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Argentina: La lucha continúa

Zanón Bajo Control Obrero (BCO)

¿Desalojo? ¡Que se vayan ellos!
Lo haremos tú y yo
juntos lo haremos
pondremos la arcilla
para el Hombre Nuevo

En el sur se ha sellado un compromiso. Sentados y parados en círculo, como en los antiguos parlamentos indígenas, sobre el playón de entrada de un territorio a salvo de patrones, ceramistas, maestros, judiciales, mapuches, trabajadores y trabajadoras de otras fábricas y comercios ocupados y puestos a producir por ellos mismos, Madres de Plaza de Mayo de Neuquén y de Buenos Aires, docentes de la Universidad del Comahue y de la Universidad Popular de las Madres, desocupados, estudiantes, militantes de izquierda, de organismos de derechos humanos de la provincia, piqueteros y piqueteras de diversas organizaciones nacionales, han resuelto defender Zanón Bajo Control Obrero con sus propias vidas. Ni palabras vacías ni desmesura enfática: solidaridad de clase con la más alta experiencia de autogestión obrera que hayamos conocido como pueblo.
Este compromiso interpela directamente nuestra responsabilidad militante: parte de lo mejor de la dirigencia revolucionaria de varias generaciones y tradiciones de lucha estará dentro de las instalaciones de Zanón BCO cuando los fiscales, agitando sus papeles ajustados a derecho y cubiertas sus espaldas por los uniformes de todos los colores que asolan la democracia argentina con sus aumentadas armas, pretendan desalojar la planta por la fuerza.
Unos y otras tenemos tareas que cumplir en el camino de la liberación, quizás no podamos asumir todos las mismas por falta de conciencia, preparación, coraje, pero sí sabemos que los y las mejores de entre nosotros estarán allí, en el sur, como lo han estado antes en las barricadas de Cutral Có, en la Plaza del Aguante de Mosconi, en la Plaza de Mayo del 20 de diciembre, en los puentes y rutas cortadas, en la resistencia a la dictadura, en la propia creatividad de poner en marcha la fábrica más grande de cerámicos de latinoamérica sin recurrir a una sola bajeza capitalista.
Todo lo que allí ocurra recorrerá nuestro cuerpos concientes, en lo social y en lo personal, durante los próximos años, cualquiera sea el resultado de esta defensa. Si Zanón BCO gana la partida, su ejemplo nutrirá otras experiencias menores y mayores (desde el pequeño taller abandonado en cualquier pueblo hasta Repsol, Aerolíneas, los ferrocarriles, la tierra y el agua que son nuestras y el águila imperial las pretende) y, como miembros de un colectivo social en crecimiento, habremos ensanchado nuestros propios límites, seremos más profundos, más comprometidamente humanos, estaremos viviendo mejor mientras vamos construyendo otra vida. Si, en cambio, nuestra preciosa resistencia cae en la defensa de esta fábrica libre de alienación, los y las sobrevivientes, entre el duelo y la culpa, habrán perdido el futuro de vida que esta experiencia trae en sus entrañas. Como cada vez que el fascismo hunde al pueblo en el genocidio, demorarán años en reconstruir el sentido de sus luchas y el deseo de vivir para darles vida.
Todo este horror, demasiado conocido como para desentendernos, es posible evitarlo ahora, desde el puesto de combate que nuestras fuerzas nos indiquen, por la victoria de Zanón BCO y de cada fábrica recuperada y puesta a producir. Pero además – y porque no hay puntos neutros en el estado de lucha, sino avances y retrocesos- si hacemos esta victoria, probaremos también la fruta intensa del crecimiento moral, la energía contagiosa del trabajo para los demás, el desarrollo efectivo de nuestras condiciones materiales de existencia, la afirmación de nuestros caminos liberadores.
La dirigencia de izquierda que ha decidido participar de las próximas elecciones, sea porque considera que es un trámite entre dos levantamientos populares o porque las ve como resorte para su acumulación de fuerzas, no tiene excusas para ausentarse de esta partida histórica, porque el triunfo o el sufrimiento que de ella provengan, lo serán de la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto, principal fuente de la que deben beber quienes luchan contra el imperialismo y por el socialismo.
En Zanón BCO está la arcilla, tan fina como talco; en sus obreras y obreros la fuerza vital del pueblo puesta a producir en libertad y regocijo, en nosotros -unos y otras- la responsabilidad de actuar antes y contra los asesinos.
Ayudemé compañero
ayudemé, no demore
que una gota con ser poco
con otra se hace aguacero
Inés Vázquez
Docente de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
1º de abril de 2003