VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

16 de diciembre del 2003

Argentina
Trabajadores unidos en empresas recuperadas

Lisandro Gambarotta
Argenpress.info

La recuperación de fábricas o empresas por sus trabajadores es un fenómeno social que se expande día a día en Argentina y una de las cooperativas de trabajo pioneras en este país es la metalúrgica IMPA.

Bajo el manubrio, en la parte delantera del cuadro, la bicicleta tiene un escudo con las mismas iniciales que los fuselajes plateados de los aviones Pulqui-I y II, los primeros y últimos aparatos a reacción que se fabricaron en América Latina.

Durante la década del 1950 la marca era reconocida como un sello distintivo de la producción argentina, pero hoy son pocos quienes saben que aún hay algunos convencidos en la necesidad de mantener viva esa identidad: IMPA (Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentinas), cuyo lema es 'Lucha, Trabajo y Cultura'.

La empresa fue fundada en el año 1910 por capitales alemanes e inició la laminación de aluminio en Argentina durante la década del 1930. En 1946 participó de la nacionalización en masa posterior a la guerra y en 1948 el presidente Juan Domingo Perón la agrupó con las demás firmas de origen alemán en la Dirección Nacional de Industrias del Estado.

En 1961 el presidente Frondizi les presenta a los trabajadores la disyuntiva de cierre o cooperativa y los obreros optan por la segunda opción.

-'Era una cooperativa de nombre, se trabajaba como una sociedad anónima, los obreros no participábamos en la toma de decisiones, no podíamos comer ni con los de administración, nos decían los cabecitas negras. Cuando había reclamos echaban a la gente, mucha gente. En 1997 la situación estaba mal, nos hacían esperar toda la tarde para darnos dos dólares. A mí me despidieron a fines de ese año por reclamar, estuve seis meses en la calle hasta que los trabajadores nos organizamos', narra Oracio Campos, actual presidente de la nueva cooperativa.

La organización les permitió echar a la conducción de la comisión directiva -acusada de vaciamiento y manejos fraudulentos- y transformar a IMPA en una verdadera cooperativa, aunque no fue fácil.

-Decidimos tomar la fábrica, pero habían cortado el agua, el gas y la electricidad por falta de pago. Empezamos mal, no teníamos nada y teníamos que salir a pedir para comer, viajar, adquirir los medicamentos de los compañeros, fue una locura. No fue fácil recuperar la empresa, añade Campos.

Hoy IMPA es una verdadera cooperativa de trabajadores. Desde su presidente hasta los trabajadores de limpieza cobran el mismo salario.

-En las cooperativas no hay salario, sino retiro a cuenta de resultado. Hoy nuestro nivel de producción nos ha permitido hacer una cuenta promedio que permite que el retiro gire en torno a los 300 dólares, lo que equivale al 25 por ciento de la recaudación.

Las multinacionales están en un siete por ciento y las pequeñas y medianas empresas entre un 11 y 13. Con el resto recuperamos stock (que se había perdido en el último año) y capitalizamos la cooperativa, apunta.

-¿Qué produce hoy IMPA?.

-Continúa con el procesamiento de aluminio. Por un lado envases y packaging para empresas, papel de alfajor (dulce tradicional argentino), de bombones y para envolver alimentos y capuchones de botellas de sidra, entre otros productos. También envases descartables, pomos de aluminio utilizados para cosméticos y remedios. Todos los productos salen impresos, es decir, se hace desde la fundición hasta la impresión.

Otra actividad importante en IMPA es el Centro Cultural, donde se realizan diversos talleres y actividades, hecho que permitió una relación más profunda con la comunidad.

Es el único caso en el mundo donde un Centro Cultural funciona dentro de una fábrica en actividad.