidato bajo sus emblemas partidarios. Tres proyectos diferentes y antagónicos, con sus respectivos sellos, representan teóricamente al Justicialismo. Otros tres proyectos son esquirlas del estallido radicalismo. Lo paradojal es que aquí las internas se realizaron en el pequeño contingente que queda del partido de Yrigoyen, que irremediablemente concretará la peor elección de su historia, lo que muchos suponen constituirá su acta de defunción. Las franjas importantes migraron fundamentalmente con Ricardo López Murphy y en mucho menor medida con Elisa Carrió.
Acentuando las contradicciones de una sociedad que no se priva de ellas, la suma de los tres segmentos justicialistas y los de origen radical, superarán probablemente en forma holgada sus pisos históricos.
La verdadera divisoria de aguas
Un sinceramiento de la situación dividiría los candidatos en dos áreas bien delimitadas.
El campo liberal que comparten Menem y López Murphy. El espacio no - liberal sostenido con firmeza variable, lo integran Néstor Kirchner, Adolfo Rodríguez Sáa y Elisa Carrió. Menem y López Murphy representan los intereses del establishment, predicadores de un capitalismo de una rapiña feroz y de una entrega desembozada. Ajuste, distribución regresiva, represión, flexibilización laboral, venta de lo que queda del patrimonio nacional, mano dura, alineamiento incondicional con EE.UU., incorporación al ALCA, amplio predominio de los sectores financieros sobre los productivos.
Néstor Kirchner es heredero del llamado por Eduardo Duhalde 'modelo productivo' que es la vuelta, en condiciones de arrasamiento, de un modelo precario y pasivo de sustitución de importaciones que surge a la vera de la gigantesca devaluación. Ésta fue a su vez consecuencia del estallido de la convertibilidad que pergeñó Menem y que continuó la Alianza como concreción de la única promesa que cumplieron y cuya perdurabilidad los eyectó de Balcarce 50. Representa un Justicialismo pasteurizado, que incluye la visión light de la Alianza. Néstor Kirchner, que es mucho más democrático en Buenos Aires que en Santa Cruz, apoyó la privatización de YPF y mantuvo un estrecho vínculo con las empresas petroleras. Le cuesta hacer pie en los sectores populares del justicialismo y no seduce a los sectores progresistas de clase media. Hay fuertes sospechas que las encuestas amañadas lo favorecían para que confluya en él el voto anti - Menen. Que pueda serlo depende de que sea visualizado como el candidato adecuado para superar al riojano. Arrastra una penosa oratoria y un temor evidente al medio televisivo.
Adolfo Rodríguez Sáa busca hacer pie en las banderas históricas del peronismo, presentando como mejor propaganda su prolongada administración de la Provincia de San Luis. La misma está basada en la buena implementación y desarrollo de la promoción industrial, en un amplio programa de obras públicas, con predominio de caminos, escuelas y hospitales. Arrastra como déficit un manejo amañado de la justicia y un llamativa exclusividad de los medios de comunicación provinciales.
Otro elemento propagandístico es su breve y febril presidencia caracterizada por la declaración del default de la deuda externa.
Ha conformado un Frente con participación de sectores obreros combativos como Moyano y Piumato, en los términos relativos que implica el declive profundo del poder sindical y el efecto desmovilizador de la pavorosa desocupación, radicales desarrollistas como Melchor Posse, y otras figuras recicladas del menemismo como Enrique Rodríguez, muy conflictivas como Aldo Rico, o impresentable como Alberto Brito Lima. Le cuesta insertarse en la clase media y compite con el menemismo en los sectores populares.
Cuando intentó oponerse a la reforma constitucional, fue víctima de una jugada menemista que lo recluyó en su provincia. En los últimos días ha hecho una autocrítica en relación a su recluida pasividad ante el avasallamiento liberal.
Presentó un programa de 125 medidas a aplicar en los primeros cien días de gobierno, donde se mezclan proyectos necesarios largamente postergados, algunas omisiones llamativas como las políticas hacia las AFJP, algunas francamente erróneas como la eliminación de las retenciones a la exportación y otras de implementación dudosa.
Elisa Carrió manifiesta una formación intelectual y una capacidad oratoria que entra en contradicción con su nula habilidad para articular una fuerza política sólida. Fue perdiendo aliados como consecuencia de una actitud entre omnipotente y autoritaria. Se le reconoce una honestidad individual que la aleja, en su empobrecimiento creciente, del resto de los candidatos.
Presenta un programa a medio camino entre el de Kirchner y Rodríguez Sáa. Intenta abarcar al progresismo de centro izquierda y hace pie fundamentalmente en franjas de clase media. Su denuncia de los mecanismos de saqueo de la Argentina constituye, más allá de errores parciales, una página memorable del desprestigiado Parlamento.
Se le imputa una falta de manejo operativo que puede ser un prejuicio basado en el predominio de los valores liberales basados en el respeto irrestricto del orden establecido. El corrimiento de la sociedad hacia la centro derecha produjo una corrosión de su discurso.
Carrió y Rodríguez Sáa son los dos candidatos con posibilidades que más irritan al establishment. Las dos campañas se caracterizaron por una pobreza franciscana de recursos.
¿Cual es el verdadero rostro de la clase media?
El 19 y 20 de diciembre del 2001, la clase media capitalina y del Gran Buenos Aires salió masiva y espontáneamente a la calle para repudiar fundamentalmente al gobierno que votaron. Parecía que la decadencia de treinta años encontraba un punto de inflexión a partir del cual se cambiaba el mazo y se barajaba de nuevo. Surgieron creaciones originales como las Asambleas barriales, el acercamiento comprensivo hacia los piqueteros y cartoneros, la extensión y apoyo de las empresas autogestionadas y un profundo cuestionamiento hacia los representantes políticos gerenciadores del modelo. Dieciséis meses después, poco es lo que ha quedado. Los grupos de izquierda deglutieron y vaciaron las asambleas. Las franjas de clase media que recuperaron la mayor parte de sus ahorros, guardaron sus sueños de cambios en las cajas de seguridad. Sobre esta situación, el investigador y ensayista Alejandro Horowicz afirma: ' La convertibilidad no era otra cosa que la base financiera de los valores materiales. Miami no quedaba lejos si estaba a 600 dólares el pasaje aéreo, cuando 600 dólares era el promedio salarial de la Argentina en blanco. La videocasetera, el microondas, el televisor de 29 pulgadas, la ropa importada, los juguetes chinos, el uno por uno y los dólares en el banco, eran el horizonte no únicamente de la clase media. No se trataba tan sólo de comprobar quienes accedieron realmente a cada cosa, sino de saber que la mayoría deseaba estas cosas, costara lo que costara. Ese deseo, el núcleo del menemismo, no se modificó.........buena parte de los movilizados estaba y está furioso no con los valores del menemismo, sino con el estallido material de sus instrumentos'. De ser correcta éste análisis, el afianzamiento de los candidatos liberales encuentra ahí su explicación. Menem tendría mucho más repudio que los disvalores que representa.
¿Hay tanta confusión?
Una encuesta de Graciela Romer sostiene que alrededor del 30 al 40% de los electores de Menem dicen que el primer objetivo debe ser la lucha férrea contra la corrupción. A su vez el 40 % de los votantes de Ricardo López Murphy piden reducir el hambre y la pobreza. Si no resultara patético podría ser cómico. En realidad revela un desconcierto similar al de Fernando de la Rúa intentando buscar la salida en el programa de Tinelli.
Anécdota
Julio Bárbaro, peronista, suele comentar la siguiente anécdota: 'Cuando subo a un taxi lo habitual es que es que el conductor me reconozca y entablemos una conversación política. Cuando le pregunto por quién vota, si me responde López Murphy le repregunto: ¿Ud. tiene un millón de dólares? No me responde - sorprendido - y agrega ¿Por qué? Y entonces , le digo, si no lo tiene y el defiende a los que tienen de un millón de dólares para arriba ¿Por qué lo vota?
Impresiones desde las dudas
Es evidente que la clase media antiperonista urbana está produciendo un enorme deslizamiento hacia López Murphy. Parecería que ubica en La Alianza y el Duhaldismo a los responsables mayores de la hecatombe. No sería el modelo neoliberal, con Menem como ejecutor y López Murphy como mentor los principales responsables. Eso afecta a Kirchner como exteriorizacion del peronismo ' renovador', continuador del Duhaldismo y a Carrió como paradigma de la ingobernabilidad del progresismo. A Rodríguez Sáa lo debilita al levantar banderas lejanas al conservadorismo predominante. Sin embargo es probable el escenario definitivo sea aquél en donde el crecimiento de López Murphy disminuya el porcentaje que alcance Menem, que igual probablemente supere por varios puntos, considerablemente más que lo que predicen las encuestas al segundo, que puede ser Kirchner si finalmente centraliza el deslizamiento del voto antimenemista. Estaríamos en presencia de una elección que de alguna forma recuerda la de 1999: una alianza antimenemista centrada ahora en franjas importantes del justicialismo con una pata aliancista. En ese contexto caen las posibilidades de Rodríguez Sáa y Carrio, con un discurso alejado de un electorado de extrema moderación.
A pesar de un bombardeo publicitario infernal, me resulta improbable que el ballottage se defina, como se sostiene en éstas últimas horas, entre dos representantes del modelo neoliberal.
El grado de fluidez política, equivalente a un desconcierto profundo, es difícil de parangonar. En los últimos 20 meses encabezaron las encuestas Ruckauf, Carrió, Rodríguez Sáa, Menem y ahora se acerca la sombra de López Murphy.
Por eso toda proyección para la segunda vuelta, como una proyección de la foto de la primera, es falsa. Como diría Chesterton ' Esa será otra historia'
Travestismo impúdico
Nadie medianamente informado puede ignorar quién es Ricardo López Murphy. Representa al liberalismo más troglodita, más despiadado y cruel, que considera que la educación y la salud son gastos a reducir y que el Estado es un referí que inclina la cancha a favor de los ganadores. Propone despidos masivos, eliminación del sistema indemnizatorio, el regreso a una apertura irracional, la flexibilización laboral extrema, el remate de lo que queda del patrimonio colectivo, el arancelamiento educativo, un sistema tributario que acentúe los impuestos al consumo como el IVA en detrimento de los impuestos a las ganancias y bienes personales, entre otras medidas 'novedosas' y ' progresistas'. En un gigantesco acto de travestismo político Alsogaray hoy tiene bigotes y Cavallo tiene una frondosa cabellera. Economista en jefe de FIEL, viene acompañado de economistas talibanes como Manuel Solanet, Abel Viglione y Daniel Artana. El proyecto de exclusión potenciada pretende ser embellecido por intelectuales funcionales como Marcos Aguinis, Santiago Kovadloff o Juan José Sebrelli.
Carlos Menem es vastamente conocido. Ahora vuelve, intentando recrear la alianza entre los que más y menos tienen para completar la tarea inconclusa. Siempre quedará algo por vender o concesionar. Si no se relaciona la edad de oro de la convertibilidad con sus funestas consecuencias, la nostalgia sustituye a la racionalidad y en el recuerdo la ficción es una fiesta eterna.
Mientras tanto, recordando nuestra condición de dependencia extrema, el enviado del Fondo Monetario John Dosdworth se radicará en Buenos Aires para monitorear al futuro gobierno. Por otro lado, sectores de los piqueteros excluidos por el modelo, víctimas de él, están por cometer un error político al intentar entorpecer las elecciones. Sería una exclusión desde la exclusión.
En la urnas, si no encontramos el futuro volveremos a lo peor del pasado. Por eso se debe votar. Por eso hacemos propia la frase de Mario Wainfeld: ' Para quienes creemos que no todos los escenarios posibles son iguales, el incordio de elegir será mayúsculo. Pero, aunque el futuro pinte oscuro, nunca la suerte está sellada. Siempre depende, en mínima medida, de lo que haga cada uno con sus responsabilidades'.
* Hugo Presman es periodista.