Un debate lateral planteado en un reciente plenario de movimientos de trabajadores desocupados echó luz a algunas cuestiones que desde hace un tiempo veníamos masticando sobre la fundamentación de la articulación..
El debate inicial enfrentó una posición que oponía el crecimiento cuantitativo de los movimientos a la consolidación política de estos, con otra que incorporaba la idea que la adquisición de calidades no estaba exclusivamente en el desarrollo interno de nuestros propios movimientos, a travez de multiples actividades de formación, sino también en la absorción de calidades dispersas u organizadas que se encuentran en nuestro pueblo y que solo son alcanzables desde la masificación y desde una posición particular para incorporar esos aportes..
Quienes sostienen la primera posición dejan abierta la sospecha de que en realidad creen que la pelicula empezó cuando ellos llegaron o que el genocidio consiguió su objetivo de liquidar definitivamente todo vestigio de la experiencia de lucha de una de las clases obreras mas combativas del mundo y de organizaciones con vocación revolucionaria que a principios de los 70 llegaron a movilizar a miles de voluntades..
Es indudable que en los nuevos movimientos populares autonomos hay una fractura generacional en su dirigencia y composición mayoritaria, con respecto a las experiencias anteriores, pero esto no debería llevarnos a falsas conclusiones. La historia de nuestro pueblo esta y aflora cada vez que una propuesta se masifica. Lo que no significa que ese afloramiento sea aprovechado Y si no , veamos el proceso del MAS que a mediados de los 80 se llenó de activistas obreros y sociales sin poder asimilar esa riqueza..
En el caso de los desocupados es interesante registrar el movimiento de la mejor camada de activistas fabriles que es literalmente expulsada de las fábricas (donde el achicamienta fue acompañada de una selección) y que en un principio se refugia en el gremio de la construcción ( es recomendable ver la pelicula Tiempo de Revancha ) provocando no por casualidad hacia 1985 la recuperación de numerosas seccionales de la UOCRA. Y preguntarnos también donde fueron a parar esos compañeros sino a la enorme masa de desocupados..
Apuntando a esta cuestión de cómo incorporar esas experiencias y esas calidades dispersas me parece bueno registrar un debate de principio de los 70 sobre la organización popular. Mas por culpa de Regis Debray y su libro " La Revolución en la Revolución " que por la joven revolución cubana ( demasiada ocupada por aquellos años para ocuparse de sistematizar su propia epopeya) se difundió por estas tierras la teoría foquista, versión con escopeta del manual leninista del partido de la clase obrera...
Ya por aquellos años en la Argentina, aquella idea que tanto nos sedujo sobre la acción de un grupo de hombres que irradiaban conciencia y organización , fue cuestionada por veteranos activistas de fabrica y militantes populares que recuperando el valor de la violencia organizada pusieron por delante en la valoración de toda acción militar o política su aporte al desarrollo de la conciencia y organización del conjunto de la clase trabajadora..
Planteando ademas que esa conciencia y organización solo podía desarrollarse desde la respuesta a su propia problemática, acumulando triunfos y avances que permitiera fortalecer la confianza en las propias fuerzas y no en acciones de propaganda que permitieran descubrir los focos irradiadores..
La idea de que determinadas acciones y puntos de referencia ( La Plaza de Mayo, el corte de ruta, el Puente Pueyrredon ) bastan para que el pueblo se acerque y organize esta impregnada de aquella vieja concepción irradiadora, tan valiosa para la mística y tan inservible para la organización popular. Sobre todo porque contribuye a ningunear lo que existe por fuera de esos santuarios, aunque después florezcan las asambleas populares para alumbrar la puebladas del 19 y 20 de diciembre o se nos asome el Mocase con 7000 familias organizadas..
La sana concepción de que sean prácticas comunes lo que permita avanzar en acuerdos no debe ocultarnos que en una sociedad fragmentada esfuerzos organizativos populares en una misma dirección y con una misma concepción de construcción pueden no tocarse. O aún conociendose e identificandose como pares solo podran articularse a partir de un fuerte impulso conciente que compense la tendencia "natural" hacia el aislamiento que empuja la fragmentación social..
Pensar una herramienta para promover el cambio social desde una concepción de autonomía presupone imaginar articular numerosas expresiones organizadas y dispersas que van en ese sentido, cantidades y calidades que solo podemos incorporar si desde el vamos nos consideramos apenas una parte del todo y un pedacito de la verdad necesaria si no esperamos que nos toquen timbre , concurran a nuestras citas o nos palmeen el hombro. .
Apostar a cambios politicos que saquen a nuestro país del tobogan que conduce a la catastrofe, presupone ademas admitir que aquella certeza, que tanto nos entusiasmaba cuando pisabamos los 20 años, de que los partidos de izquierda iban a desaparecer ha quedado desmentida por los hechos. Algunos cumplieron 100 años y no es de extrañar que festejen con 200 velitas, por lo que habra que considerar que, ya que es muy probable que estemos del mismo lado por algún tiempo, algún tipo de coordinación habrá que tener..
Seguro que ni nosotros ni ellos vamos a poner las fechas y los horarios de los grandes cambios. Los pueblos no resignan esas decisiones. En todo caso el aporte para esos cambios dependerá de como nos encuentran esos días a cada cual . Lo que no significa, a nuestro entender, cuan preparados estamos para la conspiración y el asalto al poder, sino cuanto poder popular hemos aportado a construir.