5 de diciembre del 2003
Argentina
El Opus Dei controla altos puestos institucionales
Argenpress
El grupo neofranquista Opus Dei obtiene con la permanencia de Antonio Boggiano y la elección de Santiago de Estrada, elegido vicepresidente primero del Parlamento porteño, un logro político ante la miopía, decadencia y mediocridad de los sectores democráticos y autodenominados 'progresistas'.
¿Por qué Eduardo Moliné O'Connor fue separado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el último de los cinco miembros de la 'mayoría automática' menemista, Antonio Boggiano ha quedado en la Corte?. Porque Boggiano firmó gran parte de las sentencias y brindó apoyo a los desatinos de la década menemista como ocurrió con Nazareno, Vázquez, López, Moliné O'Connor y cuando estuvo en el alto tribunal Rodolfo Barra, un antiguo Tacuara de derecha ahora integrante del Opus Dei. Boggiano no será investigado por el Senado ni el Poder Ejecutivo Nacional impulsa su defenestración por el apoyo que le brinda el grupo de poder Opus Dei, una secta integrista al servicio de las dictaduras y regímenes de derecha. El Opus Dei, a través de sus burócratas, managers económicos y financieros defiende a los intereses de la burguesía españolista. Por eso participó del golpe de Estado contra Hugo Chávez en Venezuela, apoyo al dictador Alberto Fujimori en el Perú, respaldo a dictadores como Augusto Pinochet Ugarte en Chile, Juan Carlos Onganía y al Proceso de Reorganización Nacional encabezado por el general Jorge Rafael Videla.
La Santa Madre
No sólo el Opus Dei dio apoyo a Boggiano, varios obispos que no pertenecen a la obra reclamaron al Poder Ejecutivo y movieron a los opusdeistas en el Senado, especialmente una legisladora sanluiceña para trabar el enjuiciamiento del último miembro de la 'mayoría automática' menemista. En 1947, cuando Juan Perón defenestró con justa razón a la Corte Suprema de Justicia por haber justificado el golpe del 6 de setiembre de 1930 con la doctrina de facto y haberse opuesto a los decretos ley que beneficiaban a los obreros y clases populares del interior declarándolos 'inconstitucionales', el presidente de esa Corte Tomás D. Casares también fue salvado por la Santa Madre Iglesia. Pero en el caso de Casares hubo dos elementos que lo distinguen de Boggiano, Casares provenía del nacionalismo católico, era un pensador tomista y un excelente jurisconsulto con una amplia obra jurídica y filosófica en el campo del derecho natural, por otra parte Casares firmó en disidencia con los otros cuatro conjueces de la Corte (Roberto Repetto, Antonio Sagarna, Benito Nazar Anchorena y Francisco Ramos Mejía) defendiendo los nuevos derechos de los trabajadores que Perón impulsó desde la Secretaría de Trabajo y Previsión. Boggiano no puede ostentar los mismos títulos que Casares, ni una formación jurídica adecuada, y sólo se mantiene como expresión del Opus Dei, un grupo totalitario que participó de la tiranía franquista y hoy trata de condicionar a la propia Iglesia Católica Apostólica Romana con sus planteos integristas y regresivos.
Santiago, el del Opus
Como no podía ser de otra forma, el católico de derecha Santiago de Estrada logró la estratégica vicepresidencia primera del Parlamento porteño que administrará los 60 millones de pesos que la Legislatura gasta cada año. Los chicos y chicas del Opus Dei estarán de parabienes ya que es posible, como hizo Gustavo Béliz cuando fue ministro del Interior de Carlos Menem, que integre unos cuantos en la estructura administrativa de la Legislatura. De Estrada, no es sólo un 'católico militante' como dice Marcelo Helfgot del diario 'Clarín'. Ser Católico militante es un derecho y una respetable actitud en la vida de quien elige ese camino político y religioso. De Estrada integra a un subgrupo integrista creado por un personaje de vida política y personal tortuosa, José María Escrivá, proclamado santo 'a precio de costo'. No fue casual que de Estrada ocupará el cargo de secretario de Seguridad Social durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, pasará por el gobierno alfonsinista y se integrara como funcionario de la década siniestra del menemismo, siendo designado embajador en el vaticano y subsecretario de Desarrollo Social. Tienen razón los legisladores que responden a Luis Zamora cuando dicen que se trató de una rosca política que incluyó a los macristas, a seis integrantes de la lista de Patricia Bullrich - Ricardo López Murphy y un radical, Roberto Vázquez. El tercer vicepresidente será Carlos Araujo de Recrear, de la derecha política representada por López Murphy. Los nueve diputados de la izquierda, obviamente resultaron convidados de piedra. Pero lo más grave es la miopía política del Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra que no logró unificar al llamado bloque 'progresista' ya que el partido que dirige el kirchnerista Miguel Bonasso, votó por su lado. Ibarra pretendió imponer a Laura Moresi, mientras que Bonasso apoyaba a Miguel Talento, de larga trayectoria en la izquierda peronista y que fuera un importante dirigente de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) a comienzos de los '70. Se quedaron sin el pan y sin la torta. Kirchner, para formar su concepto de 'transversalidad' tiene a un Aníbal Ibarra que más que apoyarlo es una piedra en el camino. Tampoco es alentador que los legisladores, y hermanos Devoto formaran bloque aparte de Autodeterminación y Libertad. Fue lo de los Devoto un acto de inmadurez.