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Argentina: La lucha continúa

ENTREVISTA A LUIS ZAMORA
'DEBE ANULARSE LA FLEXIBILIDAD LABORAL QUE ES OTRA FORMA DE CORRUPCION POLITICA'


Por: Emilio J. Corbière
ARGENPRESS.info)

El diputado por Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora, considera que la «flexibilidad laboral» es otra forma de corrupción política porque condena a millones de personas a una mayor explotación y profundización de la miseria. Zamora estuvo el domingo pasado en el Programa 'Día D' y se retiró al no poder hablar porque lo dejaron para el final sin posibilidades de disponer del tiempo necesario para formular sus declaraciones. A continuación las declaraciones exclusivas para ARGENPRESS.INFO del legislador socialista autogestionario y dirigente de izquierda.

- El tema del cohecho, del fraude en el Senado ha estallado y complica a la clase política. ¿Cuál es su opinión?

- Esta cuestión tiene dos caras. Una, la coima pagada a los senadores para que votaran la ley de 'flexibilidad laboral'. Los que pagaron y los que cobraron deben ir presos. Pero hay otro aspecto del que poco se habla. Es el de la propia ley votada de manera fraudulenta, una ley que condenó a millones de personas a una mayor explotación y profundización de la miseria. Eso también es corrupción, porque sabían que estaban haciendo un enorme daño a los trabajadores, presionados por los grupos empresarios y especialmente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le exigió a de la Rúa que sacara la ley como sea lo que como sabemos el ex presidente cumplió.

- Fíjese que Antonio Cafiero y Carlos 'Chacho' Alvarez protestaron por la coima pero apoyaron la ley.

- Desde luego, tienen una doble moral. Critican el tema de la coima pero apoyaron la ley de 'flexibilidad laboral'. Alvarez llamó, uno por uno, a los legisladores del Frepaso y les exigió que votaran la ley. Es que todos son parte del mismo sistema que entró en crisis desde hace mucho tiempo y que sabiamente el pueblo repudió con el grito Que se vayan todos', el tema de los sobornos sale como resonancia del 19 y 20.

- ¿Hay que derogar o anular la ley?

- He presentado al retornar a la Cámara de Diputados el año pasado un proyecto para su anulación. Esa ley es nula, porque estaba viciada la voluntad del legislador. No basta con su derogación porque en ese caso se estaría cargando, otra vez, en las espaldas de los trabajadores, del pueblo, los perjuicios. Mucho menos reemplazarla con otro texto que contenga la filosofía de la dependencia, de la explotación. Lo que jurídicamente y, desde el punto de vista sociopolítico corresponde, es su anulación lo que además daría lugar a que los trabajadores puedan reclamar, especialmente a las grandes empresas las reparaciones por los derechos perdidos a través de una ley sancionada mediante coimas.

Resonancia del 19 y 20 de diciembre del 2001

- ¿Cuál es el trasfondo social y político de esta crisis institucional?

- Es el eco, la resonancia del 'que se vayan todos', consigna que masivamente la gente reclamó en las calles. El proceso social abierto en ese momento de nuestra historia todavía permanece, mantiene su vigencia. Se trata de un reclamo justo que insiste en la renovación de la política, que reclama una verdadera democracia, y le dice no a las instituciones vaciadas de contenido. Democracia no es solo votar y ahora se lo hace de manera mediatizada. Democracia debe ser participación, autogestión, autodeterminación, tanto de la persona individual como de los núcleos sociales. Insisto en la necesidad de una organización horizontal de la política que deje atrás el verticalismo y el autoritarismo. Por el contrario, quienes se consideran partidarios del cambio de sociedad, deben recorrer el camino que está enseñando el zapatismo, caminar, preguntar, aprender y enseñar una vez que se ha escuchado, analizado, comprendido.

- ¿Ese cambio debe ser una revolución?

- Desde luego que el cambio debe ser profundo, revolucionario.

- ¿El 'asalto al cielo'?

- Ningún 'asalto al cielo' porque no se trata de apoderarse del poder actual, de la estructura del Estado actual, sino de crear las condiciones, las instituciones nuevas, desde la sociedad civil. El Estado actual capitalista está podrido y eso se nota en los países dependientes como en los denominados desarrollados.

- En realidad la propuesta desde la Comuna de Paris de 1871, era una democracia de consejos o consejista. Por eso surgieron los 'soviets' pero luego se impuso el modelo del capitalismo de Estado. Stalin adoptó ese modelo de capitalismo de Estado y abandonó toda forma de autogestión.

- Es que no surgirá lo nuevo si se copia lo anterior o se pretende una nueva política, una nueva sociedad, una nueva cultura, a partir de las formas estatales capitalistas. No basta con denominarse socialista o comunista. Lo que está pendiente, para realizar esos cambios, es crear desde la sociedad las nuevas instituciones. Simón Rodríguez, el maestro y preceptor del Libertador Simón Bolívar enseñaba que los latinoamericanos debíamos crear y no copiar, tenía razón.

Sociedad y autoadministración

- György Lukács hablaba de 'autoadministración'. Había participado en la revolución húngara de Bela Kun, en 1919, que proclamó la democracia consejista...

- Hablaba de la 'autoadministración de los productores'. Esta es una cuestión fundamental para el socialismo. Esa 'autoadministración', esa 'autodeterminación', se contrapone al modelo estatalista del estalinismo y al liberalismo burgués. Estas ideas y propuestas ya estaban presentes en Marx y hoy están vigentes. Hay que promover el debate en la sociedad, que los explotados asuman la responsabilidad de su propia liberación, y que esa liberación signifique la creación de una nueva sociedad. No se trata de utopismos, se trata de ayudar a promover un cambio real. Les vuelvo a señalar que aquel 'que se vayan todos' no era una muestra de nihilismo sino una nueva conciencia político-social.

- ¿Qué significa esa nueva democracia?

- Significa democracia en la vida cotidiana. La autoadministración a la que ustedes se refieren, la autodeterminación democrática, debe extenderse hasta el nivel más simple de la vida cotidiana, y desde allí tiene que ampliarse de modo que, finalmente, el pueblo decida, esencialmente sobre las cuestiones más importantes