En el día de ayer [por el jueves 13] se conocieron dos fallos que tendrán repercusión en la vida política del país. El primero, de la justicia de la pronvincia de Neuquen, ordena el desalojo de la fábrica bajo control obrero Zanon. El segundo, de la justicia penal, absuelve y archiva una causa por corrupción contra el gobernador de esa provincia Jorge Sosbich.
La acusación contra el gobernador no se basaba en sospechas, sino en pruebas obcenas; hay ocho horas de filmación de una muy clara cámara oculta, que miles de personas pudieron ver en las pantallas de televisión. Se lo acusaba de intento de soborno contra un diputado, una práctica que se viene repitiendo abiertamente durante las últimas décadas en la política oficial neuquina.
Desde hace un año y medio, cuando la patronal decidió cerrar la planta para despedir a la mayoria de los trabajadores de Cerámicas Zanon, la fábrica está ocupada por los trabajadores. Desde hace mas de un año, esa ocupación se ha convertido en producción autogestionada de los trabajadores, dandole de comer a casi 300 familias a las que recienemente se le han incorporado decenas de trabajadores desocupados que por primera vez en mucho tiempo tienen un trabajo digno.
Que los dos fallos hayan visto la luz al mismo tiempo no es casualidad. Sosbich, el gran derrotado en las recientes elecciones municipales en su provincia, acaba de expresar su apoyo a Menem como candidato presidencial. Se trata de un simple intercambio de favores; el aparato judicial menemista ha comenzado a trabajar en común con el gobernador-gerente de las petroleras que expolian la patagonia argentina.
Su mensaje es: represión e impunidad y con estos dos fallos parecen poner toda la carne al asador.
Carlos Menem comenzó su campaña electoral diciendo que iba a limpiar las calles de "marxistas y delincuentes" y propuso "sacar al ejército a la calle para parar el caos social".
Lo que estamos viendo en Neuquén es el intento de mostrar el verdadero rostro de esa política. A las palabras menemistas hay que leerlas en su reverso, como a una canción con un mensaje oculto; cuando habla de "marxistas y delincuentes" el viejo personero del FMI se refiere a todo lo nuevo que surgió en Argentina en el último año.
Hoy Zanon representa la vida y los sueños de miles de personas; es un laboratorio de dignidad, de trabajo libre y de una salida racional para la pobreza que sufren millones de nuestras familias.
Lo que los Menem y Sosbich quieren hacer es destrozar esa esperanza, para atarla al carro pestilente de su campaña electora que promete "orden" y "mano dura" contra todos los que se atrevan a no resignarse a aceptar el destino de miseria al que nos tienen acostumbrados.
¿Estamos dispuestos nosotros también a hacer todo lo necesario para defender este sueño real?.¿Somos concientes de lo que se está poniendo en juego?.
Si no hacemos todos lo necesario y más también, si no ponemos todas las fuerzas a nuestro alcance para defender Zanon no podremos, sencillamente, volver a mirar a la historia a los ojos.
Argentina: La lucha continúa
